En Tosca

 

El pasado miércoles nos acercamos mi novia y yo hasta el ICC que queda justo encima de la estación de metro de Kowloon, a los pies del centro comercial Elements. Como hacía un tiempito que no salíamos a cenar algo especial, decidimos probar un sitio del que habíamos leído muy buenas críticas. Se trata del restaurante Tosca situado en la planta 102 dentro del hotel Ritz-Carlton. Ni que decir que a esas alturas, las vistas son de vértigo. Aunque no pudimos conseguir la mesa más pegadita a la ventana, se podía tener buena panorámica hacia la isla de Hong Kong.
 
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Como buen restaurante italiano que se precie, para empezar un plato de pan variado en el que no puede faltar fogaccia. Acompañado de aceite de oliva con un toque de vinagre balsámico. Todo un vicio para los amantes del pan, y uno que no acostumbra a comer tanto pan a diario como lo haría en España, éste es de lo momentos que hay que aprovechar. Creo que nos cambiarían el plato en dos ocasiones más. Acompañamiento perfecto entre plato y plato.
 
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Antes de ir que mi novia le estuvo echando un ojo al menú, ya tenía muy claro lo que iba a pedir. Añadir que la carta no es súper extensa pero todos los platos están muy cuidado y destancando algunos platos estrella como puede ser: el carpaccio de carne. Ni que decir que estaba espectacular. El corte de la carne y además el contraste con un toque de helado de vainilla. Súper fresquito el plato.
 
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Yo por mi parte opté por un plato de berenjenas gratinadas con mozarella. De textura muy suave, acompañado de tomatitos cherry y un poco de parmesano.
 
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Después de los entrantes y antes de pasar al plato principal, pedimos este ravioli relleno de queso y con trocitos de ternera con cierto toque agridulce. Una combinación interesante, además de, la forma poco tradicional del ravioli siendo tan alargado, en vez de los cuadraditos a los que uno está acostumbrado.
 
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Otra de las recomendaciones del sitio eran las chuletitas de cordero. Buena presencia en el plato y con unas papitas en forma de daditos. La carne poco hecha, con un poco de salsita para cerrar el conjunto. Muy tierno, perfecto para mi, pero creo que mi novia no le hubiera importado que estuviera algo más hecha la carne para su gusto. No obstante, muy bueno.
 
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Y mi segundo plato, tiras de solomillo. Insuperables, no digo más! Comer y disfrutar. El resto de detalles del plato se me han olvidado por completo, jeje. Mala costumbre la mía la de no anotarlo o sino una foto al menú la próxima vez.
 
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Para cerrar la noche no nos podíamos ir sin unos postritos, y con lo que a mi me gustan 🙂 El tiramisú es otro de los destacados, pero por desgracia la foto que saqué no quedo muy allá, así que, cojo prestada una de la gente de Open Rice. Antes de que el postre llegara, el camarero hizo una apuestao conmigo: «si no te convence el tiramisú, no te lo cobro». Así que, hecho. Sólo quedaba mi veredicto luego.
 

Ni que decir que finalmente tuvimos que incluirle el tiramisú en la cuenta, no nos escapamos. Más que justificada la recomendación y es que no se parece en nada o un poquito al convencional. Sobre todo por la galleta que tiene en parte superior, lo cremoso que estaba o el puntito exacto de café. Genial.

Y para mi novia un canoli. Crujiiente con trocitos de pistacho y crema en el interior. Muy peculiar su presentación y de sabor más que interesante.
 
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Cafecito y petit-four cerrando una cena más que magnífica. Ah! se me olvidaba, una botella de vinito tinto de Valpolicella. No es que sea un gran experto de vinos, y más en los italianos, pero tengo buenos recuerdos yendo a comer con mis padres en un italiano de Tenerife en el que probé varios vinos, y eso siempre ayuda.
 
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Un sitio apto tanto para cenar o bien almorzar con unas vistas increíbles y comida a la altura. Una muy buena experiencia para nuestra primera vez. Puede que más adelante probemos el brunch que tiene fama; de momento, aún seguimos saboreando los platos que les mostré anteriormente.

Si se quedan con más ganas y quieren leer críticas de más gente puede echarle un vistazo a este enlace.

