Parque Güell

 

Después de haber pasado casi nuestros dos primeros días en la ciudad, nos tocaba el turno de visitar uno de los lugares imprescindibles de la ciudad. Desde nuestro hotel hasta la parada de metro más cercana como unos 30 minutos, más luego un pequeño trayecto andando con una ligera pendientita. En pleno mes de julio, con un tiempo muy bueno y el sol luciendo. Tiramos de mapa, aunque una cosa era segura, sólo teníamos que seguir a la gente y daríamos con el sitio.

En poco más de quince minutos llegamos a la entrada y no veas si había gente. Creo que serían como las 11 y algo de la mañana y el lugar presentaba este aspecto tan concurrido. Gente de muchas nacionalidades como ingleses, franceses, alemanes, noruegos o daneses (por el color del pelo y su estatura se puede intuir), fotos por aquí y por allá, un continuo pasar de gente. Será que como también la entrada al parque es gratuita, la gente aprovecha más. Y ahí estábamos nosotros adentrándonos entre la multitud.

Antes que siga, ¿reconocen el lugar verdad? aunque con el título del post estaba fácil saberlo. El parque Güell, otra obra del legado de Antonio Gaudí para el disfrute de la ciudad y los turistas.
 

Si ascendemos por las escaleras, llegaremos hasta el mirador situado en la parte superior donde se tienen unas muy buenas vistas de la ciudad.
 

Toda la barandilla que sirve además de banco para sentarse hecha íntegramente con trozos de azulejos, serpentenado por el borde de la terraza. Miremos con un poco más de detalle estos pedacitos tan bien colocados.
 

Diseños un tanto aleatorios pero que en su conjunto están todos en armonía. Aprovechar materiales, reciclarlos y crear algo nuevo, qué mejor forma!
 

Si nos vamos a la parte inferior, tampoco debemos perdernos de vista el conjunto de rocas que forman las columnas y arcos, dan la sensación como si uno estuviera en una gruta, puede que esa fuera la intención del autor. Los detalles de las columnas que están ligeramente torneadas.
 

 

Es un lugar perfecto para dibujar e inspirarse por todos los detalles que tiene este parque. Y si a la vez el dibujante se puede sacar unos eurillos vendiendo sus obras a la gente que pasa por el lugar, la satisfacción es aún mayor.
 

Especial mención los jardines que hay en el parque, muy bien cuidados, con flores de vivos colores y caminitos para que nos perdamos un rato por ellos. Nuestra visita duraría casi como unas dos horas, entre paraditas sacando fotos, sentados contemplando la ciudad y yendo de un lado a otro por los rincones del parque, pero fácilmente se puede estar más rato, eso sí, no nos hubiera importado ir con menos afluencia de gente que seguro se disfruta de otra forma.
 

Impresionantes toda las columnas que sustenta la terraza-mirador con la que empezamos el recorrido. La gente busca su mejor pose para retratarse al lado de una de ellas.
 

¿Impresiones? bastante buenas, aunque igual me esperaba mucho más, ahí le tengo que dar la razón a Dani, pero por lo general bastante bien. Sería bueno visitarlo en otra época del año y durante el fin de semana, pero seguro que siendo un lugar tan turístico, el que halla gente pues es algo inevitable. No dejen de ir si van a Barcelona, más que sea para estirar las piernas un ratito.
 

 

Murales

 

A pesar de estar en otoño, parece que algunos días el calor no quiere abandonarnos y justo este domingo, aunque en las fotos no se vea muy soleado, el día estuvo más caluroso de lo habitual pero no por ello uno se iba a quedar en casa. En mente tenía haber hecho una rutita de hiking, pero finalmente decidí pasear por los alrededores de Tung Chung.

A pocos minutos de casa, podemos pasear cerca del mar y contemplar el aeropuerto que está justo en frente. A lo largo de ese paseo, hay un murito con pinturas muy curiosas. Y no es que sean unos pocos metros sino que diría lo menos más de 200 metros de muro, con algunas secciones tan sólo pintadas de color con algunas letras pero en cambio otras con dibujitos más elaborados.
 

Algunos tan simpáticos como este cerdito y un elefante esperando la guagua. Por lo que vi, la temática era reprensentar algunos valores como la amistad, amabilidad, respeto al medio ambiente…
 

 

Y tampoco olvidarnos de llevar una vida sana, comiendo bien y haciendo deporte.
 

Mirar la vida con optimismo y no perder la sonrisa. Imagino que a los niños o igual no tan niños les habrá llevado su tiempo pintar todo esto, pero la verdad que es un buen trabajo que queda para la posteridad. Me pregunto cuándo habrá sido pintado, no me dí cuenta si había alguna fecha puesta por algún lado.
 

Seguimos caminando y vemos el puente que conecta hacia las terminales, por donde pasa el Airport Express y los coches. Y de fondo vemos el teleférico que se eleva entre las montañas de Lantau.
 

Vamos a seguir caminando otro poquito y alejarnos de vuelta al centro de Tung Chung, pero aún el día daría más de si, me lo guardo para una próxima entrega, sigan atentos.

