Sin duda, lo mejor de la escapadita con el tour a Huizhou: el hotel. Cuando uno viaja solo el panorama es totalmente distinto a cuado uno va en pareja, y quedarse en un hotel de más categoría gusta, no me digan que no es genial 🙂
El precio del tour era por debajo de los 90 euros por persona e incluía todos los desplazamientos, las comidas junto con la noche de hotel y al día siguiente su correspondiente desayuno. Después de pasar unas cuantas horas en la guagua, primero desde Shenzhen a Huizhou, al restaurante, luego de visita, que si la cena y por último, nuestro destino final en la noche del sábado era el Hotel Crowne Plaza. Todo un señor 5 estrellas y bastante nuevecito.
En lo que nuestro guía hacía las gestiones para conseguir las tarjetas de nuestras habitaciones, tiempo para poder golifiar por la recepción y sacar algunas fotos. Bastante amplio y el ambiente muy tranquilo, aunque también como eran casi las 10 de la noche, se entiende.
Al par de minutos ya disponíamos de nuestra tarjeta y era momento de irnos hasta la planta 10. Qué ganas de llegar a la habitación y dejarnos caer sobre la cama. En nuestras mentes imaginando cómo sería el interior… ya queda poco para saberlo, unos poco metros más por el pasillo y habremos llegado.
¡¡Y tachán!! aquí estamos en la habitación 1004. Las camas tienen una pinta tremenda. Al poco confirmaríamos los cómodas que eran y lo a gustito que se estaba tirado en ellas viendo la tele un rato.
Tampoco nos podemos olvidar del señor baño que además de su buena ducha, no podía faltar una buena bañera. Unos acabados bastante elegantes como pueden ver, todo colocadito y listo para ser usado. Una duchita caería en breve…
Me quedo con algunos detalles de la habitación como son estas conexiones del televisor justo a la altura de la mesa escritorio, ideales para conectar nuestro portátil y disfrutarlo a pantalla gigante. Súper útil si tenemos algún vídeo almacenado en nuestro disco duro, o bien, si disponemos de una memoria usb. El entretenimiento mientras descansamos, lo tenemos asegurado en caso de que no encontremos nada interesante en los «pocos» canales existentes en la televisión.
Ya sólo me queda analizar el aspecto de la comida. Al día siguiente después de un buen descanso, pudimos disfrutar de un buffet-desayuno en el que no faltaban platos de todo tipo. Desde dim sum hasta los clásicos huevos revueltos con salchichas, algo de dulcitos y que tampoco falte frutita variada.
He aquí mi elección. Empezar con un juguito de naranja y luego vendría un cafecito. La tentación me pudo, fue ver unos gofres y plasss: «estos para mi», con un toque de chocolate y también de mermelada de grosellas (oculto por el otro lado)
Para cerrar, nada mejor que un mix de frutas, y a cada cual mejor, pero sin duda la fruta de dragón y la naranja estaban en su punto
Muy buenas sensaciones las que nos causó el hotel, lástima que sólo nos quedásemos durante una noche pero suficiente para recargar las pilas y desconectar en un ambiente muy agradable. Más que recomendable.