Un elemento que pasa casi desapercibido durante el día a día pero que está presente con nosotros más veces de las que nos podamos dar cuenta. Viniendo de la cultura occidental donde el uso de los mismos es menos habitual, es normal que nuestra destreza con los mismos no sea tan buena. Sólo es cuestión de tiempo, o más bien de práctica y costumbre. Una vez aquí, diría que al menos 5 días a la semana es la herramienta que utilizo a la hora de comer. Son simples, pero a la vez muy efectivos y además cuentan con una historia de bastantes años. Se trata de los palillos.
Con más de 3000 años desde sus orígenes, los palillos nos sirven para coger, mezclar, mover… entre algunas de sus funciones. Su aparición que data del periodo Neolítico en China y con el tiempo el uso de los mismos se fue expandiendo a los países vecinos como Corea, Vietnam o Japón. Supuso una revolución no sólo en la forma de comer sino también como un símbolo de la civilización humana. Y hasta nuestros días, que su uso no se limita a los países asiáticos sino que se ha extendido por todo el mundo.
Los podemos encontrar de varios materiales, longitudes e incluso con elementos decorativos. Desde luego que los más simples son los de madera, que son los más típicos en restaurantes de comida japonesa aunque los podemos encontrar en cualquier otro tipo de establecimiento, eso ya a gusto de cada sitio. Palillos desechables y que tienen muy buen agarre para los platos como el sushi o algunos fideos.
En el caso de los siguientes ejemplos, todos ellos son de material plástico con la única diferencia en el color. Suponen una ventaja respecto a los de madera, ya que, basta con lavarlos bien y se pueden reutilizar, en cambio los de madera (aunque se puedan reciclar) no se aprovechan tan bien. En esta foto los tenemos acompañados con otro utensilio a la hora de comer «hot pot»
Y como comentaba un poquito más arriba, nos podemos encontrar con palillos que tienen elementos decorativos en la parte superior que le da un toque más elegante.
De los palillos del principio que eran en bambú hasta materiales como marfil, caparazón de tortuga o incluso en plata que según decían era bueno para esterilizar de posibles bacterias o en oro dentro de los círculos de la realeza. Curioso es el caso de Corea donde los palillos son de metal, y hay que andar con ojito con eso de que conservan el calor, diferentes a los de madera o plástico, así que, con cuidado.
No sólo es un utensilio para comer, sino que también puede servir como regalo y es muy apreciado como elemento de colección. Por la ciudad he visto algunas tiendas especializadas sólo en palillos y la verdad que tienen auténticas preciosidades.