Un año más

Que les voy a decir un año más que ustedes no sepan. El tiempo se pasa volando durante los meses finales del año y especialmente en este mes de Diciembre. Todos vamos ultimando detalles para que no se nos queden cosas pendientes.

La lista de cosas para el año nuevo empieza de cero, o más bien continúa. Los propósitos que quedaron pendientes para llevar a cabo. ¿Ya se han puesto a pensar en ellos?

Destino: Bali

Como las temperaturas empezaron a bajar, lo suyo era buscar un destino algo más cálido. Una buena opción para que las niñas disfrutasen del sol bien en la playa o en la piscina. Gracias a que pudimos canejar millas conseguimos unos billetes asequibles para las fechas.

La búsqueda de alojamiento nos llevó a decantarnos por la zona de Legian. Tranquilita, bien comunicada y con buena variedad de restaurantes por los alrededores. El hotel Magani fue el elegido.

La previsión del tiempo tenía buena pinta, pero nunca se sabe cuando puede caer un chaparrón. Por suerte, no nos llovió durante toda la estancia; si acaso durante la noche, pero nada durante el día.

La playa nos quedaba cerquita del hotel y eso era un plus. Poder pasear con la brisa y disfrutar del sol. Buscar un sitio para almorzar por el camino.

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Rock Bar

Ahora que llega el fin de semana, es momento de recargar las pilas y descansar. Para los que empiecen las vacaciones, mejor que mejor pero para el resto nos conformamos con el par de días que se aprovechan como se puede. De vez en cuando, empezar el fin de semana disfrutando de un buen cóctel es algo que se agradece y más aún cuando las vistas también acompañan.En dos palabras: Rock Bar.

En nuestro viaje Bali de no hace mucho pudimos repetir visita a uno de los sitios que más nos había gustado. La ubicación no puede ser mejor puesto que se encuentra en el filo de la costa y cuando el mar se pone un poco bravo se sienten las olas de cerca. Se trata del Rock Bar en el complejo Ayana.

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Con nuetra mesita y los cócteles a punto mientras disfrutamos de las vistas. Lo bien que uno está en los sillones viendo el atardecer; el mejor momento del día.

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Hasta que se hizo finalmente de noche y esto fue lo que pude captar con la cámara del móvil. Unos instantes más y noche total con tan sólo el brillo de las antorchas con el sonido de la música de fondo.

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Si tienen en mente hacer una visita al rock bar, lo mejor es que vayan con suficiente tiempo. Puesto que el hotel está ubicado en la zona de Jimbarán, se tarda como 20-30 minutos si están ubicados en Seminyak o Kuta, además que a veces se forman colas en el acceso del ascensor que hay que coger. Mucha gente quiere coger una buena mesa con lo que implica que hay que llegar una horita antes de la hora de la puesta del sol para estar ya colocados con nuestra copita en la mano para disfrutar del momento.

¡Buen fin de semana a todos y disfruten del veranito con algo fresquito a mano!

Desayuno con el mar

Como no todo iba a ser desayunar en el hotel, nada mejor que salir fuera en busca de sitios nuevos y probar algo más auténtico. Mi novia había estado indagando a través de Instagram algunos sitios hasta que dio con «Single Fin». Un garito situado al sur de Kuta a bordes de un acantilado y con unas vistas excelentes hacia el mar. Abajo del todo la playa de Blue Point, y con bastante actividad de surferos. La verdad que se veían buenas olas.

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En este sitio, la especialidad para el desayuno son los Nalu Bowls, una forma excelente de empezar el día con un bol de frutas con muesli y smoothie de fruta de dragon. Si no recuerdo mal tenían lo menos unas ocho combinaciones pero esta se ve que era una de las «best sellers».

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Para ello nos cogimos un taxi desde el hotel y aprovechamos para tenerlo alquilado por unas horas para luego recorrer un par de sitios más por la zona.

Primera parada después del desayuno: el templo de Uluwatu. Una visita más que obligada estando por esta zona de la isla, y sin duda por la mañana gana mucho más en tranquilidad porque de la vez anterior que estuvimos pero por la tarde, a parte de haber más gente también habían más monos (hay que andar con ojo)

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El mar rompe con fuerza contra las paredes de roca. Justamente el templo está situado a una altura de 70 metros sobre el nivel del agua, aunque da la impresión de que fuesen más metros. Simplemente mirar hacia el horizonte y escuchar el sonido de las olas.

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Hay algunas zonas del templo a las que no se puede acceder porque son los lugares de oración para los monjes.

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Los detalles del tallado de las rocas en las columnas merece ser observado de cerca.

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Una vez llegado al punto más alto del complejo, escaleras abajo para volver en círculo hasta el punto de partida y en dirección al parking. Ahh! una cosa que se me olvidadba, a la entrada se fijarán que hay que alquilar como unas faldas largas antes de entrar. Sobre todo si eres chico y vas en pantalón corto, es como cuando uno va a Tailandia y entra en el Palacio Real o en otros templos.

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¡Hasta otra visita Uluwatu! seguro que nos volveremos a ver, puede que quizás para compartir un rato durante el atardecer.

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Almuerzo fresco

Ir caminando por la zona de Seminyak está muy bien puesto que hay mucha variedad de tiendas y sobre todo a la hora de elegir sitios para comer, pero eso también entraña un poco de dificultad. Cada pocos metros uno ve un sitio, se para a mirar el menú por fuera y medita unos instantes valorando las opciones: comida indonesia, otras variantes asiáticas, algo más occidental como pastas o pizzas… y seguir caminando en busca de otro sitio que te llame más la atención. Con la misión de ir en busca de un almuerzo fresco para combatir el sol de mediodía, pero ciertamente tampoco contábamos con demasiado tiempo puesto que luego teníamos que prepararnos para ir a la boda que teníamos.

Un sitio, dos sitios, tres sitios y creo que fue cuando habíamos pasado ya por un par de ellos más cuando finalmente nos llamó la atención un pequeño café a la derecha de la calle, parece que finalmente habíamos dado con el sitio para cubrir el almuerzo de ese día.

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Un vistazo al menú y el «feeling» que desprendía nos convenció para coger una mesita y finalmente descansar un poco del paseo que habíamos hecho desde la playa.

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Otra de las cosas que nos tiró para apostar por el sitio es que estaba tranquilito y no demasiado lleno, el servicio estuvo muy atento y no tardaron nada en llegar las bebidas en lo que venían nuestros platos. Fue inmediato al ver «banh mi» de pollo (clásica baguette vietnamita) en el menú y lanzarme a por ello, y mi novia optó por un curry verde de pollo estilo tailandés.

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No podíamos estar más contentos con nuestro almuerzo, así que una fotito antes de ponernos manos a la obra y degustar los platos que tan buena pinta tenían junto con las bebidas bien fresquitas.

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Creo que de haber vuelto por la zona, hubiésemos repetido puesto que nos quedamos con las ganas de algunos platos que estaban comiendo en otras mesas y se veían excelentes. Al final si que mereció la pena caminar ese extra en busca de un sitio algo diferente y que nos resultó tan bien; dicho esto, no comimos nada mal durante toda nuestra estancia y este es uno de los sitios que nos dejó con muy buen sabor de boca.

Si quieren conocer un poquito más sobre otros platos que ofrecen, nada mejor que visitar su página de Facebook y ya les advierto que con tan sólo ver las fotos, estarán con ganas de querer ir a probar.

¡Buen fin de semana a todos! no dejen de comer cosas ricas y sanas! aunque también de vez en cuando nos merecemos un homenaje, ¿verdad? 🙂