Sencilla

 

Buenos recuerdos me trae la zona de Ho Man Tin, muy cerquita de Mongkok, y aunque muchos puedan pensar que sea un poco ajetreada, está alejada del centro del bullicio habitual. A veces en vez de cocinar en casa, solíamos ir a uno de los restaurantes cercanos y entre nuestros favoritos estaba uno con especialidad en dumplings. Un sitio chiquito en el que apenas cabían diez personas repartidas en unas pocas mesitas, más luego el personal del establecimiento. El tamaño no importa porque era realmente acogedor y la comida, especialmente buena. Para aquel entonces creo que ni había empezado a utilizar foursquare, hace casi 3 años aproximadamente.

Al tiempo nos mudamos a Olympic y de ahí luego a Tung Chung, con lo que dejamos de frecuentar el lugar. Con el recuerdo de esos dumplings en la memoria, me acerqué el otro día para recordar aquellos días. Para mi sorpresa, habían cambiado de local pero a tan sólo unos metros de la ubicación donde lo recordaba originalmente. Lo bueno es que ahora es más amplio y cómodo. Me gusta el detalle cuando decoran las paredes con las fotos de los platos, eso hace mucho más fácil poder elegir aunque no entendamos los caracteres del menú, pero también tienen versión en inglés; preparados ante todo 🙂
 
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Como esa noche fui a cenar solo pedí dos platos: uno de noodles y otro de dumplings con diez unidades, rellenos de verdurita y carne.
 
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Ni qué decir lo mucho que lo disfruté. Me tomé mi tiempo para comer con calma los platos, una cena muy completa y muy sana también. Todo por 5 euros, más que contento.

Creo que la próxima vez iré con mi novia, así podremos pedir un par de platos más, y es que el menú tiene mucho donde elegir. Realmente bueno. El nombre del sitio: Hua Yuan Dumpling Restaurant – 華園餃子館 y la dirección para más señas la pueden encontrar en el mapita de a continuación.
 


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En Tosca

 

El pasado miércoles nos acercamos mi novia y yo hasta el ICC que queda justo encima de la estación de metro de Kowloon, a los pies del centro comercial Elements. Como hacía un tiempito que no salíamos a cenar algo especial, decidimos probar un sitio del que habíamos leído muy buenas críticas. Se trata del restaurante Tosca situado en la planta 102 dentro del hotel Ritz-Carlton. Ni que decir que a esas alturas, las vistas son de vértigo. Aunque no pudimos conseguir la mesa más pegadita a la ventana, se podía tener buena panorámica hacia la isla de Hong Kong.
 
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Como buen restaurante italiano que se precie, para empezar un plato de pan variado en el que no puede faltar fogaccia. Acompañado de aceite de oliva con un toque de vinagre balsámico. Todo un vicio para los amantes del pan, y uno que no acostumbra a comer tanto pan a diario como lo haría en España, éste es de lo momentos que hay que aprovechar. Creo que nos cambiarían el plato en dos ocasiones más. Acompañamiento perfecto entre plato y plato.
 
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Antes de ir que mi novia le estuvo echando un ojo al menú, ya tenía muy claro lo que iba a pedir. Añadir que la carta no es súper extensa pero todos los platos están muy cuidado y destancando algunos platos estrella como puede ser: el carpaccio de carne. Ni que decir que estaba espectacular. El corte de la carne y además el contraste con un toque de helado de vainilla. Súper fresquito el plato.
 
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Yo por mi parte opté por un plato de berenjenas gratinadas con mozarella. De textura muy suave, acompañado de tomatitos cherry y un poco de parmesano.
 
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Después de los entrantes y antes de pasar al plato principal, pedimos este ravioli relleno de queso y con trocitos de ternera con cierto toque agridulce. Una combinación interesante, además de, la forma poco tradicional del ravioli siendo tan alargado, en vez de los cuadraditos a los que uno está acostumbrado.
 
