Escaparate

Si nos dejamos caer por el peculiar barrio de Sheung Wan es más que seguro que nos encontremos con tiendas que comparten algo en común: el escaparate. El negocio del pescado seco está a la orden del día, pero también hay otros productos bastante demandados y que pueden llegar a alcanzar precios bastante elevados. ¿Sabrían reconocer algunos de los productos de la foto siguiente? quizás el de la lata sea el más fácil de adivinar, pero a ver si dan con el resto. Les daré tiempo para ver si consiguen adivinarlo y mientras tanto puede que deje alguna pista por mi twitter.

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Estos ingredientes se suelen usar en la medicina tradicional china y son base también de remedios caseros para ayudar con muchos males. Desde un simple resfriado o fortalecer el organismo. No sólo son los productos del mar que podemos encontrar en las sopas, sino también de la tierra o de otros animales.

Un barrio que ha ido cambiando con el paso de los años pero que aún mantiene la esencia del viejo Hong Kong y una buena muestra se encuentra a través de un escaparate así. Las tradiciones que pasan de generación en generación y en Sheung Wan es donde tienen un mayor protagonismo con esa mezcla de olores y colores.

Dando vueltas

 

Un domingo más y después del entrenamiento de dragonboat, y a pesar del calor, o digamos más bien el efecto de la humedad, me apetecía dar una vuelta por los alrededores de Sheung Wan. Y es que el día anterior había estado en casa de un compañero del equipo, que vive por la zona, celebrando su cumpleaños y me quedé con ganas de volver pero de día, aunque por la noche el ambiente de misterio que hay hace a la zona aún más atractiva.

A unos 10 minutos del corazón de Central, las distintas callecitas tienen muchas cosas que ofrecernos. Una de las más características son las tiendas de pescado seco. No hay esquina en la que no dejemos de ver productos de todo tipo en sus botes de cristal o incluso a veces algunos de ellos secándose al sol.
 

Estas cestas que cuelgan aquí son precisamente para poner el pescado para que se seque al sol.
 

Mientras que algunos a pesar de ser domingo, no paran su actividad laboral. A juzgar por lo que llevaba en el carrito esta señora (máquina de fax, impresoras..), diría que se dirigía a un punto de reciclaje. O igual saca algo de dinero vendiendo algunos de los componentes, se aprovecha lo que se puede.
 

Sitios para comer de lo más variado. ¿Apetecen unos noodles? apuesto que esta tienda lleva aquí bastantes años y si el precio de los alquileres lo permite, seguro que aún le queda cuerda para rato. Hablando de precios, esta zona para ser céntrica, tiene precios algo más asequibles para vivir e incluso algunos edificios industriales que han sido reconvertidos en viviendas. Por la noche es una zona de lo más tranquila, y con ese halo misterioso cuando se encienden las luces de los puestecitos.
 

Zona en la que los negocios de más reciente creación conviven con los más tradicionales, y donde podemos encontrar algunos boutiques de ropa, cafés o esta tienda de vinos que vemos en la foto. Me pregunto si tendrán algo de vino español, mmmm… Para los residentes en la zona, no tienen excusa para decir que les falte de nada, eso sí son ventajas 🙂
 

Después de un rato de dar vueltas, desemboco a la calle principal (Des Voeux Road) que es por donde pasa la línea del tranvía. ¿Cuál será el siguiente paso? todo indica que vayamos hacia la derecha que es donde hay algunos puntos de interés. Nunca pierdan de vista estas indicaciones porque son de lo más útil, principalmente para los turistas, pero tampoco vienen mal para los que lleven tiempo por la ciudad pero que un día se encuentren un poco despistados.
 

Para los que hayan estado de visita, seguro que el barrio de Sheung Wan les habrá llamado especialmente la atención. Es una cara del Hong Kong tradicional pero que ha integrado toques modernos en edificios, tiendas y/o restaurantes. Espero que siga conservando esa esencia por mucho tiempo, y aunque sea el olor del pescado.

 

B/N

 

El pasado domingo después de un par de meses de haber terminado la primera temporada de dragon boat, me levanté tempranito para retomar los entrenamientos. Quieras que no, eso de madrugar aún más que durante la semana uno lo termina agradeciendo porque la sensación es que el día se aprovecha más.

