Vuela, vuela

 

Hong Kong debido a su ubicación idónea, lo hace el lugar perfecto para desplazarse por todo el sudeste asiático y plantarnos en muchos países dentro de un radio de acción de apenas 3-4 horas. ¿Qué compañía elegir a la hora de volar? sin duda una de las mejores es Cathay Pacific, la aerolínea insignia de Hong Kong. Con una flota muy moderna, además de un servicio bastante bueno y que vuela a bastantes destinos de Asia, junto con destinos europeos y de América.

Sus orígenes se remontan al año 1946 en la que empezaba con apenas un par de aviones cubriendo algunas rutas en China y el sudeste asiático. Luego dando el salto a destinos internacionales. Con los años ha ido creciendo poco a poco, más aeronaves, tripulación, personal… cada año intentan «renovarse» con llamativas campañas de publicidad y esmerándose en el servicio a bordo y la comodidad de los pasajeros.

Pertenece al grupo Swire, un conjunto empresarial bastante potente y que también tiene parte de Air China. En los últimos tiempos la crisis también les ha afectado como a muchos, y no han tenido buenos años. Espero que a medida que la situación vaya mejorando, vuelvan a tener los beneficios que se merecen y mirar al futuro con mejor cara.
 

Podremos distinguir los aviones de su flota por un diseño sencillo y elegante, como el que aparece en la foto. Su flota comprende desde Airbus 330 y 340, además de, Boeing 747 y 777. Creo que no tardarán en incorporar alguno de los nuevos A380, pero de momento no han salido más noticias al respecto.
 

Desde luego que las experiencias que he tenido con la aerolínea han sido más que satisfactorias. Al principio de este post, pensaba compararla o más bien llamarla: «la Iberia de Hong Kong» pero no sería justo ni mucho menos. Ya le gustaría a Iberia contar con tantas comodidades como las que ofrecen en Cathay. Y como todo hay que decirlo, su precio es ligeramente superior comparado con otras aerolíneas que vuelan a los mismos destinos, pero si podemos y la diferencia no es mucha, lo mejor es apostar por ella.

Hasta ahora los destinos a los que he volado con ellos han sido: Singapur, Seúl, Taipei y Londres. Ahh! y se me olvida el vuelo de vuelta desde Ho Chi Minh en el viaje que hice en su día a Camboya. Recuerdo el día que el Capitán Urías me comentó que iba a volar con ellos y me pedía opinión sobre la aerolínea. Creo que quedó más que contento con el vuelo e iría cómodo con los asientos, que incluso en la casa turista uno va como un rey 🙂

Ya ha pasado un añito desde que volé con ellos en el viaje a Seúl pero cuando tenga un próximo viaje a la vista, sin duda, es una de las opciones a tener en cuenta si no se dispara de presupuesto. Sobre todo para los viajes largos se agradece. Ahora se me viene a la cabeza un trayecto Australia o Nueva Zelanda, mmmm, quien pudiese 😛

 

El lado sur

 

El domingo pasado tocaba madrugar un poco, ponerse en marcha a las 8 de la mañana y poner rumbo a Aberdeen, lado sur de la isla de Hong Kong. Trayecto de metro y luego guagua desde la estación de Hong Kong debajo del centro comercial IFC.

La ruta número 75 nos lleva en apenas unos 20-25 minutos. El tiempo en ese día como pueden apreciar en las fotos, era espléndido. Ligera brisita que soplaba y el calorcito del sol se iba dejando notar, eran las 10 en ese momento pero ya había cierta actividad en la zona, gente que como nosotros quería aprovechar el día y salir a navegar. Nosotros en cambio esperábamos una embarcación que nos llevara hasta Middle Island, lugar donde llevaríamos a cabo el entrenamiento de remo.
 

Una cara totalmente distinta al norte de la isla. A pesar de tener algunos edificios altos como se puede apreciar en algunas fotos, es una zona menos masificada y en la que el verde predomina más. Parte industrial y parte residencial, junto con su puerto deportivo donde poder encontrar «barquitos» de muy buen ver. Hasta se da un aire con el puerto de Mónaco, es un decir 😛
 

 

Seguro igual habrán apreciado que el color de las fotos es un tanto «no natural». En concreto las saqué con el móvil y haciendo uso del programa Camera360 con el filtro HDR (suave). ¿No quedaron mal verdad? al menos los tonos azules (del agua y el cielo) ganaron algo en intensidad, un efecto interesante para este procesado instantáneo.
 

No se por qué, pero este barco se da un aire con el que Quicoto tuvo la suerte de hacer aquella travesía. Yo no diría que no a un paseito en barco en una mañana de domingo.
 

Y claro, no se me podía olvidar uno de los lugares estrella cuando visitemos Aberdeen, se trata del restaurante Jumbo. Buen lugar para disfrutar tomando algo en su terraza superior o de comida china, sin que falte el pescado o marisco. Les parecerá mentira, pero aún no he ido en todo este tiempo. A ver si me cuadra un fin de semana o si tengo visita por la ciudad les llevo allí y así lo pruebo yo 🙂
 

 

Western Market

 

Un lugar emblemático y símbolo de la zona de Sheung Wan. El mercado con más historia de la ciudad cuyos orígenes se remontan a 1844 cuando éste empezase a ser usado. Desde aquel entonces hasta la actualidad, se han sucedido re-estructuraciones, cambios y/o reformas. El edificio en sí consta de dos bloques diferenciados, el lado sur (el que vemos en esta foto) y el lado norte que da hacia la calle Connaught Road Central.

El lado sur que fue terminado en el año 1858, vino a ser demolido en el año 1980 y es donde se encuentra el complejo Sheung Wan. En el interior del mercado, hay varias tiendecitas entre ellas: una sastrería, sitio de postres o restaurante con pista de baile.
 

