Tren y coche

Remontándome a hace tan sólo un par de fines de semana, hicimos una escapadita a la costa en la provincia de Guangdong junto a mi novia y su familia. Como quien dice está ahí al lado pero las distancias en China no suelen ser precisamente pequeñas, aunque las infraestructuras en las carreteras son bastante buenas a mi parecer y siguen mejorando con el tiempo, se tarda en llegar un ratito. Lo comparo como cuando la gente de Madrid se va a las playas de la comunindad Valenciana, son 4 horas de trayecto, que fue lo que tardamos nosotros. Bueno, en verdad fueron casi cinco pero porque pillamos algo de retenciones y algún que otro accidente que hacía el tráfico algo más lento.

Pero antes que nada, como no salimos en coche desde Hong Kong directamente tuvimos que ir en tren hacia el norte. A unos 45 minutos de tren desde Shenzhen era el punto de encuentro para salir en coche y rumbo hacia la costa.

El viaje en tren no es nada nuevo porque es lo habitual cuando vamos de visita a su pueblo. El tren va saliendo lentamente del corazón de Shenzhen, cada vez más avanzada con rascacielos que nada tienen que envidiar a los de Hong Kong, pero la ciudad en sí es otra historia, un monstruo que continúa creciendo muy rápido. Hasta que luego nos encontramos con puro campo de cultivo y salpicado con pasos elevados de autopistas u otras líneas de tren en paralelo.

Con tiempo para hacer una pausa y almorzar antes de emprender el viaje por carretera. Un ligero dim sum para ir con el estómago contento, y más adelante habría tiempo para hacer una paradita técnica al par de horas. Un alivio para el conductor que debe descansar y para el resto de pasajeros que puedan estirar un poco las piernas durante algunos minutos.

Paramos en un área de servicio y de paso comprar algún aperitivo. Lo que más apeteció en aquel momento era un heladito. Uno mientras iba en el coche no se entera porque va a gustito al fresco del aire acondicionado, pero una vez fuera el calor pegaba de lo lindo.


 

Entre las cosas que encontré por los alrededores, unos carteles para la prevención de accidentes aunque para mi gusto bastante impactantes. Me hizo recordar a las campañas de la DGT en España. Algunos de ellos con bastante mala pinta, aunque no apto para que lo viese algún peque que pasase por el lugar.

De paso, mirar un poquito el mapa de carreteras y ver la distancia que aún nos quedaba por recorrer. Por suerte, estábamos tan sólo a un par de horitas más de nuestro destino: la isla de Hailing, marcada en ese circulito en rojo que ven en la parte inferior y un cacho más a la derecha el territorio de Hong Kong. Parece que el lugar tenía buena fama por sus playas y también por comer marisco de calidad a precios razonables. Así que un fin de semana entre rayos de sol y buena comida, no pintaba nada mal.

Terminada la paradita, de vuelta al coche y esperando que el trayecto no se hiciese más largo de lo normal. Algunas canciones chinas pop amenizaban en el coche mientras pasaban los kilómetros e intentaba cazar al sol entre el paisaje de rías, árboles y montañas. No quedaron nada mal algunas de las fotos que saqué, todas sacadas con el móvil y sin aplicar ningún tipo de filtro o retoque.


 

 

Cuando pasaba un poco más de las seis de la tarde el cielo parecía ir diciendo: «mañana más y mejor». La luz se iba debilitando y estábamos más cerca de llegar, aunque aún seguíamos en la zona continental y tendríamos que cruzar el puente que conecta la isla con el continente. Entre medio pararíamos para cenar y así ir luego directos al hotel; más tarde tendríamos tiempo para dar una vuelta por los alrededores y ver el ambientillo nocturno.

Casi cinco horas de viaje en total pero transcurridas con total normalidad, salvo algo de tráfico inicial y de resto todo muy fluido. Al día siguiente nos esperaba la playa, de eso se trataba, el madrugón no nos los quitaba nadie para aprovechar el tiempo al máximo. Les voy contando en la siguiente entrada.

Alta velocidad

Pasando por la estación de Jordan el otro día, me llamó la atención unos biombos que había en una de las zonas de paso. Esta vez no se trataba de ningún stand publicitario que acostumbra a haber, sino a modo de paneles informativos, la empresa de metro, MTR, había dispuesto un espacio para contar la evolución de las obras del futuro enlace hacia Shenzhen y Cantón, de la estación que acogerá la línea de alta velocidad.

Estará al ladito de las estaciones de Kowloon y Austin, convirtiéndose en un lugar de mucha actividad de pasajeros. De momento quedan un par de años para que esté operativa pero las obras marchan con buen ritmo, con las oportunas medidas de seguridad y que todo se termine sin incidencias que es lo importante.

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Como saben, en los últimos años China ha invertido bastante en su red de trenes, incluso superando a Japón. Un plan ambicioso y que hará no sólo rápidas sino más cómodos los desplazamientos en las principales ciudades del país.

