Primer contacto

 

Ayer empezaba el día bastante tempranito, había que madrugar para llegar a su hora. ¿El motivo? teníamos nuestra primera carrera de temporada. El lugar era cerca de Shatin, en los Nuevos Territorios, y tocaba hacer el correspondiente trayecto de metro desde Tung Chung.

Saliendo de casa sobre las 6 de la mañana, y listo para llegar hasta el lugar indicado. Cerca del río Shing Mun, justo al otro lado de donde se encuentra el hipódromo de Shatin. Entre el trayecto de tren que se cambia un par de veces de línea, más luego pillar un taxi compartido con otros compañeros del equipo desde la estación de Shatin, llegamos al punto de encuentro justo un poco antes de las 8 de la mañana.
 

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Debíamos hablar de las carreras que se sucederían a lo largo del día, repasar los puntos claves y hacer un calentamiento previo antes del inicio. El día amanecía cubierto por un poco de bruma, pero con el paso de las horas el sol se dejaría notar llegando a ser bastante intenso.

La competición daba lugar sobre las 9 de la mañana. Los equipos se disponen en sus botes y se dirigen hasta la línea de salida, mientras los jueces atentos para que esté todo en orden antes de que dé comienzo la primera carrera del día.
 

Las alineaciones ya preparadas. Un total de 4 equipos: hombres, mujeres, mixto A y mixto B. Tenemos «la suerte» de que el mixto B que es en el que estoy yo, nos toca empezar a eso de las 9.20 aunque la organización estaba avisando que se produciría un pequeño retraso. Puede que algunos equipos no hubieran terminado de registrarse o llevar sus remos para verificar que cumplen con la normativa, quien sabe. Un poquito más de tiempo para mentalizarnos antes de la carrera.
 

Mientras tanto la gente de los distintos equipos se agrupa dentro y fuera de las casetas habilitadas para ello. Lugar de encuentro entre las carreras, de descanso y para reponer fuerzas con un poco de comida; mientras tanto nuestras cosas están a buen recaudo siendo vigiladas por algunos de los compañeros.
 

Al rato, es nuestro turno. Toca colocarnos en posición y hacer fila mientras un miembro de la organización va cantando nuestros nombres confirmando que estamos todos al completo. Nos dirigimos al bote, pillamos los remos y nos subimos. Empezamos a remar en dirección a la línea de salida de forma suave, de vez en cuando frenamos el bote un poco e iniciamos la arrancada inicial que haremos en unos instantes al comienzo de la carrera. Ya casi estamos en posición y a la espera de que el resto de equipos corrijan su posición remando un poco hacia delante o hacia atrás.

Remos en posición y totalmente sumergidos, sólo queda esperar la señal para arrancar. Al poco suena por la megafonía: «Are you ready? … Attention… Gooo!!» momento en el que nos ponemos en movimiento y vamos avanzando. Tan sólo 200 metros nos separan de la línea de meta, es una carrera intensa y hay que darlo todo. Sólo vale mirar hacia delante y olvidarnos del resto de equipos, tenemos que hacer nuestra carrera y a nuestro ritmo mientras escuchamos los golpes de tambor que marcan las distintas fases de la carrera. Empezamos con 5 golpes con fuerza e inmediatamente 30 cortos pero a gran velocidad, fase de transición y remo largo. La sincronización no es del todo perfecta pero parece que vamos bien, las pausas y el dolor no valen, sólo llegar a la meta. Es una prueba para nosotros, nuestra primera carrera oficial. Las sensaciones no han sido malas, pero con lástima de no haber conseguido alzarnos con la victoria, no obstante, íbamos a tener una nueva oportunidad dentro de una carreras más.

Al poco de regresar a nuestra caseta, vemos pasar más equipos que se disponen a realizar sus carreras. La actividad de participantes de un lado para otro es intensa. Tarde o temprano le llega el turno a cada uno para competir, no hay prisas, y hay tiempo para disfrutar de un buen día aunque caluroso.
 

La gente en los tiempos muertos, se dedica a: jugar a las cartas, echar una siestita o bien leer. Cualquier actividad es buena para hacer que la espera hasta la siguiente carrera, sea mucho más llevadera.
 

 

Las carreras se van sucediendo a lo largo del día. Equipo de chicas, chicos y los mixtos. Nuestro equipo ha conseguido llegar tanto a la final de chicos como la de uno de los equipos mixtos. Hay buenas sensaciones, todo es posible en la final, pero está bastante disputado. Consiguiendo alzarnos con un 4º puesto en la final mixta (6 equipos) y 5º puesto en la final de chicos, pero ambas han estado bastante igualadas. Buena arrancada, parte media pero en la recta final se ve que hemos ido un poco justos, pero bastante contentos con la participación.