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Otra de las recomendaciones del sitio eran las chuletitas de cordero. Buena presencia en el plato y con unas papitas en forma de daditos. La carne poco hecha, con un poco de salsita para cerrar el conjunto. Muy tierno, perfecto para mi, pero creo que mi novia no le hubiera importado que estuviera algo más hecha la carne para su gusto. No obstante, muy bueno.
 
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Y mi segundo plato, tiras de solomillo. Insuperables, no digo más! Comer y disfrutar. El resto de detalles del plato se me han olvidado por completo, jeje. Mala costumbre la mía la de no anotarlo o sino una foto al menú la próxima vez.
 
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Para cerrar la noche no nos podíamos ir sin unos postritos, y con lo que a mi me gustan 🙂 El tiramisú es otro de los destacados, pero por desgracia la foto que saqué no quedo muy allá, así que, cojo prestada una de la gente de Open Rice. Antes de que el postre llegara, el camarero hizo una apuestao conmigo: «si no te convence el tiramisú, no te lo cobro». Así que, hecho. Sólo quedaba mi veredicto luego.
 

Ni que decir que finalmente tuvimos que incluirle el tiramisú en la cuenta, no nos escapamos. Más que justificada la recomendación y es que no se parece en nada o un poquito al convencional. Sobre todo por la galleta que tiene en parte superior, lo cremoso que estaba o el puntito exacto de café. Genial.

Y para mi novia un canoli. Crujiiente con trocitos de pistacho y crema en el interior. Muy peculiar su presentación y de sabor más que interesante.
 
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Cafecito y petit-four cerrando una cena más que magnífica. Ah! se me olvidaba, una botella de vinito tinto de Valpolicella. No es que sea un gran experto de vinos, y más en los italianos, pero tengo buenos recuerdos yendo a comer con mis padres en un italiano de Tenerife en el que probé varios vinos, y eso siempre ayuda.
 
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Un sitio apto tanto para cenar o bien almorzar con unas vistas increíbles y comida a la altura. Una muy buena experiencia para nuestra primera vez. Puede que más adelante probemos el brunch que tiene fama; de momento, aún seguimos saboreando los platos que les mostré anteriormente.

Si se quedan con más ganas y quieren leer críticas de más gente puede echarle un vistazo a este enlace.

 

Estilo LCK

 

A veces las opciones para comer en la zona donde trabajo (Admiralty) son más bien escasas y uno opta por acercarse a la vecina Wan Chai o alguna que otra vez en Central. Se pueden encontrar sitios auténticos de estilo tradicional donde comer noodles, dumplings u otras especialidades. Esta vez, no nos situamos en la isla de Hong Kong sino que vamos hasta la zona de Kowloon y más en concreto a las siglas que se incluyen como título de este post: LCK (Lai Chi Kok)

Es una zona de negocios bastante activa donde se acumulan muchas empresas, principalmente del sector textil, pero hay bastante diversidad. Y claro, los sitios para comer en la zona aunque no sean excesivos, si que ofrecen buena variedad local, es un gran punto a favor. De vez en cuando voy a buscar a mi novia al trabajo y antes de ir a casa aprovechamos para cenar algo en uno de los restaurantes que tiene cerca de la oficina.

Para mi siempre es toda una experiencia y me encanta el ambiente que hay en el interior. Mesas redondas con taburetes en el medio y en los laterales mesas rectangulares con sitios más acolchados. Dos vasitos de té y los utensilios para comer nos esperan mientras damos un vistazo al menú (bajo el cristal de la mesa). A estas horas (pasadas las 7 y media de la tarde) mucha de la gente ha abandonado la zona y se respira más tranquilidad, pero según me ha dicho mi novia, en la hora de la comida es una locura. Uno no puede permitirse un almuerzo digamos calmado porque la actividad es constante.
 

¿Y qué podemos pedirnos? la variedad del menú va desde arroz, fideos, bbq cantonesa, verduras, dumplings, sopas, bebidas variadas (café, té, refrescos); es lo que nos suele ofrecer la típica «cha chaan teng». Precios económicos y platos con buena cantidad. Esa noche me decanto por un té con leche, el tiempo anda algo fresquito y apetece algo templadito para el cuerpo.
 

