Novelería

 

Estos días la ciudad se ha vuelto revolucionada por un nuevo fenómeno, nada que ver con las recientes noticias de la tienda de D&G o las madres embarazadas de China continental. El asunto tiene ver con dinero y con una celebración, en cuestión se celebra el «100 aniversario del Banco de China (1912-2012)» y por ello, el banco ha emitido un billete conmemorativo para dicha ocasión.

La gente que es muy novelera, vamos que se apunta a un bombardeo, no iba a desperdiciarlo. Alguna gente empezó a hacer cola desde el domingo por la noche a las puertas de algunas sucursales del banco. Y tremendas colas se han montado en lo que llevamos de semana. Nada más y nada menos que hasta mil personas por fuera de la sede central del banco.

De los billetes se han impreso:

– 1.1 million single HK$100 notes. 150 HK$ la unidad
– 100,000 conjuntos de tres billetes sin cortar. 600 HK$ el conjunto
– 20,000 conjuntos de 30 billetes sin cortar. 6,000 HK$
 

Una oportunidad única para hacerse con algunos ejemplares y luego sacar un jugoso beneficio, sobre todo en el mercado de China continental. Y claro, con tanta gente impaciente por hacerse con algunos de ellos, algún que otro incidente en las colas. Al menos sólo es por una semana, o lo que duren los billetes, pero al paso que va la cosa seguro que llega el viernes y ya han volado.

Fuente: The Standard

 

Regresar

 

¿Qué es lo que menos nos gusta de los viajes? creo que coincidirán conmigo que ese momento es cuando nos toca poner rumbo al aeropuerto. Después de haber pasado unos días de relax, turismo, buena comida y compañía; nos espera un avión que nos devolverá a casa en pocas horas.

Estas fotos son de nuestro regreso tras pasar un fin de semana largo en Tokio. En lo que era mi segunda visita al país y habernos podido encontrar con buenos amigos como Alberto y también tener el placer de desvirtualizar a gente como Chiqui, Guille, Xavi y Oskar. Lástima no habernos quedado aunque sea un poco más y fuera con prisas, pero quien sabe, igual más adelante toca otra visita y podemos disfrutar de su compañía de nuevo.

Si a la ida decidimos coger el Narita Express, a la vuelta y viendo las combinaciones, optamos por la opción metro que sin duda es más económica aunque íbamos a tardar un poco más de tiempo, pero no estábamos ajustados, al contrario, teníamos tiempo de sobra y así poder dar una vuelta por el aeropuerto para curiosear un poco. El tren no tardaría en llegar, y sabiendo lo puntual que es el servicio aquí 🙂
 

 

Un recorrido muy ameno, primero bajo tierra hasta que el tren salió a la superficie y se alejaba del centro de la ciudad. Las casitas empezaban a escasear y ante nosotros sólo campo y árboles.
 

Una vez llegados al aeropuerto, momento de ubicar nuestro mostrador de facturación y olvidarnos de las maletas, ya con nuestra tarjeta de embarque y sólo a la espera del momento de subirnos al avión. Un paso menos y con un par de horas por delante, ahora toca: momento tienda.
 

Y no es que no hubiésemos comprados algunos regalitos, pero ya se sabe que no viene mal echar un ojo por si acaso vemos algo interesante. Al final siempre acaba picando uno, ¿no les parece? Bien sea un poco de té verde, algunos abanicos o algo de Kit Kat, porque no, sobre todo las cosas de comer siempre son bien recibidas.
 

 

 

 

Y porque todo no va a ser compras y más compras, algo que siempre relaja, es poder salir a ver los aviones que entran y salen

Algunos pasajeros ya rondan las cercanías de la puerta de embarque. Creo que en breve empezarán a llamar, pero nadie quiere abandonar su sitio. Seguro que muchos no les importaría quedarse por Tokio unos días más, ¿verdad? mientras tanto matar el tiempo entretenidos leyendo alguna revista o jugando a algún videojuego.
 

 

Ahora dejo la pregunta en el aire: ¿son de comprar cosas a última hora en el aeropuerto o ya van con todas las compras hechas para familia, amigos, compañeros de trabajo? A mi por lo general me gusta ir con tiempo por si surgiese algún imprevisto y pasear con calmita. Lo de comprar es secundario, pero quien sabe, igual en esa ocasión hay algo que me llame la atención y siento la necesidad de llevármelo de vuelta.

 

Un favorito

 

Hace mucho que les hablaba de un restaurante muy conocido que hay en Central. Seguro que más de alguno se quedaría con las ganas de saber qué pinta tenía el plato que les recomendaba: gambas con fideos fritos estilo Sichuan. Y hace unas semanas que tuve visita por la ciudad, coincidió que estaba Flapy y también Sietedenueve en sus vacaciones por estas tierras.

Así que, aprovechamos para quedar y cenar algo. Como me retrasé un poco y sabiendo que algunos restaurantes a partir de las 10 de la noche están con la última orden, les dije de ir a este restaurante que por problemas de horario no sería. Y les hice mi recomendación: las gambas. Yo ya lo tenía decidido y me pedí mi ración, a lo que Flapy se animó también.

Menudos platacos nos pusieron… y si nos acercamos un poco más, ufff!
 

 

¿Se les antojaría un plato de estos después de las fotos? es una apuesta segura.

 

Siluetas

 

Aquella tarde en la que terminaríamos paseando por los puestitos de la zona, pudimos disfrutar un bonito atardecer y no fuimos los únicos. Llevados primero por la curiosidad, vimos a algunas personas en unas rocas y decidimos hacer nosotros lo mismo. Aún había claridad pero el sol indicaba que poco a poco se iría escondiendo.

Cada cual equipado buscó su rinconcito y cámara en mano se dispuso a sacar fotos de los instantes siguientes. Un atardecer que hacía recordar a los buenos días de verano, de calor, de juegos en el agua y de cosas fresquitas. Y eso que el verano nos había dejado unos cuantos meses atrás, justo la época de frío estaba por venir pero aún se pudo disfrutar de un día perfecto.
 

 

Lentamente el color del cielo iba cambiando y el anaranjado del sol iba ganando fuerza. La gente seguía llegando y cogiendo posiciones como podía intentando no estorbarse entre unos y otros, todos pendientes del sol.
 

¡Qué ganas de volver a disfrutar del sol en todo su esplendor! pero de momento toca esperar, y de vez en cuando asoma tímidamente como este domingo pasado, que en parte se agradeció durante el entrenamiento de dragon boat. Ya es momento de empezar la nueva temporada, estamos en ello.
 

No hay nada como disfrutar de imágenes como estas para evadirse un poco del frío, ¿no les parece? dejar volar la imaginación. Pensar en calorcito de primavera y del cielo azul 🙂