Con lo necesario

No importa que nos vayamos de escapada de fin de semana o bien que tengamos por delante un viaje de varios meses, en una medida u otra es importante saber qué vamos a llevar con nosotros y es aquí donde debemos priorizar en función de nuestro viaje.

Recuerdo como si fuese ayer cuando emprendía mi aventura hacia Hong Kong por primera vez y tenía que ponerme manos a la obra con el equipaje para un periodo inicial de quince meses fuera de casa. Los primeros dos-tres meses estaría un poco deambulando hasta que finalmente me pude asentar durante un año completo. Tuve mis dudas sobre el tamaño de la maleta, así que en vez de coger algo demasiado grande y poco práctico, decidía repartir entre una maleta más grandita que facturaría y otra de mano con algunas cosas más. Tuve incluso un ayudante de excepción que por aquel entonces contaba con apenas un añito y medio de vida, hasta tenía ganas de venirse conmigo, jeje.

No era cuestión irse muy cargado porque ya sabemos que los kilos de más luego se pagan a precio de oro y siempre queda la posibilidad de comprar las cosas más adelante en caso de ser necesario. Puede que igual a veces se nos cuela algo en el equipaje que pensamos darle más uso, pero al final lo dejamos aparcado. Así que, en viajes largos hay que pararse a pensar sobre las cosas esenciales y además poder viajar ligeritos.

Respecto a hacer un check-list de qué llevar o no, siempre es una buena costumbre y así sabemos que no se nos haya pasado nada por alto. Para los viajes cortos (2 a 4 días) que son la mayoría que hago por la zona asiática, lo resumiría en:

  • 3-4 Camisetas
  • 2 Vaqueros y/o pantalón corto (depende del clima).
  • Ropa interior.
  • Cholas.
  • Aseo personal.
  • Gadgets (móvil y cámara de fotos con cargadores respectivos, adaptador)

Y con esto vamos servidos. Cabe perfectamente en un trolley de mano o bien una mochila que tenga buena capacidad, sin llegar a ser un backpack (unos ejemplos en esta página). Ahora sólo nos queda disfrutar del destino de nuestra escapadita.

Y ahora como que apetecería estar contemplando este bonito atardecer desde la playa blanca de Boracay, ¿verdad? Van apeteciendo unas vacaciones conforme se acercan las fechas navideñas, y seguro que muchos de ustedes están deseando escaparse bien sea a un destino más tropical o quizás para pasar unas fiestas con más ropa de abrigo y donde reina el color blanco.

Bella Florencia

Cerrando una nueva semanita y con un destino viajero que tuvimos oportunidad de visita durante las pasadas Navidades. Si recuerdan, decidimos escaparnos hasta Europa para estar a caballo entre Italia y Suiza, junto con una rápida incursión a Tenerife entre medias. Fue un viaje bastante completo pero a la vez con algo de cansancio por los kilómetros en coche pero que nos dejó un buen sabor de boca. Y uno de esos recuerdo es haber estado en Florencia, una ciudad que es todo un referente por sus obras arquitectónicas.

Desde Milán nos desplazamos en un poco más de cuatro horitas. La casualidad hizo que desde donde habíamos dejado aparcado el coche y hacia el centro, nos topamos con el famoso «Puente Vecchio» que tiene muchas historias que contar y de un estilo muy peculiar. Sitio también donde encontrar pequeñas tienditas de joyería, al estilo de los antiguos gremios.

Hay muchos detalles que van desde soportales que te mantienen a salvo de la lluvia hasta esculturas en algunas de las plazas; todo ello evoca a los artistas italianos de aquel entonces y que marcaron una época con sus obras. Es cuando uno se detiene a mirar los alrededores cuando uno siente como se traslada en el tiempo y eso, es una sensación muy especial, sobre todo en una ciudad con tanta historia como esta.

Ante nuestros ojos los establecimientos como pastelerías, no pasan desapercibidas. En casi cada esquina se podía encontrar alguna y con escaparates que a uno le hacían la boca agua. El gelato también estaba muy presente, y se antojaba a pesar de estar en invierno. Y es que estando en Italia, es imposible que uno vaya a comer mal, ¿verdad? tentaciones por todos lados 🙂

La iglesia de San Lorenzo es el icono principal de la ciudad y con su conocida cúpula cuyo autor es Brunelleschi, recuerdos que le vienen a la mente de cuando lo estudiaba en el colegio en clases de historia. Es un monumento impresionante, y en el conjunto también está la basílica de la Santa Cruz. Tuvimos que conformarnos con verlo de tarde-noche, pero de día tiene que ser aún más bonito. El tiempo andaba algo lluvioso y fresco, pero se hacía agradable el pasear viendo el ambiente navideño en bares y restaurante, además de, en los pequeños comercios.

Una pena no habernos quedado más tiempo por la ciudad, fue lo que se llama un viaje de ida y vuelta. Sin duda para otra ocasión, con más calma si que miraríamos algunos hoteles en Florencia para alargar la estancia.

Bonito el poder recordar unas vacaciones navideñas con sabor italiano, recorriendo las calles de una ciudad como Florencia y degustando también sus delicias locales tanto saladas como dulces. Una buena excusa para volver con más tiempo. Feliz finde!

Campo y ciudad

Las opciones en la ciudad para que uno se entretenga estando de vacaciones son bastante variadas y desde luego uno no tiene porqué aburrirse. En mi lista de sitios pendientes alguno queda pero tampoco me tracé un plan para esta semana. Aprovechar algo más las horas de sueño pero sin tener que estar levantándome tarde, hacer algo de deporte y pasear por algunas de las zonas de Kowloon, aunque la isla tuve que pisarla para hacer alguna visita a la oficina pero algo breve.

