Un post simple para el lunes que a veces la mente está un poco espesa después del fin de semana. Y es que a veces uno no para a mirar las cosas dando una vuelta más y cambiar la perspectiva. Hasta que llega un día que voilá, nos damos cuenta de ello. Aunque los rascacielos puedan parecer todos iguales desde abajo, es cuestión de ángulo para sacarle más partido. Nadie duda que en Hong Kong nuestra cabeza pasa más tiempo mirando hacia arriba que en otros sitios. No todo está a pie de calle y nos estaríamos perdiendo muchas cosas si sólo miramos a nuestra altura cuando vamos por la calle.
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Probando HDR
Creo que en su momento se me pasó enseñar esta prueba que hice cuando subimos Alberto y yo ver el amanecer. El habernos levantado tan temprano, nos dio tiempo a que pudiéramos sacar muchas fotos y entre ellas con ayuda del trípode quise intentar la técnica del HDR.
Para los que estén puestos en la matería sino también a modo de recordatorio, esta técnica corresponde al nombre de High Dynamic Range, y consiste en sacar fotos con distintos pasos para luego combinarlas con un programa informático y conseguir el resultado que veremos más adelante. Yo en mi caso opté por -2, 0 y +2. Las fotos son las que muestro a continuación:
Con las fotos anteriores una vez descargadas al disco duro, me ayudé del programa Photomatix que recuerdo habérselo leído a Quicoto en un post donde contaba el proceso en cuestión. Seleccionar los tres ficheros, ajustar algunos parámentros y dejar que el programa se ponga a trabajar para crear la foto final. Tachannn!
¿Qué les parece el resultado obtenido? creo que para ser la primera vez, uno se puede dar por satisfecho. Hasta la fecha no he vuelto a experimentar con la técnica, será cuestión de llevarme el trípode un día de estos y probar en otro rincón de la ciudad. Otra idea que me surgió estando en lo alto del Peak: ¿hacer un time lapse? se admiten sugerencias.
Aprovechando que hoy el tiempo no está pintando del todo bien y con lluvia, y la que pueda caer de aquí a final del día, esta foto sirve para dar una nota de color. La semanita avanza sin prisa pero sin pausa, y con un poquito de fresco en el ambiente para este mes de agosto que se caracteriza por sus calores
Sube y baja
¿Quién no coge un ascensor todos los días? una acción más que cotidiana para todos nosotros. A diario cuando salimos de casa y esperamos a que venga para «depositarnos» en la calle y empezar una nueva jornada de trabajo. No será el primero ni el único que cojamos a lo largo del día, de arriba a abajo nos mueven sin casi percibirlo. Hacen su trabajo en silencio transportando a mucha gente cada día.
Y ascensores de todo tipo: grandes, medianos o pequeños; modernos o no tanto. El dato de unos 7650 rascacielos impone bastante, se pararon a pensar ¿cuántos ascensores puede haber en una ciudad como esta? y a la par podríamos pensar en su «hermana» Nueva York, disputándose codo con codo la de ciudades con mayor número de edificios altos. He intentado indagar un poco a ver si daba con algún dato estadístico al respecto, pero creo que se antoja algo difícil o quizás con más calma. Yo antes de venir a Hong Kong, los ascensores que había cogido rara vez pasaban de un piso 12 (creo recordar), en cambio aquí, mejor no contar los pisos. A veces parece como si sobrara algún número 🙂
Haciendo un poco de historia y recordando los pisos en los que he vivido hasta ahora, parece como si no bajase nunca de una planta 20 (que es donde está la oficina). Mi primer piso situado en un 21, el siguiente en un 23 y era el último del edificio, para a continuación pasar a un 25. Parece que nos vamos más arriba. Suerte que son tramos únicos de ascensor, porque por lo general en los edificios de oficinas que cuentan con mayor número de plantas y ascensores, lo normal es encontrarse el tener que cambiar en una planta intermedia para llegar a plantas de más arriba, haciendo nuestro camino un poquito más largo pero también una forma más eficiente de transportar a la gente y que no se colapsen todos los ascensores, aunque si nos toca hora punta de esa no nos libramos 😀
Buenos días Hong Kong
¿Qué implica levantarse de la cama? apagar el despertador, desperezarse, ponerse las babuchas, ir al baño y refrescarnos… aunque no quita para que en el proceso nos sintamos algo perezosos y nos entretengamos un poco más de la cuenta mientras nos duchamos o preparamos el desayuno. Una persona, una forma de ser, una rutina pero con algo en común: los buenos días y sin importar en qué idioma se diga o la ciudad que nos encontremos, es algo que no falta para arrancar nuestro día.
Siendo animales de costumbres, hay veces que uno pasa por alto pequeños detalles que pueden parecer insignificantes. En mi caso particular, en el día a día a la hora de levantarme, el sol ha salido un par de horas antes, pero, ¿y ver el amanecer?… Puestas de sol unas cuantas, pero ver cómo despierta el sol y nos da los buenos días, no. Aún no lo había experimentado en esta ciudad, pero eso tiene fácil solución.
¿Y de quién fue la idea? de Alberto justamente, que como recuerdan en la entrada del lunes venía a quedarse unos días y luego continuar juntos de viaje a China continental. A pesar de conocer bastante bien la ciudad, venía con ganas de seguir descubriendo cosas nuevas y su idea no pudo ser más acertada: vivir el momento del amanecer y qué mejor sitio que: el Pico Victoria.
Dicho y hecho nos hemos levantado esta mañana a eso de las 4 y cuarto de la mañana con el objetivo de llevar a cabo la idea y llegar con suficiente antelación antes de que empezaran a aparecer los primeros rayos de luz en el comienzo de un nuevo día. Esto era que lo que nos encontrábamos nada más llegar:
Sólo era el comienzo de lo que estaba por venir en los minutos siguientes. Cámaras listas para captar esos instantes y dar la bienvenida al astro Sol que iba despertando ante nuestros ojos. Un nuevo día en la ciudad comienza con los primeros rayos.
Un madrugón más que justificado para vivir una experiencia más que recomendable y que ofrece una imagen distinta de la ciudad, como también comenta Alberto en su entrada. Espero que lo disfruten tanto como lo hemos hecho nosotros.