Cenita española

 

Justo hoy hace una semana que celebraba la bienvenida al club de los 30 y para una ocasión tan especial, hubo también una cenita especial con mi chica. Nada mejor que disfrutar algo al estilo español pero con un toque moderno, un sitio que llevábamos bastante tiempo queriendo ir pero se nos había resistido y es que ha tenido bastante aceptación y si no se llama con un par de días de antelación, difícil que podamos encontrar mesa. Por suerte, siendo miércoles, parece que la cosa fue más fácil que en veces anteriores cuando había intentado reservar pero claro, era en vísperas de fin de semana que eso no ayuda.

A lo que iba. Cenita para dos en el restaurante «Fofo by El Willy». A pesar de que era yo el que estaba de celebración, decidí que fuese mi novia quien se decidiera por los platos, seguro que iba a acertar con los platos. Todo a modo de tapitas, así podíamos ir probando algunos de los platos recomendados o decidirnos por algún otro que nos llamase la atención. Y en lo que esperábamos hojeando el menú, un picoteo de unas aceitunitas y algo de pan con tomate, si señor 🙂
 

En lo que mi chica seguía pasando páginas de un lado a otro, aproveché para ir atacando al aperitivo. Parecía que ya lo tenía claro y llamó a la camarera, de paso preguntarle alguna recomendación más y también sobre el vinito, que lo mejor de acorde a los platos, sería un tintito (Marqués de Riscal).

A ver qué platos habrá elegido. Primero empezamos con algo ligerito para abrir boca: ensaladita de queso fresco con jamoncito e hijos.
 

La cosa se iría animando y los siguiente platos vendrían en pareja. Unas gambitas fritas por un lado y un ceviche de vieria con aguacate. El segundo estaba fresquísimos y ni que decir de las gambitas, con su toque de ajito y algo de picante, mmmmm. Sólo de describir estos platos ya se me está haciendo la boca agua, ufff…
 

La comida iba a buen ritmo. Disfrutando del vinito y la conversación de cómo se había dado el día. Un poco de pan y una pausita. El ambiente bastante agradable y animado con la mayoría de mesas ocupadas, pero sin demasiado murmullo, que es de agradecer. ¿Y lo siguiente? Unos montaditos con foie y el plato del fondo con trocitos de cochinillo asado.
 

Las raciones bastante bien servidas como pueden ver, aunque igual les parezcan un poco minimalista ¿qué opinan? Y para rematar la noche, unas chuletillas de cordero que no es por nada, hizo méritos para ser el plato de la noche, aunque la elección con el resto no es fácil ni mucho menos.
 

Muy buena la selección de platos que hizo mi chica y también coincidió conmigo que el cordero estaba en su punto, súper jugoso y con una salsita tremenda. Siendo otro de los candidatos a mejor plato de la noche, el cochinillo o las gambitas. Visto lo visto, ¿qué plato les tira más a ustedes?

Y como una buena cenita de cumpleaños que se precio, tampoco faltó una tartita y al igual que el año pasado, cortesía de la gente de Smartone. Una de tiramisú, que por suerte pudimos terminar con la ayuda de una amiga que estaba de casualidad en el restaurante, invitando a ella y a su amiga para que nos acompañasen en el postre. No se podía desperdiciar una tartita así, ni mucho menos 😀
 

El restaurante se encuentra situado en Central al principio de la calle Wellington. Para más datos, el mapita que adjunto.
 


Ver mapa más grande

Contacto Mallorca

 

Llegaríamos a la isla un sábado de tarde después de pasar unos días increíbles en Barcelona con muy buen tiempo y esperábamos que en Mallorca fuesen igual de buenos pudiendo disfrutar más del mar con algunas raciones de playita.

El vuelo es bastante corto con lo que casi ni te enteras, pero ya se sabe lo que pasa en los aeropuertos que uno invierte más tiempo pasando por el mostrador de facturación, seguridad y llegar a tu puerta de embarque con la consiguiente espera, que lo que fue el vuelo en sí. Lo malo una vez llegado al Aeropuerto de Palma de Mallorca, lo larga que se hizo la espera hasta que pudimos coger el coche que habíamos alquilado para esos días de estancia.

¡Qué ganas, por fin conducir! una de las cosas que más echo de menos estando en Hong Kong, aunque el transporte público con lo bien que funciona y cubriendo nuestras necesidades, uno no necesita más de momento. Y éste fue el coche que elegimos. Mentira, que nos dieron un modelo superior pero al mismo precio y ni tan mal 😀
 

Había sido precavido y memoricé los mapas en el móvil para orientarnos por los alrededores de la capital, aunque al final me terminé haciendo un poco de lío con una intersección e hicimos algún kilómetro de más pero finalmente llegamos a nuestro hotel. Mientras dejé las maletas en la puerta con mi novia, me fui a dejar el coche al aparcamiento más cercano. El hotel no estaba en el centro, centro pero se podía ir muy fácilmente bien en coche o igual a pie con algo más de paseíto, eso sí, parecía una zona bastante tranquila y el sitio por fuera inspiraba bastante relax.

