Secando al sol

Apurando el mes de Noviembre estábamos hasta hace poco y hoy ya empezando un nuevo mes, parece que estos meses finales se están pasando demasiado rápido, ¿no tienen esa sensación? Otra de las cosas que ha sido un poco atípica ha sido el clima porque los días de calor se han ido alargando, a veces no daba la sensación de estar a estas alturas del año. Por suerte, las temperaturas han empezado a suavizarse un poco y hasta sentir algo de fresquito por la tardes; no tengo duda que a lo largo de este nuevo mes las temperaturas seguirán bajando algo más y la ropa de abrigo tomará las calles.

Mientras tanto, siempre y cuando haya días soleaditos como este pasado domingo, hay gente que le gusta aprovechar para estar secando al sol algo de pescadito. Será que en casa no cuenta con azotea o un sitio apropiado para ello, así que nada mejor que llevarse los pescaditos hasta el puente más cercano y tenderlos ahí tal cual. Les aseguro que cuando vuelva el dueño estará todo intacto.

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Y justo un poco más abajo si se fijan, las vías del tren que une Fanling con Sheung Shui y también la autopista pasando por debajo de dicho puente.

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Esperemos que le haya dado tiempo a todo el pescadito a secarse, porque seguro que ya llevaba sus buenas horas secando al sol (hasta eso de las 6 de la tarde) aún se podía seguir aprovechando hasta los últimos rayos. Imagino que sería todo para consumo particular aunque quien sabe si igual aproveche para sacarse algunos hongkies y venderlo en algún mercadillo de la zona.

No es extraño ver esta escena a menudo y más en un entorno un poco más rural, pero tampoco se extrañen si cuando vayan paseando por la zona de Sheung Wan se vean a pie de calle algo de pescado o cáscaras de naranja secándose y es que las tienditas de la zona tienen que aprovechar como puedan.

Mirada al pasado

Siempre hay sorpresas que uno se encuentra a lo largo del camino y es inevitable pararse para dedicarle unos minutos observando los detalles. En una ciudad que ha crecido tan rápido en cuestión de cincuenta años para acá, también han habido muchos movimientos de la gente del campo a la ciudad y quizás estas fotos puedan ser prueba de ello. Algunas aldeas un tanto remotas y que a pesar de estar conectadas a otros núcleos urbanos mediante taxi o minibus, cuesta su tiempo en llegar a ellas. Uno se pregunta cómo sería la vida hace años y en los que igual ni siquiera había electricidad, una mirada al pasado en pocos instantes.

¿Y por dónde andaba yo para toparme con estas casitas tan abandonadas? pues en la zona al norte de Sai Kung en la sección 2 de la ruta Maclehose durante uno de nuetros entrenamientos para el Trailwalker. Más concretamente, como ven en el mapa de a continuación la zona se llama Ham Tin.

Nos pudimos dar cuenta que desde el punto de la carretera más próxima hasta allí, se tarda casi como media hora aunque hay otra opción y es ir en un barquito de un muelle cercano. Como lugar para pasar el fin de semana si que promete porque la zona es muy tranquila e incluso vimos que había una zona de acampada no muy lejos de allí.

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Igual será cuestión de tiempo que decidan lo que hacer con estas casitas, bien renovarlas y dejarlas decentes o bien dejar paso a alguna construcción más moderna que las reemplace. Me pregunto a cuánto estará el precio del metro cuadrado por allá…

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Escenas de la vida cotidiana, en este caso en la cocina. Uno se puede hacer una idea de cómo sería el día a día a la hora de preparar el fuego para hacer la comida o calentar un poco de agua para tomar un té. Casi como si se tratase de una exposición en un museo, ¿no les parece?

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Muebles, utensilios, cerámicas… son los únicos testigos del paso del tiempo y por fuera la vegetación que crece, más aún en la época que nos ocupa cuando las lluvias empezarán a ser algo más habituales. De noche no se podría pasar sin una buena estufita o fuego, porque me imagino la humedad del lugar.

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Justo una semanita y estaremos pasando por las inmediaciones de la zona, con paso firme hacia el tercer punto de control en la carrera. Será un visto y no visto mientras nos alejamos colina arriba por la rampa de cemento subiendo algunos metros sobre el nivel del mar. Digamos que es de las zonas más facilitas pero que también evoca esa mirada al pasado.