Varios platos para compartir entre los que escogemos:

Verduritas con salsa de ostra
 

Noodles con pollo y verduras al curry
 

Y este último fue una elección mía: «zhu pa bao» o lo que viene a ser un bollo con un filete de cerdo, lechuga y un poco de mayonesa. Está exquisito. Y es que hay veces que con las cosas más simples, es con lo que uno disfruta más. Esos pequeños placeres 🙂
 

Que mejor recompensa para terminar el día con una buena cena y mejor compañía. Un sitio al viejo estilo y más que válido. Bullicioso de día y tranquilo de tarde-noche; lugar de paso, oficinistas, obreros… Un cóctel de gente que disfruta de su comida.

 

Miniatura

 

Si quisiéramos tener unas buenas vistas de la ciudad, ¿dónde tendríamos que irnos? seguro que muchos serán de la opinión de irnos cuanto más arriba mejor, y están en todo lo cierto. Lugares emblemáticos como el pico Victoria, una de las atracciones por excelencia, es uno de los mejores sitios para contemplar la isla y la zona de Kowloon en los días despejados. Sin embargo, tampoco podemos olvidarnos de nuestros amigos los rascacielos, otra de las opciones para disfrutar la ciudad desde más ángulos.

Mis recomendaciones si están en Central, sería ir al IFC 2 y subir hasta la Autoridad Monetaria de Hong Kong para disfrutar de la panorámica o sino desde la torre del Banco de China, quizás dos de los sitios más conocidos y que salen en todas las guías. Y si les digo que aún no he subido… pero se me ocurre redirigirles hasta el blog de Alberto donde hace un buen análisis de lugares desde donde tener buenas vistas de la ciudad, no se lo pierdan.

Esta vez, quiero descubrirles otro sitio desde donde las vistas son igualmente buenas y quizás no tan conocido para muchos. En el edificio Central Plaza en Wan Chai, lugar de paso habitual si vamos hacia el recinto de ferias y congresos, y conectado por la red de puentecitos de los alrededores.
 


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Subimos hasta la planta 46 que es donde está situado el «Sky Lobby» y nos encontramos con estas vistas. Primero en dirección norte y a nuestros pies el centro de convenciones, con la península de Kowloon de fondo y el ICC vigilante.
 

No faltan las plataformas cercanas al muelle de Wan Chai que suelen ir cargadas de containers o a veces remolcando algún barco. Curiosamente ese día habia una comitiva de barquitos con banderas coloridas y en dirección este. Me pregunto si iban a alguna competición de dragon boat o algún festival en concreto; creo que me quedaré con la duda. Se puede apreciar al fondo de la foto aunque esta no sea del todo nítida.
 

Se notaba que era la hora del mediodía y la actividad de coches era bastante intensa, con las calles de los alrededores con cantidad de taxis, guaguas y otros vehículos. Importante la retención en una de las arterias principales que conectan el distrito de Central con Causeway Bay y el acceso al túnel que nos lleva hasta Hung Hom.
 

 

Mirando al fondo se distingue la zona de Causeway Bay y las zonas verdes del parque Victoria, mientras la carretera serpenteante sigue paralela a la línea de costa hacia Tin Hau y North Point.
 

Pero no nos olvidemos de mirar de cara a la montaña, que a medida que se gana en altura los edificios empiezan a escasear y predomina la masa verde que luego se extiende hacia el sur de la isla de Hong Kong. Por cierto, de los edificios que ven, ¿hay alguno que les llamen la atención en particular? a ver si alguno da en el clavo 🙂
 

¿Y el por qué de mi visita a este edificio? tener que ir a visitar el Consulado de España que se encuentra en la planta 53, y el piso 46 es un paso obligado puesto que hay que cambiar de ascensor para seguir subiendo unos pisos más arriba. No obstante, venir a este edificio y cuando el tiempo lo permite, disfrutar de las vistas es algo que viene bien para desconectar aunque sea unos minutos en plena jornada laboral. Cuestión de menos de 30 segundos en lo que el ascensor nos deja de nuevo en la planta de recepción, vuelta a tierra firme y a continuar con el día.