¿Qué les parece la habitación? bonita, ¿verdad? Si hay algo en lo que confío, es en el buen gusto de mi chica a la hora de escoger el alojamiento, aunque si es cierto que le cuesta un poco decidirse pero siempre dan con una buena elección y esta no iba a ser menos.
 

 

 

Nuestra primera noche en la isla iba a ser de relax absoluto, luego ya tendríamos el día del domingo por delante para aprovechar y ver más cositas. El plan era ir en busca de algunas calitas por la zona sureste, tenía algunas recomendaciones pero seguro que improvisaríamos un poco. A ver qué tal se nos da, en la próxima entrega lo sabrán. Pero aún quedaban horas de sol para irnos hasta la avenida y disfrutar de un paseíto contemplando algunos barquitos de impresión.
 

 

Muy útil

 

Seguro te ha pasado que cuando vas por la calle acabas con algunos folletos que se suelen repartir por la calle, y sobre todo aquí que te puedes encontrar a gente repartiendo en casi cualquier esquina, bien sea de restaurantes, centros de belleza o bien para montar tu oficina virtual. Haciendo un poco de limpieza en mi bolso, no me acordaba que el otro día me había mandado un papelito anunciando el siguiente gadget:
 

Mira que hay otros gadgets en el mercado que uno puede cuestionar su utilidad, pero este la verdad, creo han acertado con sus posibilidades. Se trata de una batería que podemos enchufar para recargar nuestro móvil y a su vez se coloca en el interior de una práctica linternita de bolsillo, sino vean las imágenes del cuadro a continuación. Algunas de sus características entre otras son:

– Resistente al agua.
– Dureza, hasta para romper un cristal.
– Lámpara LED.
 

Y como pueden ver, su precio es más que razonable 290 HK$ (por debajo de los 29 euros). Hasta estaba pensando en comprarme una para probarla y ver qué tal va. Sirve tanto para iPhone como para cualquier otro telefóno, cuenta con dos adaptadores. Bastante completo. Si finalmente termino comprándolo, ya les contaré mis impresiones. Este si es un cacharrito muy resultón, ¿no les parece?

 

Y me llevo 3

 

Un día más como otro cualquiera, o no, de esos que te levantas con un poco de pereza y cuesta arrancar hasta que dices «mejor me levanto, que sino llego tarde». Un afeitadito, duchita y luego coger fuerzas con el desayuno: cafecito y pan con mantequilla-mermelada de fresa. Últimos toques delante del espejo, revisar que no falte nada en mi cartera y salimos de casa.

Paseíto desde casa hasta el metro y preparado para el trayecto hasta llegar a la oficina. Momento para ponerme al día actualizando el correo, leyendo y respondiendo tweets, y algunas noticias también. De banda sonora un poquito de John Legend al que estoy enganchado últimamente.
 

Al llegar mi estación, Admiralty, paso por delante de unos paneles publicitarios que a cada poco cambian y son testigos mudos del paso constante de gente. Anuncios de centros de belleza, mensajes de seguridad del metro o de algunos conciertos u obras de teatro. Ellos saben que aunque no los mire demasiado tiempo, nos conocemos bien las caras y me doy cuenta cuando alguno de ellos cambia su contenido, momento para que mis ojos se detengan unos segundos más de lo normal para analizarlo y seguir mi camino hacia las escaleras mecánicas. Ya sólo me queda un tramito y el ascensor hasta la oficina.
 

Mi mesa con sus papeles y el ordenador me dan los buenos días. Vamos al lío durante unas horas. De esta semana no paso que vaya cerrando temitas después de las últimas semanas que hemos tenido bastante ajetreo con ferias y claro, ahora toca ordenar documentos y más documentos. Hasta que la hora del almuerzo se acerca, hoy un poco más temprano en relación a mi horario habitual y con el resto de compañeros de la oficina compartiendo. La lasaña de carne me supo a gloria, y es que hacía bastante que no la pedía y acompañada de un juguito de melocotón.
 

Si han leído hasta este punto dirán: «Pues si mi día es casi igualito que el tuyo», pero llegado el punto después de terminarl el almuerzo, llega el momento del postre que esta vez tiene un tinte más especial.
 

Dejando atrás los 20 y adentrándonos en una nueva década. Un añito más que hace que me una al club de los treinta junto con más amigos que hace unos meses han pasado a formar parte del mismo. Me gustaría poder estar la familia y los amigos para celebrar el día, pero llevándolos dentro es como si ya lo hubiera hecho, pero seguro más adelante tenemos ocasión de más celebraciones.

Aprovechar para agradecer todas esas felicitaciones recibidas por las redes sociales. ¡Gracias de corazón!