El plan para el resto del día después del entrenamiento ya estaba montado. Primero un almuerzo, lástima que el sitio que había decidido inicialmente casualmente los domingos cierra, así que, terminamos improvisando. Para unas horas más tarde mi novia y yo iríamos al cine para ver «Rise of the Apes» por lo que tendríamos unas horas para tomárnoslo con calma. Ella ya tenía cita para darse un masaje, eso hacía que tuviera casi 2 horas largas para perderme por el centro, que a pesar de haber estado muchas veces por los mismos alrededores siempre hay algo que capta mi atención y esta vez si había previsto el llevarme la cámara de verdad.

Era un día de los de calor de verdad, esos que sólo se dan en el mes de agosto, verano puro. Y para los que andaban por la calle, algunos optan por protección extra para el sol.
 

La intención de esta entrada a dos colores, es también la de transmitir una sensación más fresquita y evadirnos del calor por unos instantes. Para aquellos que no estaban por la calle, optaban por resguardarse dentro de una cafetería y disfrutar de un cafecito bien sea caliente o con hielo. Eso mismo hice yo al principio (con hielo por favor) pero luego decidí que era el momento de patear y «pasar» del calor, sin que falte una botellita de agua de por medio.
 

Y cuando nos encontramos a la sombra de un puente que pasa por encima nuestro, es de agradecer. Hasta parece que la actividad por la calle a aquellas horas hubiese disminuido, no es de extrañar. Pocos coches circulando y en ese momento ni siquiera pillé ningún tranvía en su recorrido habitual.
 

Apuesto que las vistas desde el ICC tenían que ser especialmente buenas en un día de cielo azul y despejadito. Ahh, recordar que el mirador en la planta 100 ya está abierto al público desde hace no mucho. Espero aprovechar otro día de tan buen tiempo para subir y disfrutar de las vistas desde el otro lado.
 

Con vistas al mar…
 

…a la ciudad. ¿Qué prefieren?
 

 

Finalmente, vuelta hasta un lugar cerrado y con tiendas. Los centros comerciales son la mejor opción cuando las temperaturas aprietan. Comprar o no comprar, ir a ver una película o simplemente dar vueltas para pasar unas horas.
 

Y es que teniendo justo debajo la parada de metro que nos lleva de vuelta a casa, a veces da pereza salir ¿verdad? A seguir llevando el veranito de la mejor forma posible, bien sea dentro o fuera 🙂
 

Western Market

 

Un lugar emblemático y símbolo de la zona de Sheung Wan. El mercado con más historia de la ciudad cuyos orígenes se remontan a 1844 cuando éste empezase a ser usado. Desde aquel entonces hasta la actualidad, se han sucedido re-estructuraciones, cambios y/o reformas. El edificio en sí consta de dos bloques diferenciados, el lado sur (el que vemos en esta foto) y el lado norte que da hacia la calle Connaught Road Central.

El lado sur que fue terminado en el año 1858, vino a ser demolido en el año 1980 y es donde se encuentra el complejo Sheung Wan. En el interior del mercado, hay varias tiendecitas entre ellas: una sastrería, sitio de postres o restaurante con pista de baile.
 

¿Se imaginan si más edificios de la zona fueran de este estilo? de por si la zona en la que se encuentra, tiene bastante encanto, con cantidad de tienditas de pescado seco, puestos de frutas, restaurantes… se respira una atmósfera muy tradicional y con olores que se mezclan a nuestro paso por las calles.
 

Lugar también en el que el curso del tranvía hace un giro, abandonando Des Voeux Road y continúa hacia Kennedy Town pasando por la cara norte del mercado. Si queremos ir de vuelta hasta Central o ir más lejos como hasta Causeway Bay, podemos coger una de las líneas que tiene como estación final el Western Market.
 

Un edificio que se mantiene en forma a pesar del paso del tiempo y declarado monumento histórico de la ciudad hace algunos años y que ha «sufrido» reformas para seguir en pie como desde el primer día. Parte de la herencia británica de Hong Kong que sigue más vivo que nunca.