Parece mentira que ya casi vayan a ser las 5 de la tarde, ¡quién lo diría! momento en el que la organización hace la entrega de los trofeos y/o medallas, además de, alguna placa conmemorativa. Seguro que en la próxima lo celebramos desde el podio, la competición no ha hecho más que empezar.
 

Una plaquita de recuerdo, ni tan mal verdad? 🙂
 

Y bueno, queda lo mejor para el final: la cerveza. Seguro que a lorco o Pau, les gustaría esta parte 🙂 Cada uno de nosotros habíamos aportado un paquete de 6 latas de cerveza, algunas de las cuales se habían ido bebiendo a lo largo del día, pero la norma era que debíamos terminarlas todas antes de irnos. Con alguna botella de agua por medio, apurando las últimas latas y botellas. ¡Un brindis por el equipo!
 

Momento de recoger las cosas e iniciar el camino de vuelta a casa. Un día largo pero en el que no ha faltado la emoción de la competición y el buen ambiente reinante en el equipo, que por cierto aún no se lo había introducido: Buzz Dragon. Ahora vuelta a la normalidad de los entrenamientos y con vistas a la próxima carrera a finales del mes de abril. Ésto continúa.

 

Rickshaw

 

¿Quién no habrá visto la típica estampa en una foto o bien en una película antigua de un hombre llevando un rickshaw? Rescatando algunas fotos del móvil me encontré con ésta en cuestión:

La palabra rickshaw tiene su origen en la palabra japonesa jinrikisha (人力車, 人 jin = persona, 力 riki = fuerza, 車 sha = vehículo), o lo que es lo mismo, un vehículo que es movido con la fuerza de una persona. El rickshaw fue introducido en Hong Kong desde Japón en el año 1874, llegando a ser bastante popular en los años 20 pero con el tiempo su uso fue decayendo, hasta que en nuestro días quedan unos pocos que son usados principalmente por algunos turistas que quiera ser fotografiados en uno de estos.
 

Imagínense estar por la zona de Tsim Sha Tsui, cerca de la terminal del Star Ferry y nada más llegar encontrarnos con una hilera de rickshaws esperando para llevar a los clientes. Una imagen que data del año 1972, que difícilmente se repita.
 

Foto sacada de la web de Jonathan Harrison

Y no sólo ha sido en Hong Kong que el rickshaw ha sido popular, sino también en otros muchos países como Indonesia, India, Filipinas, Estados Unidos o Australia. Cada uno de ellos con alguna adaptación conforme el tiempo pasaba y modernizarse. Un medio de transporte que forma parte de la historia, inicialmente de Japón y luego del resto de países que lo adaptaron.

Me vienen a la cabeza las imágenes de la película «Operación Dragón» cuando al principio se ven a algunos de los protagonistas recorriendo las calles de Hong Kong en uno de estos rickshaw. ¿No les gustaría coger una máquina del tiempo y poder plantarse 30 años antes y recorrer las calles como ellos lo hacían? sería una experiencia más que interesante.

 

De altos vuelos

 

Quien nos diría que hace muchos años atrás en los tiempos cuando la aviación hacía sus primeros pinitos, llegaríamos a probar platos tan ricos como si estuviésemos en un restaurante en tierra. Ya sé que no se puede comparar a la comida recién hecha, pero con el tiempo la comida en los aviones ha mejorado considerablemente aunque esto también depende de la compañía con la que volemos, ¿no les parece?

En el último viaje a España de hace apenas un mes, pude ir con dos compañías diferentes. Inicialmente todo estaba previsto para que hiciera los dos trayectos con Finnair, siendo mi primera experiencia con ellos pero al final el trayecto de ida fue con Cathay Pacific, con la que ya he tenido trato y nuevamente me sorprendió gratamente.

A la hora de tomar el desayuno faltando pocas horas para aterrizar en Londres, teníamos dos opciones a elegir: la típica tortilla acompañada de unas salchichitas y bacon o bien la opción por la que me decanté yo: dim sum. Un variadito, además de tener panito (que me había comido en el momento de la foto), café, jugo y ensalada de frutas. Y es que las ganas de comer después de tantas horas de vuelo, se notan.
 

Desde luego que la opción dim sum, más que acertada y como es algo que uno no suele encontrar en el avión, mejor que mejor. Aunque donde esté un típico restaurante de la ciudad, pero estando en las alturas, es un lujo

Y siguiendo el orden de las comidas, esta vez le toca el turno del almuerzo. Durante el trayecto Madrid-Helsinki con Finnair y cuando apenas había pasado media hora del despegue, la azafata apareció con la comida y eso que apenas eran las 11.30 (hora de Helsinki). De aspecto bastante ligero con: ensaladita, pechuga de pollo con papitas guisadas (escondido bajo la platina dorada) y panito integral. Tiene buena pinta, ¿no? 🙂 pero aún queda más, no se vayan…
 

Después de la escala en el aeropuerto, tiempo de embarcar y coger el asiento. Tiempo de relajarse, hacer tiempo leyendo una revista con un poco de alguna peli. Uiss, la cena! y con un toque nórdico claramente: sashimi de salmón en primer plano, ensaladita y una cremita. Sólo de verlo se me hace la boca agua, y luego venía el segundo plato pero estaba tan entusiasmado que se me olvidó sacar la foto.
 

