El dilema

 

Ayer nos encontramos con una mala noticia. ¿Será que el Chicharrero por Hong Kong cierra sus puertas así de repente? no tranquilos/as que de momento el blog se encuentra joven y con ganas de seguir dando guerra 🙂 La noticia nos cayó de repente y ahora se nos presenta un pequeño inconveniente con el que no contabamos: tenemos que volver a cambiar de casa y no porque queramos, sino por motivos ajenos a nosotros. Ya se sabe como es el mercado, y bueno, ahora que las cosas están mejor parece que son muchos los propietarios los que se animan a intentar vender sus propiedades, y nos ha tocado a nosotros.

Y uno que sabe cómo va el tema de la vivienda por estos lares, da pereza tener que ponerse a buscar de nuevo. No es que sea una cosa inminente, al menos tenemos unos meses para ir mirando. Siendo a finales de septiembre cuando cumplimos nuestro primer año en la casa actual en la que tan contentos estamos. Claro, uno no cuenta con esta serie de imprevistos y en nuestros planes cabía la posibilidad de alargar nuestra estancia un año más, ya que, los contratos de vivienda por lo general suelen ser de 1 año fijo + 1 año opcional

Parece mentira que desde mi primera casa hasta ahora, ya hace un total de 3 y eso sin contar los apartamentos que estuve de forma temporal en los primeros meses al poco de pisar la ciudad. Lo principal será buscar un piso en la misma zona donde estamos ahora, bien en el mismo bloque o algún otro edificio en los alrededores. Comparar tamaños, facilidades y sobre todo precios, que el mercado parece que vuelve a estar al alza y de ahí que la gente también se decida a poner sus pisos a la venta.

No es que la idea me seduzca mucho, porque todo hay que decirlo, estoy a gusto en la casa pero… no queda otra. Al menos tenemos unos meses para digerirlo e ir viendo opciones durante el finde de forma calmada hasta dar con un lugar que sea adecuado para nuestras necesidades. Mmmm y si llevase un poco de dinero suelto en el bolsillo, comprar sería una opción pero son palabras mayores y más el piso en el que estamos.

Lo dicho, a tomarlo con paciencia y a ver qué nos puede ofrecer el mercado. ¡A la carga!

 

A por el cantonés

 

Ayer por la tarde después del trabajo me fui hasta Wan Chai y no para echarme unas copas 🙂 sino en dirección al «VTC (Vocational Training Council)«, un organismo que imparte cursos entre los que hay de idiomas como este de «Cantonés de Supervivencia» al que me apunté.

A pesar de llevar un tiempo en la ciudad y teniendo la facilidad de poder comunicarse en inglés en casi cualquier parte, hace que quizás el cantonés no sea tan atractivo de aprender además de su consiguiente dificultad si lo ponemos al lado del mandarín. No obstante, la mayor parte de la televisión que veo es en cantonés con subtítutulos (en chino) y hago el esfuerzo de enterarme a base de lo que logro entender y de mis pocos conocimiento de caracteres, aunque dígase de paso y para complicar:

Cantonés -> escritura tradicional
Mandarín -> escritura simplificada

Aprovechando los caracteres que sé, aunque sean simplificados de cuando estudiaba mandarín, pues uno saca cosas pero los sonidos son totalmente distintos desde luego. Veamos un ejemplo:

 

你好 -> Mandarín: Ni hao // Cantonés: Nei (Lei) Hou

 

De momento en la clase de ayer a modo de introducción hemos visto como presentarnos: saludo, nombre… y como no, toca practicar los tonos que son un total de 6 aunque dicen que pueden ser 9. Y de fácil nada, porque a veces las diferencias son tan pequeñas que uno tiende a equivocarse y cuidado, que un mismo caracter puede tener distintos significados según la entonación que se le de, no vaya a ser que digamos algo que no es lo más apropiado para ese momento :/

Y es que por 300 HKD (30 y pocos €), que es lo que cuestan las 20 horas de clase, poco más se puede pedir. Además si luego atiendes más del 80% a las clases, te devuelven 240 HKD, con lo que sale regalado. Ahora quedan por delante un total de 7 semanas más, a razón de una vez a la semana y unas 2 horas y media por clase. Así que cada martes de 7 a 9 y media de la noche, a darle duro con el cantonés. A ver que tal se me da y si luego me puedo soltar un poquito más en algunas actividades de la vida diaria como en el supermercado o en algún restaurante.
 