 

Estilo LCK

 

A veces las opciones para comer en la zona donde trabajo (Admiralty) son más bien escasas y uno opta por acercarse a la vecina Wan Chai o alguna que otra vez en Central. Se pueden encontrar sitios auténticos de estilo tradicional donde comer noodles, dumplings u otras especialidades. Esta vez, no nos situamos en la isla de Hong Kong sino que vamos hasta la zona de Kowloon y más en concreto a las siglas que se incluyen como título de este post: LCK (Lai Chi Kok)

Es una zona de negocios bastante activa donde se acumulan muchas empresas, principalmente del sector textil, pero hay bastante diversidad. Y claro, los sitios para comer en la zona aunque no sean excesivos, si que ofrecen buena variedad local, es un gran punto a favor. De vez en cuando voy a buscar a mi novia al trabajo y antes de ir a casa aprovechamos para cenar algo en uno de los restaurantes que tiene cerca de la oficina.

Para mi siempre es toda una experiencia y me encanta el ambiente que hay en el interior. Mesas redondas con taburetes en el medio y en los laterales mesas rectangulares con sitios más acolchados. Dos vasitos de té y los utensilios para comer nos esperan mientras damos un vistazo al menú (bajo el cristal de la mesa). A estas horas (pasadas las 7 y media de la tarde) mucha de la gente ha abandonado la zona y se respira más tranquilidad, pero según me ha dicho mi novia, en la hora de la comida es una locura. Uno no puede permitirse un almuerzo digamos calmado porque la actividad es constante.
 

¿Y qué podemos pedirnos? la variedad del menú va desde arroz, fideos, bbq cantonesa, verduras, dumplings, sopas, bebidas variadas (café, té, refrescos); es lo que nos suele ofrecer la típica «cha chaan teng». Precios económicos y platos con buena cantidad. Esa noche me decanto por un té con leche, el tiempo anda algo fresquito y apetece algo templadito para el cuerpo.
 

Varios platos para compartir entre los que escogemos:

Verduritas con salsa de ostra
 

Noodles con pollo y verduras al curry
 

Y este último fue una elección mía: «zhu pa bao» o lo que viene a ser un bollo con un filete de cerdo, lechuga y un poco de mayonesa. Está exquisito. Y es que hay veces que con las cosas más simples, es con lo que uno disfruta más. Esos pequeños placeres 🙂
 

Que mejor recompensa para terminar el día con una buena cena y mejor compañía. Un sitio al viejo estilo y más que válido. Bullicioso de día y tranquilo de tarde-noche; lugar de paso, oficinistas, obreros… Un cóctel de gente que disfruta de su comida.

 

Miniatura

 

Si quisiéramos tener unas buenas vistas de la ciudad, ¿dónde tendríamos que irnos? seguro que muchos serán de la opinión de irnos cuanto más arriba mejor, y están en todo lo cierto. Lugares emblemáticos como el pico Victoria, una de las atracciones por excelencia, es uno de los mejores sitios para contemplar la isla y la zona de Kowloon en los días despejados. Sin embargo, tampoco podemos olvidarnos de nuestros amigos los rascacielos, otra de las opciones para disfrutar la ciudad desde más ángulos.

Mis recomendaciones si están en Central, sería ir al IFC 2 y subir hasta la Autoridad Monetaria de Hong Kong para disfrutar de la panorámica o sino desde la torre del Banco de China, quizás dos de los sitios más conocidos y que salen en todas las guías. Y si les digo que aún no he subido… pero se me ocurre redirigirles hasta el blog de Alberto donde hace un buen análisis de lugares desde donde tener buenas vistas de la ciudad, no se lo pierdan.

Esta vez, quiero descubrirles otro sitio desde donde las vistas son igualmente buenas y quizás no tan conocido para muchos. En el edificio Central Plaza en Wan Chai, lugar de paso habitual si vamos hacia el recinto de ferias y congresos, y conectado por la red de puentecitos de los alrededores.
 


Ver mapa más grande

Subimos hasta la planta 46 que es donde está situado el «Sky Lobby» y nos encontramos con estas vistas. Primero en dirección norte y a nuestros pies el centro de convenciones, con la península de Kowloon de fondo y el ICC vigilante.
 

No faltan las plataformas cercanas al muelle de Wan Chai que suelen ir cargadas de containers o a veces remolcando algún barco. Curiosamente ese día habia una comitiva de barquitos con banderas coloridas y en dirección este. Me pregunto si iban a alguna competición de dragon boat o algún festival en concreto; creo que me quedaré con la duda. Se puede apreciar al fondo de la foto aunque esta no sea del todo nítida.
 