 

Otra cara

 

Siempre he dicho que si volviese a vivir en la isla de Hong Kong, esta zona podría ser una de las opciones por cercanía a la oficina, bien comunicada y también porque tiene tranquilidad. Quizás si uno menciona el nombre de Wan Chai le vienen a la cabeza cosas como: ajetreo, computer centre, bares… que es lo que se viene concentrando entre las calles del centro por las cuales fluye la mayoría del tráfico que va en dirección a Causeway Bay o bien la calle por donde pasa el tranvía. Sin embargo, si nos adentramos en la zona más interna y pegada a la montaña, la cosa cambia bastante.

Hace un par de fin de semana fui con una amiga a dar una vuelta. Con la excusa de que se había comprado una cámara de fotos, decidimos salir a recorrer algunas de las callecitas de la zona a ver qué cazábamos. Primeramente pasamor por Sham Shui Po, aunque no tuvimos mucha suerte con el tiempo pero parece que pintaba mucho mejor por la isla y la lluvia no amenazaba.

Nos metimos por una de las perpendiculares a Queen´s Road East y esto fue con algunas de las cosas que nos encontramos.
 

Un container solitario lleno de graffitis en un terreno aún por construir. La zona estaba toda vallada y hasta con un señor en su casetita cuidado de que nadie se metiese en la propiedad. Me pregunto qué planes tendrán para ese solar, pero tiene pinta que lleve bastante tiempo sin tocarse.
 

Seguimos subiendo hasta que el camino nos obliga a girar hacia la derecha, estamos en la parte trasera de unos edificios de viviendas pero en los que también hay algunas tiendas en los bajos.
 

 

Es una zona muy tranquila, perfecto para una galería de arte o taller de manualidades. Lo que sí, está algo escondido. No obstante, el acceso desde la calle principal está señalizado para que los curiosos sepan llegar sin problema.
 

El fresquito bajo la sombra de los árboles se agradecía, parecía como si la humedad hubiese disminuido. Nos pasamos un buen rato curioseando las esquinas en busca de algunas fotos interesantes, y es que el lugar se prestaba a ello. Creo que tendré que volver más adelante.
 

¿Qué o quién estará al fondo de este callejoncito? hasta los dibujos de la pared parecen cobrar cierto aspecto maligno, muajajaja…
 

Las luces de la calle están cerca, apenas nos hemos dado cuenta y la noche ha caído. El brillo de las luces crece y con ello el sonido del pasar de algunos coches, hemos vuelto a la realidad. Un mural muy colorido nos guía el camino de salida. Puede que hasta lo hayan pintado algunos de los miembros de esa galería o taller cercano.
 

Merece la pena observarlo de cerca porque tiene algunos detalles simpáticos. Incluso una recreación de un momento «planking» 😀
 

Seguro que si seguimos explorando la zona, podamos encontrarnos con más sitios tranquilos donde sorprendernos con algo de arte local y desconectar de la ciudad.

 

¿Qué es Tokio?

 

Puede que la pregunta a simple vista parezca un poco obvia, pero según le preguntemos a unos u otros, seguro que podemos sacar conclusiones interesantes de algunos de los aspectos de un lugar que no deja indiferente a nadie. Si nos fijamos en los datos de población, veremos que el núcleo urbano lo forman más de 8 millones de personas y si juntamos las áreas metropolitanas, el total se eleva considerablemente hasta casi 40 millones de habitantes, son números importantes. Es una megaurbe, fruto de un equilibrio entre modernidad y tradición, así lo veo a mi parecer.

A pesar de que uno se pueda sentir abrumado y piense que se va a encontrar más saturado de gente que en Hong Kong, no es del todo cierto. También, es una ciudad mucho más grande y la gente se puede repartir mejor, aunque hay ciertos puntos calientes donde la gente no para de fluir.

Un ejemplo lo tenemos en la zona de Harajuku o yendo de camino al mítico cruce de Shibuya. A pesar del calor de los días pasados, había bastante movimiento..
 

y al caer la noche, no sólo son las personas sino los coches, pero todo bien organizado.
 

¿Nos queremos evadir del ajetreo del centro? no hace falta irnos demasiado lejos para encontrar un parque donde disfrutar de tranquilidad y la sombra de los árboles.
 

Sólo nosotros y el sonido de nuestras pisadas yendo por un caminito que va serpenteando por el interior del parque. Es como si nos hubiésemos trasladado a otro lugar, pero seguimos estando en la misma ciudad.
 

Y también sobre todo, es un lugar donde se respira mucha tradición donde los templos ocupan un lugar importante. Para los fieles y para los turistas, lugar de paso obligado. Tanto para la oración como para disfrutar de bellas construcciones y estatuas en su interior.
 

 

Para el final, y no menos importante, un lugar muy rico gastronómicamente. Las conocidas réplicas de los platos llenan los escaparates de los restaurantes, ya no hay excusa para que no sepamos el idioma y es que tan sólo hace falta una foto o una réplica para buscar nuestro plato favorito y señalar 🙂 Con tanta variedad se hace difícil.
 

Tanto de lo salado como de lo dulce, y no veas como lucen de apetecibles, pero ojito que éstas no son para comer, jeje. Ahora recuerdo que Alberto me comentó un sitio donde venden todas estas réplicas y llevarnos una como souvenir, desde luego algo de lo más original.
 

Estas son algunas de las caras que muestra la ciudad, pero seguro que los que hayan estado podrán dar más versiones de la misma. Por supuesto que se pueden enumerar más como las facetas tecnológica, anime + manga, moda… En definitiva, una ciudad con cantidad de posibilidades y que hay que visitar para sacar conclusiones.