Jardines botánicos

 

El otro día después de terminar de comer en casa del jefe que nos había invitado a paella. Que mejor que dar un paseito en dirección a Central y hacer que la digestión se procese mejor. De camino, decidí aprovechar para pasarme por los jardines botánicos de Hong Kong, que creo recordar fue el año pasado cuando pasé por ellos. Tenía pendiente escribir sobre ellos, pero con el tiempo de esas cosas que uno va dejando pasar.

Situados en un entorno privilegiado, en un lado de la montaña y a pocos paso del centro de la ciudad. Al igual que comentaba en su día sobre Hong Kong Park, un sitio ideal para evadirse un rato y dejarse llevar por el entorno de árboles y plantas.

De un vistazo en este mapa podemos ver las zonas en las que están divididos los jardines. Dando un paseo agradable se puede recorrer sin mayor problema, eso si, tiene algunos tramitos algo más empinados y cuando el calor aprieta se nota, pero no nos quejemos que es un buen ejercicio para el cuerpo y estar rodeado de tanta naturaleza.


 

Entorno frondoso y gran cantidad de verde colorido.
 

Y con banquitos para sentarse. En uno de ellos me quedé un rato tan tranquilamente dejando la mente en blanco y la música del Ipod ponía la banda sonora.
 

 

 

Anda, pero si hasta tenemos un banquito con cabezas de Mickey Mouse a pares 🙂
 

 

 

Una pena que la fuente central que tiene estuviera vallada por renovaciones. Esperemos que la abran de nuevo al público y poder mostrarles algunas fotos, que tiene un diseño curioso y llamativo. Y a parte de la variedad de flores y plantas que podemos encontrar en su interior, también cuenta con un aviario además de algunos animales, a modo de mini zoo. ¿Quién nos lo ba a decir, no? bastante variedad y una forma distinta de pasar una tarde de fin de semana.
 

La mansión

 

Bienvenidos al «lujo» de uno de los lugares emblemáticos en el otro lado, en la parte de la península de Kowloon en la zona de Tsim Sha Tsui, las famosa Chung King Mansions. Seguro que ya por el nombre, les suena a sitio peculiar, no? y en verdad lo es. Situado casi al principio de la larguísima calle de Nathan Road y en pleno centro del bullicio de la zona de compras. En este edificio se concentran gran cantidad de negocios entre los que tenemos:

– Restaurantes indios.
– Tienditas de electrónica.
– Casas de cambio.

Sin olvidarnos del motivo principal para que visitemos este edificio: los hostales. La abundancia de alojamiento en este edificio, lo hace muy atractivo para la gente que vaya buscando un sitio barato donde pasar la noche. Siendo el alojamiento en la isla de Hong Kong algo más caro, es una buena opción quedarnos en Kowloon, y es que siempre y cuando tengamos una boca de metro a pocos pasos, no tendremos problemas en nuestra movilidad por la ciudad.
 

Merece la pena acercarse a su interior y recorrer los estrechos pasillos de cada planta, sitio laberíntico donde los haya y con pequeños ascensores que nos llevan de una planta a otra. Todo un submundo y buen escenario para alguna película que se precie. Ese interior de aspecto descuidado, de paredes grises y metal oxidado, mezcla de razas y culturas…
 

A modo de curiosidad, hay una película que lleva por título Chung King Express que me la recomendaba un día Carla, que por cierto aún tengo pendiente de ver. Para aquellos/as que se quieran «sumergir» en una visión más cercana de este edificio tan particular.

Es uno de esos sitios que le da ese encanto particular a la ciudad donde se mezcla lo moderno con lo viejo, lo bello con lo cutre, pero todo en armonía y es lo que crea la expectación al paso del turista.