Volvimos a Osaka

Después de cinco años desde la última visita, volvimos a Osaka. Justamente fue el segundo destino cuando las niñas tenían poco más de un año después de haber ido a Tenerife un par de meses antes.

Lo que sería mi cuarta visita a la ciudad y la estancia de mayor duración. Con ganas de recorrer de nuevo sus mercados..

La popular zona de Dotonbori y su multitud de establecimientos para disfrutar takoyaki, okonomiyaki, ramen o izakaya. Hay donde elegir.

Y si queremos ocio: karaoke, juego de dardos..

Para que sirva de aperitivo, unos pinchos para abrir boca.

Fue un viaje bastante completo y con tiempo para patear, ir de parque de atracciones, descansar y hacer algunas compras.

En un próximo post les contaré algunos detalles más de lo que dio de si. Espero que me acompañen 🙂

Volvimos a Osaka


En el aeropuerto

El segundo viaje en poco tiempo de las niñas, igual le están cogiendo gustito a esto de viajar no? si en el mes de Mayo fuimos a ver a la familia en Tenerife; esta vez nos dimos un saltito a Japón y volvimos a Osaka. Tres años ya desde la vez anterior, destino que también sirvió a modo de pequeña luna de miel. Esta vez vinimos con la familia casi al completo y con otra familia amiga, una pequeña tropa de gente 🙂

A pesar de no haber llevado conmigo la 7D, sacamos bastantes fotitos allá donde ibamos. Y en el aeropuerto como no, algunas fotos más en lo que hacíamos tiempo después de dejar las maletas en el mostrador de facturación.

Moverse con un carrito de bebés implica tener que ir buscando el acceso a los ascensores, que no siempre es tan fácil. Curioso que para acceder a la planta 3 había que buscar otro ascensor que andaba un poco más escondido.

Haciendo tiempo

El aeropuerto de Kansai parece que poco a poco se va renovando y mejorando sus instalaciones. No obstante, hay algunas zonas que tienen como un poco de aire retro jeje. Seguro que Flapy que está más curtido tendrá una visión mejor de este aeropuerto. Pero lo cierto es que no le falta de nada: buena oferta de restaurantes, aseos, duty-free y zonas de descanso.

Por suerte las niñas pudieron dormir en lo que hacíamos tiempo para ir a la puerta de embarque. Un poco de tranquilidad después de un almuerzo movidito. Listos para regresar a Hong Kong! la vuelta siempre es un poco más pesada y más aún si al día siguiente tiene uno que ir a la oficina. Tan sólo poco más de 3 horas de avión y estaremos de vuelta; coger un taxi con todos los bártulos y para casa.

Volveremos, seguro

Gracias Osaka por hacernos pasar unos días agradables, aunque calurosos. Paseamos, comimos, compramos y turisteamos un poquito. No dudo que volveremos en el futuro, bien para explorar algo más la ciudad o como base de operaciones para movernos por otras ciudades de la zona. Nos encanta Japón y siempre nos quedamos con ganas de más, tantos sitios aún por visitar 🙂

Retorno Asakusa

 

Cuando pensamos en Tokio, ¿qué nos viene a la cabeza? su comida, el transporte, su gente…una ciudad donde se mezcla modernindad pero en armonía con tradiciones que tienen cientos de años. ¿Y qué es Japón sin visitar sus templos? es algo que no debemos perdernos, sin duda. Asakusa es uno de esos sitios con encanto especial, a pesar de lo turístico que pueda ser, en esta mi segunda visita me ha vuelto a encantar como si fuese totalmente nuevo para mi. Cierto que durante la primera vez las condiciones metereológicas no eran todo lo bueno que quisiera, llovía y si no recuerdo mal no pude hacer buen uso de la cámara réflex como me hubiera gustado, así que, la mayoría de las fotos fueron a golpe de compacta.

Esta vez el tiempo era inmejorable, con un cielo azul y calorcito de verano, un gustico 🙂 y la gente que no falta por la callecita que tras pasar una de las puertas principales, nos conduce al templo y su pagoda.
 

 

Los paraguas no podían faltar para protegerse del sol, ya se sabe de la costumbre asiática con el tema del color de la piel. Resulta práctico pero a la vez me sigue pareciendo extraño, pero el sol intenso lo justificaba. Yo si hubiera tenido una gorrita, pero bueno, a caminar por la sombrita en medida de lo posible.
 

¡Anda! este si que va diferente al resto y con el bolsito de la novia que al poco aparecería..
 