Se habla de hacer un trayecto Hong Kong a Pekín en poco más de 8 horas cuando en la actualidad se tarda más del doble. Ideal para los viajeros que quieran experimentar el viajar en tren y alejarse del avión, que aunque sea más rápido, a veces tiene sus retrasos y lleva más tiempo de la cuenta.

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Los túneles también son protagonistas en el trayecto que une la ciudad hasta Shenzhen, evitando que se afecte el paisaje y bajo tierra sea algo más discreto aunque no ha estadow exento de polémica alguna parte del proceso.

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Uno de los grandes proyectos que se desarrollan en la actualidad aunque ni mucho menos el único de los que tiene el MTR. Extensión de la línea de la isla de Hong Kong, un enlace desde Kowloon a Admiralty..entre otros. Todo sea por una ciudad mejor conectada.

Cosas en China

En una de las últimas visitas a China continental y a pesar de no haber ido con una cámara en condiciones, siempre me gusta observar el trayecto lo más pegado a la ventana posible. Tan pronto uno pasa la frontera en Shenzhen dejando atrás la ciudad, nos damos cuenta cómo van cambiando las cosas a nuestro alrededor y no sólo por que cambio del idioma del cantonés al mandarín, las formas de la gente y el paisaje. Un trayecto que solemos hacer cuando vamos a visitar a los familiares de mi novia, como quien dice «al pueblo». Nos cogemos el tren en la misma estación cerca de Lo Hu y en apenas 45 minutos hemos llegado a nuestro destino, aunque luego queda otro poquito más en coche hasta el punto final.

Las extensiones de campo se pierden en el horizonte. Gente que se gana el día a día en la tierra de cultivo y observa el pasar de los trenes que con el tiempo se han vuelto más veloces, pero también quedan algunos con más años que siguen haciendo su labor como trenes de mercancía o de larga distancia. El progreso de China en las redes de tren es indiscutible y le va ganando la partida al mismísimo Japón. No obstante, dentro de unos años también en Hong Kong se contará con una estación del tren de alta velocidad que nos lleve hasta Guangzhou en menos de la mitad de tiempo o también a Shanghai y Pekín en tiempo récord.

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Otros medios de transporte habituales, bicicletas adaptadas y algunas incluso con motorcito, porque para algunos eso de pedalear es cosa del pasado, aunque viéndolo de otra forma, facilita cuando llevan algunas cargas bastante pesadas y voluminosas.

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Y las viviendas son otro punto y a parte con ese estilo peculiar de enrejados que tanto gusta poner en los balcones. Macao es otro sitio donde esto también llama la atención, pero no tanto en Hong Kong. Seguro que a Quicoto le habrá llamado la atención en su reciente viaje por estas tierras.

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Las celebraciones son también algo distintas y contienen algunos matices, pero con los ominpresentes fuegos artificales o en este caso petardazos. Una forma de espantar los malos espíritus o al menos dejarlos sordos con una buena traca. Habitual que en el Nuevo Año Chino, festivales o incluso en cumpleaños estén presentes.

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¿Un camión transformer? 😀 es que en China nunca se sabe lo que puede pasar y hay que estar con los ojos bien abiertos. Son los reyes a la hora de adaptar y/o copiar las marcas como nadie y se pueden encontrar auténticas perlas.

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Bicis por doquier

Especialmente por los Nuevos Territorios hay más movimiento de bicicletas si lo comparamos con Kowloon o la isla de Hong Kong. Espacios amplios, verdes y con carriles bici para llegar bien de un lugar a otro. Es un medio de transporte muy práctico y a la vez se hace ejercicio en los desplazamientos.

El problema es que hay mucha gente que no puede subirse la bici a casa con lo que optan por dejarla en la calle, y quieras que no, eso tiene sus riesgos. Las bicicletas suelen estar encadenadas a algunas de las vallas como podemos ver en las fotos, se llegan a juntar bastantes y siempre hay alguna que otra que destaca.

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Con el pintado no quisieron complicarse desmontando los componentes 😀

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Con el tiempo algunas se van estropeando y sus dueños se despreocupan de ellas y terminan por abandonarlas sin que nadie haga nada por solventar esto. Creo que luce bastante feo el ver bicicletas oxidadas o partes de estas, puesto que alguien seguro se aprovecha, y no se pongan medios para hacer una limpieza. Podrían seguir el ejemplo de Japón y llevar un control de las mismas con licencias y seguro los dueños se preocuparían más. Ahora que lo menciono, creo que he visto algo parecido en la isla de Lamma; sería bueno contrastarlo.

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Y entre tantas, de vez en cuando alguna tan reluciente que es la envidia del resto.

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Buenos recuerdos me vienen de cuando pequeño y mi primera bici, de vez en cuando tengo el mono de cogerla, lástima que no tenga una aquí pero puede que un día me anime a hacerme con una y aprovechar los fines de semana. Eso sí, bien guardadita en casa.