Ahora que he tenido tiempo, no podía dejar pasar la ocasión de hacerle un «reportaje» a nuestro siguiente protagonista. Alberto que en la vez anterior tuvo un detallazo, esta vez también se portó trayendo consigo algunos presentes de aquellas tierras: unos mochis buenísimos (mango y té verde) y unos Kit Kat. De los mochis ni dio tiempo a retratarles, ya que, había que comérselos rápido para que no se echaran a perder.
¿Y qué podemos decir de estos Kit Kat? yo que por la pinta que tenía la caja y esos colores verditos, me sugería que podrían ser de té verde, pero la cosa cambió cuando descubrí un lateral… wasabi
Mi pregunta era la siguiente: ¿picarían? Seguro que más de una vez se les fue la mano con el wasabi cuando comen sushi y luego… la sensación que «inunda» nuestra nariz, eso ni los chicles de eucalipto. Uno se queda con unos sudores y como que uno puede respirar el doble, jaja o no? 🙂
Ya sólo nos queda hacer la prueba, paquetito abierto y preparado para dar el primero mordisco… ¿Sensaciones? de momento ni rastro del sabor del wasabi pero sí que una sensación distinta comparado con el Kit Kat original. Chocolate blanco con un ligero color verde pistacho. ¿Igual los «picores» empiezan pasados unos segundos? pero por si acaso vamos a tomárnoslo con calma e ir disfrutando en los días siguientes del resto de Kit Kat´s.
Gracias Alberto por traerlos desde las tierra de los «Kit Kat´s raros». Tendrás que hacer una recopilación de todos los que encuentres por allá, seguro nos sorprendes con sabores más que exóticos. No lo dudo 🙂