Y ya que vamos a visitar el templo en cuestión, tampoco es mala ocasión para echar un vistazo a los souvenirs que podemos comprar en todos los puestecitos que hay en la zona. Desde una simples cholas o hasta unas simpáticas caretas de algunos personajes animados. Seguro que El Capitán reconoce una de ellas 😀
 

 

Prosigamos nuestro camino a ritmo de farolillos. Qué bonitos, verdad? imagínenselos de noche y con el color rojito encendido. Es también un elemento decorativo muy interesante.
 

Vaya, hasta tenemos a gente haciéndose una fotito de grupo, y es que el sitio lo merece. Puede que pareciese que estaba muy aglomerado, pero la gente se repartía muy bien por las distintas dependencias del templo. Mientras unos sacaban fotos, otros haciendo ofrendas con incienso en el interior o bien sentados en un banquito a la sombra de los árboles.
 

 

Esta parte no recuerdo haberla visto la vez anterior. Era como una zona anexa con un pequeña casetita donde la gente también iba a ofrecer sus respetos y dejar algunas tablitas con inscripciones.
 

 

Y esto es todo amigos, al menos para la entrada de hoy. Nos despedimos con una vista desde la parte alta del templo en Asakusa. Que tengan buen finde, que ya estamos en diciembre y las temperaturas más fresquitas se apoderan de Hong Kong, aunque no nos podemos quejar.
 

 

Mercado de Tsukiji

 

Hoy les invito a que me acompañen a dar una vuelta por los alrededores de Tsukiji. Ésta zona podría ser como cualquier otro punto de Tokio, pero hay algo que la hace más interesante y muchos turistas acuden cada día a visitarla.

Las callecitas llenas de tiendas y con actividad constante durante toda la mañana. Desde puestos que venden pescado fresco, algunos pinchitos ya preparados o bien si queremos hacernos con alguna botella de sake. Tanto para la gente del barrio, como para los turistas que quieran llevarse algún recuerdo o bien hay alguien que les haya hecho un encarguito.
 

 

 

Me llamó la atención estas virutas que son las que nos podemos encontrar cuando comemos un okonimayaki. Eso me recuerda que Alberto habló recientemente sobre sus andanzas gastronómicas por el centro-este de Japón, muy recomendable leérselo. Y me ha venido genial para saber el nombre exacto de las mismas: virutas de Katsuobushi.
 

La pinta del pescado es increíble y los precios la verdad que no están nada mal. Hasta daban ganas de comprar algunos trozos y cocinarlos, lástima que en el hotel no se pudiera, sino.. 😀 pero ante el mono de comer algo mientras curioseábamos por los puestos, hasta que nos decidimos por uno y picar algo. La verdad que no habíamos desayunado mucho y un picoteo no venía mal.
 

A ver si adivinan, ¿qué fue lo que pedimos?
 

Con las pilas más cargadas tras la breve paradita de antes, era momento de entrar al mercado. Antes de entrar esta placa te avisa para que estés al loro y no te despistes con el paso de los camioncitos, además de, que el suelo puede estar mojado. Así que, todos prevenidos pero seguro que algún despistado siempre hay.
 

Como se observa en el mapa, la zona de azul es la que se refiere al pescado y desde luego la más interesante de todas, donde se producen las subastas a diario desde muy temprano. Esta parte no la llegamos a ver, aunque nos hubiera gustado, pero el cansancio de los días anteriores y con el calor nos dejó un poco derrotados, con lo que no llegamos a madrugar lo suficiente. Sin embargo, no dejamos pasar la ocasión de visitar la zona para ver lo que allí se cocía, y con muy buen sabor de boca que nos iríamos.
 

Aquí les dejo algunas fotos del interior del mercado. Cajas y palés por todos lados, gente pasando de un lado a otro… Muy curiosas unas especie de motitos en las que los hombres iban de pie y servían para llevar cajas de un sitio a otro, algunas pasaban como una exhalación, y eso que la jornada de mayor actividad había pasado pero no hay descanso para asegurar que el pescado llegue lo más fresco posible.
 

 

 

Y lo mejor para el final: los restaurantes. La gente se agolpa a la salida de uno de ellos esperando su turno para comer el mejor sushi y sashimi de la ciudad. A nosotros nos hubiera gustado esperar, pero bien que hicimos saliendo fuera del recinto, encontramos un sitio más tranquilo y disfrutamos igualmente.
 

No dejen de visitar Tsukiji en su próximo viaje, agradable a la vista y sobre todo al paladar.