¿Se imaginan si más edificios de la zona fueran de este estilo? de por si la zona en la que se encuentra, tiene bastante encanto, con cantidad de tienditas de pescado seco, puestos de frutas, restaurantes… se respira una atmósfera muy tradicional y con olores que se mezclan a nuestro paso por las calles.
 

Lugar también en el que el curso del tranvía hace un giro, abandonando Des Voeux Road y continúa hacia Kennedy Town pasando por la cara norte del mercado. Si queremos ir de vuelta hasta Central o ir más lejos como hasta Causeway Bay, podemos coger una de las líneas que tiene como estación final el Western Market.
 

Un edificio que se mantiene en forma a pesar del paso del tiempo y declarado monumento histórico de la ciudad hace algunos años y que ha «sufrido» reformas para seguir en pie como desde el primer día. Parte de la herencia británica de Hong Kong que sigue más vivo que nunca.

 

Cheung Chau

 

Desde que había leído el post de Alberto, me había quedado con ganas de pisar esta isla, una de las cuantas existentes en el territorio de Hong Kong. A tan sólo una media horita desde los muelles de Central, nos plantamos en la isla de Cheung Chau, el lugar perfecto para hacer una escapada durante el fin de semana o un día entre semana si nuestro trabajo nos lo permite o aprovechar algún festivo.

No fuimos los únicos que pensamos lo mismo aquel día. A la hora de coger el ferry, ya se podrán imaginar las colas de gente, pero despacito y buena letra como se suele decir, cupimos en el primer barco que llegó y a echar una cabezadita durante el trayecto, aunque a veces interrumpida por algunos niños correteando por los pasillos del barco pero una travesía agradable.

Tiempo de bajar el ritmo y disfrutar de un ambiente distinto al que nos acostumbra el centro de Hong Kong (la isla y Kowloon). Una de las principales actividades de la gente que vive en la isla, es la pesca. Ante nuestros ojos cantidad de barquitos pesqueros anclados y a la espera de una nueva travesía para capturar pescadito y/o marisco por los alrededores. Ese día que era festivo, aprovechar para reunirse con la familia y descansar.
 

La venta del pescado seco está a la orden del día. A medida que vamos caminando nos encontramos con algunos paneles con las tiras de pescado dejadas al sol para secarse. Ya saben que los «frutos» del mar en estado seco, son muy apreciados para la elaboración de sopas o algunos simplemente a modo de aperitivo.
 

A pesar de estar bastante concurrido el centro donde hay bastantes restaurantes uno tras otro en los que disfrutar de algunos platos de pescado y marisco a precios bastante razonables, además de, arroz frito, verduras.. y acompañados de un buen refrigerio o sino té, que siempre entra bien. Nos ibamos alejando y la gente desaparecía de repente o aparecía de forma más espaciada.
 

Había gente que prefería ir estirando las piernas como nosotros o las chicas que vemos más adelante en esta foto. En cambio, los había que preferían ser llevados, disfrutar de la brisa mientras otros pedaleaban. Eso sí que es vida, no? 😛
 

Una playita que invita a remojarse los pies por la orilla o sentarnos en las rocas poniendo la mirada perdida en el horizonte. A pesar de ser un día algo caluroso, yendo por la sombrita se estaba bastante bien o sino aprovechar los rayos del sol, parecía que el verano aún no quería decirnos adiós.
 

 

Continuar caminando a lo largo de la costa y de repente ver un camino que invita a empezar a subir, habrá que hacer caso al instinto de la curiosidad y subir poco a poco. Una cuesta empinada de cemento con abundante vegetación a cada lado. Inicialmente no se podía ver demasiado, pero conforme ibamos subiendo la cosa iba mejorando bastante..
 

Incluso nos encontramos nuevos amigos por el camino 🙂 A pesar de invitar a que se viniera con nosotros, ella prefirió quedarse bien pegadita a la red. Igual Lorco hubiera querido intimar más con ella para añadirla a su colección. El tamaño bastante considerable de nuestra amiga es digno del mismísimo cómic de Spiderman, pero no estaba por la labor de comprobar si su picadura me diera algunos superpoderes, jaja, y luego treparme por los rascacielos de Central.
 

Una vez llegado al punto más alto del camino, tocaba el descenso. Poco a poco iban apareciendo las casas por el camino, y cualquiera diría que no estamos en cualquier pueblecito de nuestra geografía española, un entorno muy rural y acogedor.
 

Algunas tiendecitas que nos encontramos, como esta panadería, ya estamos de nuevo en el núcleo de Cheung Chau y sólo es cuestión de poco que nos encontremos de nuevo con la gente que llena sus calles. Algunas haciendo compras, otras pensando en qué restaurante entrar a tomar algo o simplemente paseando, mezclándose con el resto.
 

 

Parece que nuestro paseo está llegando a su fin, pero justo a tiempo para la hora de la merienda. Nos meteríamos en el primer restaurante que vimos y a disfrutar del fresquito del ventilador acompañado de un té frío o quizás picar algo de comer? mmmm….
 

El refrigerio después de la caminata, era el punto perfecto para casi terminar el día. Afuera, parece que el sol se dispone a ocultarse, los últimos rayos y las sombras que se empiezan a hacer más presentes. Momento de enfilar hacia los muelles para coger nuestro ferry de vuelta.
 

Pero como se suele decir, la noche es joven. Un día festivo y siendo viernes, aún quedaba por ver los fuegos. Eso sí, después de estos podíamos dar el día por terminado y recogernos.

Un nuevo rincón de la ciudad menos por explorar, aunque seguro que repito la visita. No obstante, en esta ocasión no llegamos a visitar las cuevas del pirata y eso sí que no me lo dejo para la próxima.