Sol y playa

Si muchos se habían preguntado por dónde he estado estos días y la ausencia de posts en el blog. Seguro para los que me sigan por la página de Facebook habrán visto que he estado de escapadita viajera aprovechando días de sol y playa; siendo el lunes 25 festivo por la celebración del cumpleaños de Buda y también porque una amiga de mi novia celebraba su boda en Bali. Hace ya meses atrás que vimos la opción de ver si podríamos venir y así escaparnos casi una semanita para descansar, además de revisitar algunas rincones de la isla y conocer más cositas.

¿Cuál era el plan para los días que teníamos por delante? pues ante todo relax, coger sol, bañitos en la playa o en su defecto en la piscina. El resto iría llegando solo, sin prisas.

La playa de Kubu, situada al sur de la isla en la zona de Jimbarán y perteneciente al resort Ayana es sin duda uno de esos sitios que merece la pena visitar. Unos tramos de escalera un tanto empinados, sobre todo en el camino de vuelta. Casi 200 escalones que nos separan desde el borde del acantilado hasta la orilla del mar, pero pueden juzar por si mismos con las fotos.

kubu
 
playa

En dos ocasiones estuvimos esta vez, y en la segunda de ellas me quedé adormilado por un rato en lo que me pegaba el sol, al rato saliendo a remojarme porque no veas cómo estaban dando los rayos. Ese momento de relax en el que desconectas de todo y de todos 🙂

sol

Este post a modo de aperitivo para luego desgranar algunas cositas más, que incluso creo me quedaron pendientes de cuando hicimos nuestra primera visita allá por el año 2009, se dice pronto! Espero que me acompañen en los siguientes posts, les espero!

En el azul

Ahora que el verano queda un poquito atrás pero que los días de otoño aún nos brindan cielos azules, es bueno recordar nuestro reciente viaje de vuelta en Tenerife y en el que pudimos descubrir cosas nuevas.

Así que nos fuimos hasta la zona de Los Gigantes puesto que desde allí partía la excursión en barco que había reservado justo después de nuestra estancia en por Buenavista. La combinación no pudo ser mejor. Salimos con tiempo puesto que la carretera es bastante movidita pero el paisaje bien merece la pena una vez se va ganando altura.

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Una vez llegados al puerto deportivo, dejamos el coche dentro del parking interior y como teníamos tiempo nos dimos una vuelta por los alrededores para hacer una paradita para unos barraquitos 🙂

puerto

Llegada la hora, rumbo al barco y a echarnos a la mar. ¡Estábamos expectantes ante la excursión!

vista-atras

Y en verdad uno se siente diminuto a medida que nos vamos acercando a los acantilados son imponentes, unos gigantes como bien dice su nombre. No en vano se alzan hasta 500 metros de altura.

acantilado
pano
costa
yate

«Ahí, ahí…!» decía uno de los miembros de la tripulación. Justo hacia la derecha fue por donde aparecieron los primeros. Estuvieron muy simpáticos y nos deleitaron con unas cuantas vueltas por los alrededores del barco en lo que girábamos lentamente con el movimiento del agua.

vista

Pudimos verlos fugazmente pero luego volverían a asomarse un poquito más sobre la superficie.

aleta

delfin

Uno tenía que ser bastante rápido sacando las fotos si quería capturarlos en lo que salían del agua. Por suerte una lente zoom siempre ayuda y estar con el punto de mira preparado. Creo que hubo algún delfín que incluso llego a saltar pero todo sucedió demasiado rápido.

cerquita

Después del avistamiento de los delfines nos dirigimos hacia una calita cercana que justamente es a donde va a dar la bajada desde Masca. Mucha gente opta por hacer este pateo y luego coger un barquito en el muellito para llevarles de vuelta al puerto deportivo de donde habíamos partido nosotro.

relieve
azul

Casualmente un buen amigo ese día estaba con su novia haciendo la ruta pero por poco no coincidimos en la zona, pero sí más tarde cuando íbamos con rumbo a Santa Cruz e hicimos una paradita en la caleta de Adeje.

montaña
muelle

Las 2 horas de paseo en barco se pasaron volando y nos teníamos que regresar a tierra firme después de la paradita y habiéndonos dado un baño refrescante. Estuvo genial el que fuese un grupo tan reducido y así poder estar sin agobios en el barco; una experiencia que nos supo a mucho.

espuma

Puede que les parezca mentira pero hasta aquel entonces nunca había hecho una excursión para avistar delfines o cetáceos en el mar. Era algo que a mi novia le llamaba la atención y a mi no se me había presentado la ocasión anteriormente, así que fue un buen momento para disfrutar de un tiempo genial ante la mirada de los Gigantes.

Para los que se pregunten con quién contratamos la excursión fue con la gente de El Cardón Experience. Hay una gran variedad de ofertas y empresas, además podemos ir directamente por el puerto y contratarlo si quedan plazas libres aunque a veces es mejor una reserva a tiempo.

