Hace poco que se celebraron elecciones legislativas en la ciudad y que sirven como antesala a las elecciones del jefe ejecutivo que tendrán lugar el año que viene.
Por los alrededores de casa las pancartas ondeaban hasta el último día y más aún cerca de los colegios electorales. En la calle cerca de donde vivo y con escasos 500 metros entre un sitio y otro, dos colegios con sendos sitios para votar.
Hoy es un día de estar en familia y es que empieza el otoño con uno de los festivales más importantes: Mid Autumn. Los clásicos mooncakes no pueden faltar en una noche como la de hoy en las reuniones familiares. Y para los más pequeños jugar con farolillos de papel.
Un día en el que la gente sale un poco antes de la oficina pero eso conlleva un problemón: las aglomeraciones. Todos quieren llegar a casa cuanto antes, bien sea para preparar la cena o reunirse con los suyos a tiempo.
Avanzamos un poquito más y la puerta del vagón queda más cerca pero no es tarea fácil. Los trenes vienen con bastante frecuencia pero ya vienen bastante repletitos de gente. Los que se ponen nerviosos, algunos empujones y voces; la gente no sabe tomarse con calma las cosas y algunos pierden los papeles.
Sea como sea y pasados los momentos de estrés, ya en casa a disfrutar del fin de semana largo que tenemos por delante. Noche de luna llena y recibiendo una estación que muchos reciben con los brazos abiertos.
¡Feliz festival de otoño a todos! No sólo desde Asia sino desde otros muchos puntos de nuestro planeta haciendo que la tradición continúe.
Rescatando unas fotos que tengo de no hace mucho, ¿una de mis zonas preferidas de la ciudad? diría que Sham Shui Po es una de ellas, y es que se presta a poder sacar fotos del ambiente en la calle. Desde los puestos recién sales del metro: el centro de tiendas de informática, puestos de comida, vendedores ambulantes… Es un hervidero de muchas cosas, gente que se mezcla en muchas direcciones.
Parece que el verano va llegado a su fin, y es que los días soleados ya no abundan tanto. La lluvia ha sido la protagonista en las últimas semanas y conforme avanza el mes de septiembre se va notando algo el cambio de tiempo, pero sigue haciendo humedad.
Para los que quieran evitar el calor, se viene la mejor época del año para poder visitar la ciudad con un poco menos de agobio. La gente es irremediable, pero cuando las temperaturas se hacen más agradables tiene su punto para los más acalorados.
Otra de mis escenas preferidas es en los puestos de frutas, tan llenos de color y siempre atentas las miradas a la oferta del día. Unos platanitos o quizás unas manzanas, buen aperitivo para tener en la oficina.
Y ya como nota final para este post, este abarrotado puesto que es una copistería-imprenta. Espacio aprovechado hasta el último centímetro entre papeles, sobres y algo de material de oficina.
Eso me recuerda que hace poco Quicoto ha publicado en su blog un proyecto que llevará a cabo sobre los barrios de su Barcelona natal. Pinta bastante interesante este enfoque que le va a dar y seguro muchos se sorprenderán de las imágenes recogidas. Creo que en Hong Kong nadie ha hecho nadie similar, aunque me viene a la mente un adolescente que recorrió durante una semana todos los distritos de la ciudad pero no sé si fue a modo de proyecto fotográfico; tendré que indagar un poquito más.
Resulta ciertamente interesante que nunca terminamos de conocer el lugar al que llamamos hogar. Bien sea la ciudad que nos vio nacer o en la que residimos en la actualidad. Siempre habrá excusa para retornar a ese barrio, darle una vuelta de tuerca y que nos sorprenda con una nueva faceta.
¡Feliz fin de semana a todos!
En otra época había una mayor actividad, trabajar la tierra para poder sacar la familia adelante y tener sustento para todos. Con el paso del tiempo, las nuevas generaciones que dan el salto: el movimiento del campo a la ciudad, al igual que en otros muchos lugares también en Hong Kong, quedan lugares un poco olvidados en la memoria.
Muchas de estas edificaciones de estilo Hakka, quizás de algún clan que se estableció hace muchos años en la zona. Por suerte son apenas unas diez casitas, aunque sólo las del núcleo central parece que sigan teniendo algo de movimiento. Algunos coches aparcados por fuera pero sin rastro de gente cuando pasaba por allí. Creo que incluso en algunas se estas aldeas se puede degustar comida durante el fin de semana u organizan algunas visitas, pero mejor será que no se llegue a masificar para que pierda su magia.
En la aldea de Sha Lo Tung en los Nuevos Territorios, todo es paz en medio del verde que ha brotado con algunas lluvias ocasionales y también la llegada de la recién estrenada primavera.
Para los que aún tengan nostalgia, siempre les queda el poder regresar el fin de semana y hacer de ello una costumbre para mantener vivos los recuerdos de sus antepasados. Seguro que muchos se criaron allí, correteaban por el campo y el camino hasta el colegio era de todo menos fácil.
No obstante, el mayor peligro que tienen estas tierras es que caigan en manos de constructores golosos que quieran urbanizar y hacer un residencial con precios exorbitantes. Es ahora cuando el campo llama; buscar la paz y evadirse de la ciudad retornando a los orígenes.
