Ya son cinco

Parece mentira que echando la vista atrás haya pasado tan rápido el tiempo. Como quien dice, parece que fue ayer cuando un grupo de chicos y chicas nos juntamos en una clase allá en el verano del 2007. Durante casi mes y medio compartiríamos clases y salidas de fin de semana en las que nos conoceríamos un poquito más; haríamos nuestros círculos y también creando más afinidad con los compañeros que íbamos a tener más cerca, dígase: Asia, Europa, América, África o Australia. Todos repartidos a lo largo de la geografía del planeta y permaneciendo en nuestros destinos un periodo entre 12 y 15 meses, sin saber si nos volveríamos a ver siquiera.

En estos 5 años la vida da muchas vueltas y la gente que un día dejó sus destinos, puede que no haya vuelto, otros que hayan cambiado varias veces de ciudad, vuelto de visita o incluso habiendo permanecido en él después de este tiempo. Caminos independientes que tomamos todos después de la experiencia ICEX y a veces nos ha vuelto a juntar, momentos en los que recordar algunas de nuestras escapadas, qué míticas!

Algunos amigos como Alberto, no han querido dejar pasar la ocasión de recordar esta fecha especial que todos tenemos en mente. Ya nada volverá a ser como antes. Año tras año el número de plazas se fue acortando y juntando destinos hasta que este año es la última convocatoria de la beca que nos abrió las puertas a una visión más amplia del mundo.

¡Gracias a la familia ICEX por hacerlo posible!

Laguneando

Una ciudad por la que da gusto pasear, con calles tranquilas, casitas bajas y con mucho colorido. Han sabido conservar su parte histórica y de ahí que se haya ganado ser patrimonio declarado por la Unesco. Es otra de las ciudades principales en la isla y que rivaliza a veces con su vecina Santa Cruz, en efecto estamos hablando de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, o La Laguna.

Lugar en el que también está ubicada la ciudad universitaria pero que cuando llegan los meses de verano se vuelve algo más deshabitada, que se agradece para disfrutar de la tranquilidad de sus calles. Está llena de rinconcitos que explorar y también muy buenos sitios donde comer, algunos un poco desconocidos pero que hay que ir descubriendo poco a poco. Y eso mismo hicimos en compañía de mis padres y unos amigos, un almuerzo en una tasquita muy acogedora.

Desde luego que tendré que ir cuando regrese de nuevo a la isla. éxito asegurado aunque por lo visto se llena bastante y a veces es recomendable reservar. Nosotros tuvimos suerte ya que llegamos algo tempranito para almorzar y no tuvimos problema cogiendo mesa.


 

Balcones canarios…

Me encanta lo bien conservadas que están las casas. Los muros de piedra y el color de las fachadas. Donde no sólo abunda el blanco sino también tonos ocres en amarillo de distintos tonos, hasta alguno con toque rosa salmón como podrán ver en algunas de las fotos un poco más abajo. Llama mucho la atención y no sólo a los turistas.


 

 

 

 

Otro elemento que también destaca es la presencia de las palmeras. No me atrevería a decir que todas sean de la variedad autóctona pero seguro que en su mayoría lo son.


 

Este paseo en concreto me trae muy buenos recuerdos cuando de pequeño cogía la bicicleta y mi hermana con sus patines ¿puede ser? mmmm. Subíamos desde Santa Cruz en el coche con mi abuelo y por unas horitas podíamos campar a nuestras anchas a lo largo del paseo sin peligro del tráfico. Domingo sí, domingo no no faltábamos a nuestra visita. Está tal y como lo recuerdo a pesar del paso de los años.

Espero que los que no hayan estado aún en esta ciudad, no dejen de visitarla cuando estén por la isla. Pasear por sus calles, tomarse un cafecito en alguna de las terracitas, visitar los comercios locales y disfrutar de sus edificios y monumentos históricos.

En familia

¿Qué significan las vacaciones? Para mi es: familia, amigos, descanso y buen comer. No hay nada que más le apetezca a uno que el poder ir a esos sitios de siempre y en buena compañía, en este caso la de mi hermana. También iba a venir su novio pero le salió un trabajo de última hora con lo que no pudo venir, lástima porque nos hubiera echado una mano con la comidita que pedimos.

Después de haber estado de relax en el sur de la isla, tocaba regresar a Santa Cruz. Era sábado y el día perfecto para organizar una cenita. Llamé a mi hermana, concretamos la hora y la pasé a recoger por su casa. Dicho y hecho tiramos para el norte de la isla a recordar buenos tiempos y un sitio que tiene mucho fama, sobre todo por sus platos preparados con champiñones.