Campo verde

Una zona que antes era una desconocida para mi pero que he ido podiendo descubrir de la forma más sana posible que es corriendo. Cuando uno se va atreviendo con distancias más largas y también llevado por la curiosidad, siempre está el afán de llegar un cachito más allá. Quizás uno de los inconvenientes de este trayecto es que al discurrir a lo largo de una carretera bastante transitada pues puede ser un poco molesto por el tráfico, pero si vamos por la tarde-noche es todo un remanso de paz. Preferiblemente es ir de día para conocer mejor cómo es el camino y luego saber orientarse mejor si decidimos ir de noche.

Así que. hace un par de semana decidí salir en dirección hacia Shau Tau Kok, una localidad que es fronteriza con la cercana Shenzhen y es que de hecho hay una zona dentro de la misma que sólo se puede acceder si uno tiene un permiso para ello. Aún tengo que indagar para dar con este permiso, puesto que hay minibuses que salen desde Fanling hacia allí y lo suyo sería poder entrar para ver los alrededores.

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La carretera no es enteramente plana y tiene un ligero repecho para luego volver a llanear durante unos kilómetros más. Llegados a este punto es cuando estamos más en contacto con campo abierto y se nota al respirar el aire. Los días de lluvia que son algo más habituales dotan de un verdor adicional el campo y ese olor a tierra mojada es algo tan característico; sienta bien el poder disfrutar así de la naturaleza.

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Las pequeñas aldeas se van sucediendo también a lo largo del camino, pequeños núcleos de población y que son ideales para disfrutar del campo. Eso sí, bien tienes coche o moto para llegar o sino te toca ir a golpe de guagua que tarda como unos 20 minutos hasta el centro de Fanling o Sheung Shui.

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Y claro, los caminitos que se adentran hacia los campos de cultivo. De fondo, algunas de las montañas que conforman el parque de Pat Sin Leng (aún lo tengo por explorar). Se podrán imaginar ahora en esta época lo húmeda que puede ser esta zona, si ya lo noto yo en mi casa y eso que está más protegida con edificios cercanos. Me recuerda a la época cuando viví con mi familia una temporada en El Sauzal, y fue todo un cambio al mudarnos desde Santa Cruz.

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La tiradita ida y vuelta son casi 20kms. pero bien merece la pena y por poquito me quedé a las puertas de Sha Tau Kok. Así que para la próxima si voy armado con el permiso podré ver un poquito más en detalle la zona justo en la frontera, seguro que promete.

Desearles un buen fin de semana, el primero de este mes de Diciembre y seguro que ya disfrutando de las temperaturas propias de esta época del año, a no ser que tengan la suerte de estar leyéndome desde el hemisferio sur que todo es posible. Disfruten del campo y la naturaleza, es una buena forma de desconectar durante este puente de la Constitución 🙂

En calma

Si me preguntas hace unos años igual no tendría respuesta p tendría que pensármelo un poco más. ¿Qué tiene salir a correr? Y puede que no todos estemos hechos para ello, que es aburrido y monótono, seguro que es de los primeros adjetivos que uno puede pensar. Es más que hacer deporte, sino también una forma de estar en calma interior con uno mismo y desconectar de nuestras preocupaciones laborales y personales. El asfalto y el sonido de nuestras pisadas, y más calma aún si es durante la tarde-noche.

Hace un año escaso que vivimos en Fanling y todos los días pasamos por Tai Po, un viajecito de apenas diez minutos de metro pero que corriendo es casi una hora pero merece la pena mientras uno va corriendo en paralelo al Tolo Harbour bordeando la costa alejándose del centro urbano. Es una buena zona también para ir en bici puesto que podemos llegar hasta Tai Wai, es una buena tiradita pero totalmente en llano.

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Y como la zona está al paso del río Lam Tsuen y con algún que otro canal, hay varios puentecitos para salvar las distancias. No podía ser de otra forma que con inspiración china y de noche lucen especialmente mejor.

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Ya que hemos llegado hasta aquí, el camino de vuelta se tiene que hacer igualmente. ¿me echa para atrás? Pasado ya el verano el panorama es bien distinto; con la brisita y una media de 20grados que tenemos actualmente, se hace la mar de bien. ¡Viva el otoño!