Dubai fugaz

No era la primera vez que pasábamos por Dubai pero siempre nos había coincidido mal la conexión tanto en el vuelo de ida como de vuelta y con el pesar de no tener unas harías para conocer el centro de la ciudad. En cambio esta vez la suerte estaba de nuestro lado, y es que la conexión de vuelta a Hong Kong me permitía el tener algo más de 10 horitas. Tiempo más que suficiente para ver los sitios más representativos de la ciudad. Yo era el que me volvía antes puesto que mi novia se quedaría en casa de una amiga allí para pasar unos días.

Lo bueno es que las distancias son relativamente cortas pero si que hay que tener cuidado con los atascos de las horas puntas, de resto no se tardan más de veinte minutos hasta el centro. Casualidad también era que donde vivía la amiga de mi novia quedaba al ladito del complejo de Dubai mall, así que mejor imposible.

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Algo bastante llamativo es el paisaje de rascacielos en medio del desierto y la cantidad de ellos que están construyendo.

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Menos mal que no era pleno verano porque sino hubiéramos sufrido más los calores típicos pero tratándose de finales de septiembre como que se notaba algo mejor. Por si acaso toca esperar un rato a que aparezca un taxi, no viene mal resguardarse bajo la sombrita como esta chica.

sombra

Burj Khalifa es el protagonista absoluto y uno de los principales reclamos turísticos, el edificio más alto del planeta y que no deja indiferente a nadie. Mejor ir con un buen angular si queremos sacarle una foto en condiciones. Y por la noche promete mucho más con el espectáculo de luces en la fuente que tiene a sus pies pero no me daría tiempo, ya era pedir mucho 🙂

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Otro de los puntos que no hay que dejarse sin visitar es el mercado de aspecto tradicional pero muy bien acondicionado en su interior para estar fresquitos: Medinat Jumeirah.

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Tiendas de souvenirs o un buen sitio para disfrutar las vistas hacia el Burj Arab, el único hotel del mundo con 7 estrellas.

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Esto es lo más cerca que podremos tenerlo puesto que si queremos cruzar el canal por uno de los puentes hay un cartel que nos advierte el sólo para huéspedes del hotel.

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En apenas un par de horita ya habíamos visto un cachito de la ciudad pero aún se podría exprimir un poco más el tiempo e incluir algo más. Mezcla de sensaciones que despierta esta ciudad, uno de los símbolos de poderío económico de la región dominada por los jeques y el petróleo.

Pasamos por casa

Desde la vez anterior y con ocasión de la boda de mi hermana en diciembre de 2012 no habíamos tenido ocasión de estar de vuelta en la isla. Inicialmente habíamos pensado ir en Semana Santa pero decidimos retrasarlo puesto que un buen amigo me comunicó que se casaría a finales de septiembre, con lo que hicimos coincidir las fechas para estar presentes y así poder ver a la familia y amigos.

Fueron unos días bastante bien aprovechados aunque con la sensación de haber sido algo corta la estancia, pero quizás así sabe a más. Después de un viaje un tanto largo con la correspondiente parada en Dubai y luego en Madrid, llegamos a la isla después de poco más de un día desde que salimos de Hong Kong. Mis padres nos recibieron en el aeropuerto y esa misma noche recién llegados fuimos a cenar junto con mi hermana, mi sobrino y mi cuñado. Fue una bonita forma de reencontrarnos y disfrutar de una buena cena.

A la mañana siguiente, aún con el cuerpo un poco cansado del viaje pero con ganas de salir un poco a pasear por el barrio. La ciudad de Santa Cruz con su ritmo habitual, la gente paseando por la Rambla o bien sentada haciendo una pausita. El bullicio de Hong Kong quedaba a muchos kilómetros y éste sería nuestro sonido de ambiente durante los próximos días, qué alegría estar de vuelta.

rambla

El tiempo también acompañaba. Cielos limpios y con una temperatura muy agradable sobre 22 grados.

nubes

No todo el tiempo lo pasamos por la capital sino que también quisimos cambiar de aires por unos días y así mi novia podía conocer una parte de la isla en la que aún no había estado y yo hacía bastante por la que no pasaba. En un próximo post contaré un poquito más en detalle de esa escapadita por la zona noroeste de la isla, seguro que algunos se intuyen por la foto 🙂

montaña

De playa tuvimos más bien poco pero la presencia del mar desde casi cualquier punto de la vista es una maravilla de la que disfrutamos todos los isleños. Y hablando de otras islas, ¿son capaces de adivinar la isla que se deja ver al fondo de la siguiente foto?

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Y estando de vacaciones disfrutando del solecito, esto es lo que más apetece. Cervecita en mano y la brisa del mar.

cholas

Un buen apertivo de la estancia que iré desglosando en breve y espero que me acompañen para conocerlo mejor. Deseándoles un buen fin de semana a todos y aquellos que tengan la suerte de tener fiesta el lunes (se incluye un servidor). Saludos!