Hacía la tira que no iba y le hacía mucha ilusión poder ir después de unos cuantos años. Inicialmente como contábamos con que viniese su novio, pues nos esperamos a que llegase para así pedir todos juntos y mientras tanto le íbamos dando al panito con salsa.

 

Al quedarnos tan sólo nosotros dos para cenar, llegó el momento de pedir la comida. Fuimos de cabeza a los platos clásicos, pero que tanto gustan. Tales como: queso frito con mojo verde y otro con salsa de arándanos. Nos dejamos llevar por la emoción y nos daríamos cuenta que el haber pedido dos quesos fue pasarse y luego nos pasaría factura; pero nada, con calma que no había prisa ninguna. Nos pusimos al día después desde la vez anterior cuando había ido en Navidades y disfrutando de una cenita de hermanos 🙂

Casi a la par llegaba una platito (media ración muy bien servida) de champiñones rebozados con salsa de aguacate, una de las especialidades. Tan buenos como los recordábamos, este plato nunca falla. Y el toquecito de limón le añade ese puntito de sabor extra que conjunta muy bien con el rebozado.

Igual piensan que no era demasiada comida a estas alturas, pero también el haber estado dándole al pan durante el inicio de la cena, eso hizo que nos costase llegar con fuerzas para el plato principal de la noche: solomillo de cerdo con cebollita frita. Una bandejota en toda regla, bien acompañado de papitas fritas y pimientos de padrón. Un espectáculo no sólo para la vista sino para el paladar.

Llegó un momento que nos miramos diciendo: «¿puedes más? en plan, estamos aboyados de comida». Lo mejor que hicimos fue llevarnos a casa lo que nos sobró del solomillo, buen provecho le sacaría mi hermana al día siguiente. Y con huequito para un café más que sea, que luego tocaba conducir unos kilómetros hasta Santa Cruz. Más que satisfechos nos quedamos, sin lugar a dudas.

Una muy buena recomendación, no sólo para cenar sino almorzar. Con trato agradable, menú completo y platos más que bien servidos. Para nosotros siempre ha sido una apuesta segura. Y para más señas les dejo la dirección un poquito más abajo.


 

Y porque no sólo hay comida asiática en el blog; uno tira para lo de su tierra también, y el mejor momento es de vacaciones, fuera preocupaciones y a la vuelta ya lo quema uno haciendo algo de dragonboat o lo que se tercie.

¡Buen provecho y buen finde!

 

Hola Tenerife

 

Para los que me sigan por la página de Facebook, seguro saben que estos días estoy de vuelta por casa. Hacía tiempo que no me dejaba caer por la isla en verano, concretamente unos 3 añitos desde la vez anterior. Las otras veces ha sido siempre coincidiendo en el periodo de Navidades y la verdad que me apetecía venir en la época del calorcito para disfrutar de la playita.

Llegué el sábado por la noche y el domingo aún seguía con el cuerpo algo molido, normal, pero ya el lunes estaba en perfectas condiciones y adaptado a la nueva franja horaria. Ahora con horario de verano, la diferencia con Hong Kong es de 7 horas y después del viaje, el cuerpo lo termina notando un poquito.

Ayer salí a dar una vuelta por la mañana y hacer unas gestiones, un día espléndido de cielos azules aunque a los inicios había estado algo nublado pero finalmente se levantó. Aquí unas fotos cuando iba por la Rambla de Santa Cruz, cruzando uno de los puentes que cruzan el barranco Santos. Que por cierto, ha quedado muy bien después de la obra que hicieron en el interior con un paseo y carretera, que ayuda a conectar con el centro, descongestionando parte del tráfico de la zona.
 

 

Por delante unos cuantos días, en concreto hasta el viernes 17 que será cuando inicie el viaje de regreso. Aprovechando que es agosto y las cosas están tranquilas en la oficina, no ha habido problema para hacer la escapadita, todo bajo control. Luego en septiembre será cuando la actividad vaya cogiendo poco a poco el ritmo habitual. Es lo que tiene el veranito, algo de relax, buen tiempo y tiempo con la familia y amigos.

A ver si saco más fotos durante el resto de mi estancia. Ahora que puedo conducir, después de haber renovado mi carnet de conducir, aprovecharé para hacer algunos kilómetros y perderme como a mi me gusta por las carreteras de la isla 🙂