Quise empezar con fuerza el domingo pasado y con una ruta de montaña cerca de casa, yendo en dirección a la pista olímpica que lleva desde la aldea Pak Mong y en dirección a Mui Wo y el pico Lo Fu Tau (468 metros). Una buena forma de ir cogiendo hábito en la montaña de cara a una carrera que me ha apuntado dentro de unos meses. Acostumbrado a correr en llano y con poquita elevación, cuando uno tiene por delante unos buenos tramos de escalones, la cosa cambia pero todo sea acostumbrarse y lo mejor de todo es el paisaje que tiene uno a su alrededor.

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Sólo por subir hasta ahí arriba y contemplar desde lo alto sitios como Discovery Bay, Tung Chung o el mismo aeropuerto, ya vale la pena. Lo mejor de todo es que luego la bajada es lo más fácil o no, porque hay zonas que son bastante técnicas y hay que ir con los cinco sentidos y recordar mantenerse bien hidratado. Hay poco lugar para refugiarse por la cima, así que, es importante ir con gorra, protección solar y que no falten los líquidos.

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Cambiamos de escenario y en el distrito de Central un par de días después, el tiempo estuvo pasado por agua, por suerte que tenía paraguas y andaba cerca de una de las salidas de metro. Algunas diligencias por hacer y luego de vuelta a casa. Cambiar de aires aunque sea por una semana, interrumpir la rutina habitual con el recorrido de metro hasta la oficina, sienta bien.

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Hasta la zona de Sham Shui Po me fui también para curiosear en los mercadillos y el conocido centro de informática que tiene, aunque la actividad empieza de forma lenta a partir de las 11 de la mañana cuando es que los puestos y tiendas empiezan a abrir, con lo que mejor es poder ir después de la hora del almuerzo para sentir de lleno la actividad.

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Curioso monumento en homenaje a la placa base 🙂

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También hubo hasta la visita de un compañero becario en su momento y que anda de ruta por el mundo durante los últimos meses. Su próximo destino es China y pasar por la ciudad le permitía descansar unos días mientras tanto conseguía su visado para continuar el viaje hacia el norte, a ver qué le depara. Estuvo muy bien poder compartir experiencias desde nuestra época becaril y hasta nuestros días.

Dimos un paseo desde TST y hasta Mongkok por donde almorzaríamos un poco más tarde un buen dim sum. Se me antojaría hacer una visita a Hui Lau Shan para tomarme un jugo de sandía con gelatina de aloe, hacía la tira desde el último. Así que un poco después nos despediríamos y deseándole a Julio un muy buen viaje.

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En efecto hoy estamos ya a viernes, con lo que sólo queda el fin de semana por delante y el lunes de vuelta a la oficina con la rutina de diario, pero mientras tanto aprovechar del buen tiempo que se ha mantenido, aunque con alguna que otra llovizna, espero el finde se aguante también y disfrutar de la montaña con vistas a una salidita este domingo.

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Buen finde a todos y felices vacaciones para los que estén con ellas o igual recién las empiezan hoy mismo.

Hace dos veranos

Llega el momento por estas fechas cuando mucha gente tiene tan sólo una cosa: las vacaciones. Las altas temperaturas del interior, en el caso de España, hace que la gente se dirija a las zonas costeras a disfrutar del agua y las playas. De igual forma, en Asia la gente gusta de ir a sitio más tropicales y donde el sol abunda como es Tailandia, Malasia o Filipinas, en cambio nosotros hace dos veranos fue que decidimos cambiar de aires e ir un poco a contracorriente yéndonos hasta España de vacaciones.

Fueron dos lugares que visitamos concretamente, la ciudad de Barcelona y la isla de Mallorca. Para este segundo destino, la posibilidad de disponer de un coche para movernos fue un punto muy a nuestro favor aunque en Barcelona haciendo uso del transporte público tampoco tuvimos problema alguno. A la hora de buscar alojamiento, uno se puede encontrar de todo siendo un sitio tan turístico como es la isla, pero siempre se pueden encontrar opciones de hoteles baratos en Mallorca, fue mi novia la encargada de hacer las búsquedas y siempre tiene bastante buen ojo, no me puedo quejar.

Algo que también es importante en todas las vacaciones que se precien, es el aspecto de la comida. La buena gastronomía del lugar y un ambiente agradable al más puro estilo mediterráneo, tanto cerca de la costa como en los sitios del interior. A la vez que el clima nos sonreía, que todo lo hacía aún mejor.

Nos encantaron los casitas de los pueblitos de interior, todas muy bien conservadas y manteniendo la esencia de antaño. En muchas de ellas con negocios como fruterías, tiendas de recuerdos o restaurantes como el de la casita de esta foto.

Y el paisaje de montaña mezclado con los olivos junto con la calma del lugar hacen el sitio perfecto para desconectar. Recorrer las carreteras serpenteantes mientras ganamos altitud y disfrutamos de las vistas.

Terminando la jornada a orillas de esta playa en el pueblo de Soler, otro de los rincones por el que no debemos de dejar pasar. Buenos recuerdos de esas vacaciones que parece hayan sido menos tiempo.

Y claro que nos gustaría repetir, incluir Mallorca en un nuevo viaje junto con algunas islas más del mediterráneo o algunas provincias más del sur de España, pero todo a su tiempo. Quien sabe si cuando hagamos un nuevo viaje para visitar a la familia también nos podamos escapar de nuevo aunque no sea en época de verano. Por cierto, ¿cuándo planean las suyas? son más del mes de julio, agosto o bien al final por allá en el mes de septiembre cuando la mayoría de gente está de regreso. Compartan sus planes veraniegos conmigo, les espero.