Cada día cuando hago el trayecto en metro hasta la oficina, en una parte del recorrido hay siempre algo que me llama la atención. Es una explanada donde se concentran bastantes camiones, es curioso ver desde lo alto el juego de colores que forman el blanco y el azul. Me imagino que pueda ser parte de un centro logístico en el edificio cercano, tendría mucho sentido ya que se trata de la zona de Kwai Chung que queda prácticamente al lado de la terminal de contenedores de Kwai Tsing que conforma el puerto de Hong Kong, siendo el tercero a nivel mundial en movimiento de mercancías.
Estos camiones una vez cargados no sólo distribuirán en la ciudad sino que también hacia la parte de China continental: Shenzhen, Dongguan o Guangzhou, las más próximas. No obstante, la ciudad es un sitio clave para la reexportación de muchos productos debido a las pocas trabas que hay en la economía de la región.
Me pregunto cuántos se moverán a diario. Es toda una maquinaria bien sincronizada y a veces diría que hasta invisible. Las cosas llegan de una punta a otra del planeta vía marítima, aérea o terrestres y seguro que no nos hacemos una idea de por cuántas manos pasa hasta que consumimos algo.