Doy fe que estaba todo muy bueno. Dos aerolíneas, dos estilos de comida y variedad donde elegir. Igual creen que me había olvidado de la bebida; que si carne, pescado, pan… pero todo acompañado de vinito tinto o blanco, hasta con un vasito de champán antes de empezar la cena en el viaje de regreso a Hong Kong.
 

Yo firmaba por volver a comer así de bien en todos mis vuelos. Seguro que ustedes también. Les dejo que un poco de comida me reclama, mmm.. erienda!

 

Aeropuerto de Vantaa

 

Dentro de lo bueno que tiene estar unas cuantas horas en un aeropuerto, es que uno puede «explorar» con calmita casi la mayoría de sus rincones. Si recuerdan en la entrada de ayer, la temperatura exterior hacía que la mejor opción era quedarse dentro a matar el tiempo que tenía por delante, unas 8 horitas de nada. Si en el viaje de ida hubiera pasado por este aeropuerto, habría ido preparado para enfrentarme al clima local y hacer un poco de turismo en la ciudad, ya que, en apenas media hora de guagua uno puede irse al centro de Helsinki. Así que, será para una próxima ocasión 🙂

No obstante, el paisaje en el exterior era bastante bonito. La nieve cubría gran parte de los alrededores, no así las pistas que gracias a la eficiencia finlandesa permitía que los vuelos salieran sin problema alguno y a su hora.
 

Mientras tanto, aprovechar para comer algo calentito y curiosear alguna revista. Tiempo había de sobra, desde luego.
 

En particular, el aeropuerto de Helsinki no es demasiado grande pero no por ello está falto de todo lo necesario para que el viajero se encuentre a gusto. Los primeros pasos por él, me hacían recordar un poco al aeropuerto de Amsterdam, de pasillos digamos estrechos y techos bajos, pudiendo llegar de una terminal a otra en tan sólo unos 15-20 minutos a pie y de un ambiente bastante tranquilo.
 

Y quien dice pasear, también dice de comprar algunos souvenirs típicos del país donde no faltan: imanes, llaveros o algún artículo de decoración para el hogar (con renos, Papá Noel…). Algo que llama la atención es el precio, que de por sí en los aeropuertos ya están algo más caros, este en particular me pareció un poquito más elevado. Bueno, de eso tienen fama los países nórdicos, no? aunque luego, a calidad de vida no les gana nadie.
 

 

Tampoco nos podemos olvidar de los más pequeños, y para ellos también nos podemos encontrar con algúnas máquinas recreativas tipo Sega Rally, qué recuerdos! o sino la típica que se balancea mientras suena alguna musiquita. Son cosas mías o no he visto máquinas de este tipo en otros aeropuertos. Si alguno/a ha localizado algunas de estas máquinas, sería curioso saberlo. Lástima que no llevara muchas monedas sueltas por aquel entonces, que sino, una partidita me hubiera echado y seguro que alguien más también se animaba.
 

Pasillo por aquí, pasillo por allá. Estirando las piernas, ya que, luego nos pegaríamos un vuelo de casi 10 horas rumbo Hong Kong. Momentos en los que de repente, uno se queda prácticamente solo y como único compañero el brillo de los carteles publicitarios. Creo que serían como las 5 o 6 de la tarde, pero todo ya estaba en completa oscuridad desde apenas las 4 y poco, todo muy silencioso.
 

Hasta con patinetes para poder desplazarse por el aeropuerto, pero no para los pasajeros, sino para el personal que allí trabaja. Nada de carritos. Además de, lo ecológico que es y lo saludable que es hacer un poco de ejercicio mientras se trabaja, y uno no se da ni cuenta 🙂
 

Mi puerta de embarque la tenía más que ubicada pero no fue hasta un par de horas antes del embarque que me desplazara a los alrededores, ya que, para acceder a esa zona del aeropuerto había que pasar por otro control de pasaportes y era preferible conocer las otras áreas.

Parece que había un poco más de movimiento por la zona. Más gente de un lado para otro, en las cafeterías o comprando algunas cositas. Las horas poco a poco habían ido pasando, aprovechando el wifi gratis, un poquito de twitter, Foursquare y todas esas cosas de hoy en día.
 

Para aquellos/as que tengan un día ocasión de pasar por allí, no dejen de visitar su web donde podemos encontrar información muy completa sobre todos los servicios disponibles, información de vuelos, tiendas… Un aeropuerto acogedor que hará nuestra espera más agradable.