Manos a la obra

Las ciudades evolucionan y con el tiempo necesitan adaptarse a las nuevas necesidades bien sea por parte de los ciudadanos o los vehículos. Siempre tiene que haber un equilibrio entre ambos, aunque a veces no se cumpla al cien por cien y haya más barreras para los ciudadanos cuando no debiera ser así. Tanto para bien o para mal hay que sufrir los inconvenientes de las obras, pero siempre hay formas y formas de llevarlas a cabo; basta con ver claros ejemplo de eficiencia en el país vecino de Japón donde hay obras que son vistas y no vistas.

Es interesante poder observar cómo tu barrio o bien la zona cercan a tu lugar de trabajo se transforma. De esta forma, en el último año a lo largo de la transitada Johnston Road en Wan Chai he ido observando bastante cambios. Edificios a punto de ser terminados, otros que van desapareciendo con el tiempo sin darnos cuenta y también algunas zanjas en la calle. Dudo que aquí se hayan olvidado de poner un cable… Las obras tienen algo más de cabeza pero siempre pudiera darse el caso de alguna pifia.

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Ya se podrán imaginar cuando tras muchos meses vuelvo a pasar por Central y descubro muchos cambios para mi asombro. De todas formas, parece que la gente se integra bastante bien con las obras porque pocas veces he visto situaciones tensas al respecto.

¿Qué es lo más notorio para ustedes sobre las obras? Molestas por el ruido, el polvo, poca coordinación.. Siempre se pueden minimizar los efectos laterales y hacerlo un poquito más cómodo para todos, casi como si fuese algo transparente. Buen ejemplo se me ocurre respecto a los programas informáticos y tecnología en general, que funcionan las cosas pero el usuario no se entera del trasfondo, sólo importa que se cumpla el cometido de la forma más natural posible.

Un bocadito

Momento viernes y con ganas de terminar la semana de la mejor forma posible. ¿Cuál es la mejor opción? Pues con un buen almuerzo después de una semana un tanto larga pero llegando a buen puerto. El cuerpo me pedía una hamburguesa en condiciones, así que dicho y hecho me fui al Caliburger en Wan Chai, un paseito de unos diez minutos desde la oficina y aprovechando los rayitos de sol

No era la primera vez que probaba el sitio pero hoy si que las papas fritas eran especiales o salvajes como así las denominan «wild fries». Acompañadas de cebollita, queso y una salsita especial. La hamburguesa con queso y bacon, tamaño perfecto para quedarse uno en su punto.

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Esta franquicia que tiene su origen en EEUU y que goza de bastante fama, aunque vaya a la saga del famoso Inside Out que por cierto una vez montó una tienda pop-up de un día.

En lo que nos preparan nuestro menú podemos ir dando un sorbito a nuestro refresco preferido y si andamos faltos de batería del móvil podemos hacer uso de las tomas dispuestas en la pared. La espera no debiera llevarnos más de 5-10 minutos pero que se nota la diferencia de sabor cuando probamos la hamburguesa y las papitas.

Creo que después de tan suculento menú puedo darme por satisfecho y hacer el paseo de vuelta mientras voy dirigiendo. Ahora sí que puedo dar la bienvenida al fin de semana. ¡Feliz viernes a todos!

A pie de calle

Cuando uno va descuidado por la calle, rodeado de nuevos bloques que emergen entre otros algo más bajitos es fácil que se nos pasen cosas por alto. Ni mucho menos todo está en las alturas aunque ya sabemos que debemos andar pendientes de lo que se cuece más arriba de nuestro campo de visión. No sólo hablamos de oficinas sino también de restaurantes, bares o incluso algunas tiendas.

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Entre callejoncitos o algunas calles estrechitas del barrio hay un buen surtido de sitios donde elegir y dar variedad a nuestra hora del almuerzo o bien para ese cafecito posterior. Lo malo es que desde la calle principal su presencia puede pasar un tanto desapercibida si no fuera por el uso de los desplegables que podemos encontrarnos en algunas esquinas. Lo normal es que los dejen atados a alguna farola o poste cercano aunque dudo que alguien le diese por querer arrancar con él.

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¿Nos apetece algo de pollo al horno o «fish & chips»? O quizás andamos buscando un cafecito tranquilo, nada de franquicias, y también tomar algún postrito, también podemos.

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Por lo pronto lo único que probé esta vez fue este espresso y la verdad que pasó con buena nota; no es que sea un experto del tema pero el aroma y la intensidad eran buenos.

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Creo que me pondré en mi lista de pendientes el ir visitando otros cafecitos como este o también otros sitios de comida, siempre y cuando los precios no se vayan por las nubes, y disfrutando del pasar de la gente a pie de calle.

Pasando por aquí

Otro de los indicadores que nos recuerdan hasta donde llegaba el mar hace muchos años atrás y es que era por donde discurre la calle Johnston con sus tranvías la frontera entre el mar y la tierra. Wan Chai

que era un pueblecito pesquero se ha ido transformando con el paso del tiempo, mezclando tradición e introduciendo elementos más modernos y con partes diferenciadas. El nuevo Wan Chai que conforma la zona reclamada al mar (entre los años 1921-1929) por donde hay hoteles, centro de convenciones y edificios de oficinas / residenciales; la parte que da más hacia el interior que conserva su templo, la antiguüa oficina de correos y los mercadillos que se mantienen en activo.

Poco a poco, como si de champiñones se tratase, hay edificios que desaparecen para dar paso a nuevas estructuras. En la actualidad diría que hay como tres o cuatro ubicaciones con edificios residenciales a punto de terminar, mientras tanto se intenta conservar algunos de los edificios históricos que le dan carácter al barrio.

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Es muy interesante el pararse un rato y leer estos cartelitos, creo que no se les presta toda la atención que se debiera. En ellos nos desvelan datos curiosos del pasado como era la popularidad de las casas de té en la zona que con el tiempo fueron extinguiéndose poco a poco para dar paso a otros negocios. Una mezcla entre dispensarios, tiendas de pescado seco, casas de empeño, puestitos varios y bastante oferta donde comer.

¿Se suelen fijar en los detalles como estos cuando hacen turismo? O bien, van a tiro hecho cuando quieren visitar un lugar. Creo que es importante no perder nunca la capacidad de asombro ante los pequeños detalles, es una buena práctica. Da igual que vivamos en un sitio o estemos de paso, mantener siempre los ojos en alerta.