Se notaba que era la hora del mediodía y la actividad de coches era bastante intensa, con las calles de los alrededores con cantidad de taxis, guaguas y otros vehículos. Importante la retención en una de las arterias principales que conectan el distrito de Central con Causeway Bay y el acceso al túnel que nos lleva hasta Hung Hom.
 

 

Mirando al fondo se distingue la zona de Causeway Bay y las zonas verdes del parque Victoria, mientras la carretera serpenteante sigue paralela a la línea de costa hacia Tin Hau y North Point.
 

Pero no nos olvidemos de mirar de cara a la montaña, que a medida que se gana en altura los edificios empiezan a escasear y predomina la masa verde que luego se extiende hacia el sur de la isla de Hong Kong. Por cierto, de los edificios que ven, ¿hay alguno que les llamen la atención en particular? a ver si alguno da en el clavo 🙂
 

¿Y el por qué de mi visita a este edificio? tener que ir a visitar el Consulado de España que se encuentra en la planta 53, y el piso 46 es un paso obligado puesto que hay que cambiar de ascensor para seguir subiendo unos pisos más arriba. No obstante, venir a este edificio y cuando el tiempo lo permite, disfrutar de las vistas es algo que viene bien para desconectar aunque sea unos minutos en plena jornada laboral. Cuestión de menos de 30 segundos en lo que el ascensor nos deja de nuevo en la planta de recepción, vuelta a tierra firme y a continuar con el día.

Bruma

 

Cuando parecía que el tiempo empezaba a arrancar con algo más de calorcito, en estos últimos días el termómetro se ha empeñado en bajar de nuevo y la humedad también se ha disparado. Con lo bien que se estaba sobre unos 23 grados. A su vez, está habiendo una bruma bastante densa tal que si uno está situado en la isla de Hong Kong y mira hacia el lado de la península de Kowloon, hay edificios que en parte se han esfumado. De igual forma ocurre mirando el skyline desde TST hacia la isla.

Estas fotos las saqué este domingo pasado. Una vez terminado el entrenamiento de dragon boat me dirigí a Central para almorzar algo. Después de comer, el plan era dar una vuelta e ir a mirar una cosita que tenía pendiente, me acordé de unas tiendas outlet en TST que igual me venían bien.
 

Así que, como tenía tiempo por delante y no había quedado con nadie, era momento de embarcarse en el Star Ferry. Nunca me cansaré de repetir lo agradable que se hace la corta travesía que separa la isla de la península. Apenas son 10 minutos, pero da gusto poder respirar la brisa del mar y contemplar la vista alrededor a pesar de que el día estuviese gris y con esas nubes que cubrían parcialmente.
 

Busqué un sitio en la cubierta superior al lado izquierdo del barco y a disfrutar del trayecto. Da igual que seas turista o residente, siempre es buen momento para subirse. ¿Recuerdan lo que costaba? pues revisando una de las primeras entradas que escribí mencionando este barquito, por aquel entonces rondaba los 2,4 HK$. A día de hoy, ya está en los 3 HK$, pero sigue siendo bastante económico al igual que su compañero el tranvía.
 

Cuando uno va a bordo se fija en pequeños detalles como las cuerdas, salvavidas, las barandillas… la de pasajeros que habrán visto pasar en todos estos años de servicio. En concreto el barco en el que iba ese día, según decía una plaquita, era del año 1975. Creo que hay otros que son un poco más modernos. Sería interesante conocer un poco más a fondo sobre la historia de estos ferrys tan peculiares.
 

La sirena del barco nos indica que ya estamos llegando al muelle. La gente se empieza a levantar para hacer cola ante la puerta de salida.
 

Unos que llegan y otros que están a punto de irse. El horario del ferry es bastante puntual, y a nada que lleguemos a un muelle u otro, como mucho tendremos que esperar 10 minutos máximo para poder zarpar. Ni la bruma impide que salga a su hora, muy mal tendría que estar el tiempo como cuando viene algún tifón, pero la temporada aún queda lejos.
 

Esperemos que para este fin de semana que está por empezar se despeje un poco o al menos la temperatura suba, no es mucho pedir. Ya se sabe, el cambio climático, el tiempo no es lo que era antes y las estaciones parece que quieren alargarse más de lo que debieran. Veremos en unas semanas conforme el mes de marzo sigue avanzando y se le acerca el turno a la primavera 🙂