Puede que sea algo de lo que haya hablado ya, pero es un tema recurrente y que además genera bastante conversación sobre todo en la gente que sufre sus primeros efectos. En verano se entiende debido a las temperaturas calurosas y unido a la humedad, aunque es un buen aliado para refrescarse, el aire acondicionado tiene también sus efectos negativos y el cuerpo lo termina notando, aunque muchos llegamos a adaptarnos.
Cierto que en España también se usa, pero no como en los niveles del sudeste asiático y es que entre países hasta se pueden apreciar las diferencias. Cuanto más al sur, más humedad y el grado de intensidad de los aires aumenta. Desde centros comerciales, pasando por oficinas o en el transporte. Esos contrastes de frío y calor llegan a pasar factura y es normal que nos hayamos cogido algún resfriado de esta forma, nada que el paso del tiempo no cure.
Aunque esta es la fachada de un edificio industrial, se pueden hacer una idea de cuantos aparatos pueda haber en un edificio residencial. Ojito con tener mal regulado nuestro aire y que gotee, o nuestro vecino vendrá a quejarse o incluso una multita puede caer, si si. Es normal vernos charquitos en la calle, y a veces no es precisamente porque acabase de llover.
En pocos días rozamos mitad de mes y parece que las temperaturas vayan suavizando pero no quita para que sigan habiendo días calurosos. Los aires no dan tregua y uno hasta pasa frío, el término medio como que cuesta conseguirse.
Ojalá las casas estuvieran preparadas para lo que es el frío del invierno como lo es para el calor, pero eso es otra historia. En fin, ojito con esos contrastes que aún el verano no se ha ido o al menos el calendario dice eso (el occidental, nda que ver con el lunar).