De noche, mejor

Creo que no será la primera ni última vez que me vean decir, en Asia las ciudades de noche tienen otra vida y hasta diría que más vida aún, porque cuando muchos duermen, son otros los que comienzan la actividad. Es cuestión de adaptación y también el estilo de vida de cada uno. Hay sitios que es mejor visitar cuando ha caido la noche y en especial los mercadillos, como este del Shilin.

Las luces de neón ya nos anuncian algunos de los negocios de la zona, tales como: restaurantes, salones de peluquería, accesorios… pero aún hay mucho más que ver y está más adelante. Y tampoco nos olvidemos de lo conocida que es la comida callejera, donde a base de poquitos podemos ir saciándonos probando de esto y lo otro.


 

Los puestos están puerta con puerta y con zonas de mesas para servir la comida. A veces no sabes cuál es cuál, pero todo está muy bien organizado y bastante limpio. Al menos dentro se está fresquito y algo más cómodo que estar de pie comiendo en la calle mientras uno pasea, que también tiene su puntillo.

Los cocineros no pierden ni un segundo atendiendo los distintos pedidos de las mesas. Ya ven que tenemos bastante cosas donde elegir aunque por lo que nos dimos cuenta casi todos los puestos ofrecen lo mismo pero con algunas variantes. Quizás algunos estén más especializados en temas de pescado o marisco, en cambio otros son más de fideos, tortillas o pinchitos varios.


 

 

Cuando nos dirigíamos a la salida, me llamó la atención este panel que indicaba el número total de personas que había en el recinto actualmente y así como el número máximo permitido. El marcador no hacía más que oscilar mientras lo observaba durante algunos segundos, no hay tiempo que perder.

Ya de vuelta a la calle, continuamos el recorrido por algunos puestos más. Ni hace falta decir que la afluencia de gente es constante y sobre todo en aquellos que tienen cierta fama. En concreto, la segunda foto en la que vemos a la gente haciendo cola: sitio de pollo frito. Doy fe que era una porción bastante sustanciosa.

Tampoco podían faltar los puestos de frutas que resultan los más coloridos.

El ambiente que se respira en el mercadillo es muy intenso en lo que respecta a los olores y con mucha mezcla de gente, locales junto con turistas bien sean chinos o japoneses, aunque lo que son occidentales eran se podían contar más fácilmente. Es un lugar de visita obligada para descubrir una de las zonas populares de la ciudad de Taipei. Comprar recuerdos, ropa o incluso algún gadget y también disfrutar de comida a buenos precios.

Tal y como lo recordaba de la vez anterior, aunque se nota que ha habido un cambio a mejor. Sobre todo por el centro de comida, más resguardado del calor y cómodo pero sin perder la esencia de los puestos más de la calle que hacen su día a día, más bien, noche a noche.

Hace dos veranos

Llega el momento por estas fechas cuando mucha gente tiene tan sólo una cosa: las vacaciones. Las altas temperaturas del interior, en el caso de España, hace que la gente se dirija a las zonas costeras a disfrutar del agua y las playas. De igual forma, en Asia la gente gusta de ir a sitio más tropicales y donde el sol abunda como es Tailandia, Malasia o Filipinas, en cambio nosotros hace dos veranos fue que decidimos cambiar de aires e ir un poco a contracorriente yéndonos hasta España de vacaciones.

Fueron dos lugares que visitamos concretamente, la ciudad de Barcelona y la isla de Mallorca. Para este segundo destino, la posibilidad de disponer de un coche para movernos fue un punto muy a nuestro favor aunque en Barcelona haciendo uso del transporte público tampoco tuvimos problema alguno. A la hora de buscar alojamiento, uno se puede encontrar de todo siendo un sitio tan turístico como es la isla, pero siempre se pueden encontrar opciones de hoteles baratos en Mallorca, fue mi novia la encargada de hacer las búsquedas y siempre tiene bastante buen ojo, no me puedo quejar.

Algo que también es importante en todas las vacaciones que se precien, es el aspecto de la comida. La buena gastronomía del lugar y un ambiente agradable al más puro estilo mediterráneo, tanto cerca de la costa como en los sitios del interior. A la vez que el clima nos sonreía, que todo lo hacía aún mejor.

Nos encantaron los casitas de los pueblitos de interior, todas muy bien conservadas y manteniendo la esencia de antaño. En muchas de ellas con negocios como fruterías, tiendas de recuerdos o restaurantes como el de la casita de esta foto.

Y el paisaje de montaña mezclado con los olivos junto con la calma del lugar hacen el sitio perfecto para desconectar. Recorrer las carreteras serpenteantes mientras ganamos altitud y disfrutamos de las vistas.

Terminando la jornada a orillas de esta playa en el pueblo de Soler, otro de los rincones por el que no debemos de dejar pasar. Buenos recuerdos de esas vacaciones que parece hayan sido menos tiempo.

Y claro que nos gustaría repetir, incluir Mallorca en un nuevo viaje junto con algunas islas más del mediterráneo o algunas provincias más del sur de España, pero todo a su tiempo. Quien sabe si cuando hagamos un nuevo viaje para visitar a la familia también nos podamos escapar de nuevo aunque no sea en época de verano. Por cierto, ¿cuándo planean las suyas? son más del mes de julio, agosto o bien al final por allá en el mes de septiembre cuando la mayoría de gente está de regreso. Compartan sus planes veraniegos conmigo, les espero.

El puente romántico

Tamshui fue otro de los sitios que habíamos visitado la vez anterior y que recordamos especialmente por lo mucho que nos gustó, no sólo por el ambiente sino también por la comida. Vimos que en este tiempo había evolucionado bastante pero que los sitios aún se conservaban

Para allá nos fuimos cogiendo la línea roja de metro hasta su última parada. Alejándonos del centro y pasando por barrios que se iban dispersando y encontrarnos con el mar y naturaleza.

Recuerdo esta explanada que antes era poco más que tierra y ahora ha mejorado bastante con el acondicionamiento del paseo tanto para la gente a pie como aquellos en bicicleta, la zona es perfecta para dar un agradable paseo mientras se contempla el atardecer.


 

Cogeríamos un barco rápido que nos llevaría hasta la zona del paseo marítimo situada más al norte y que la vez anterior no vimos porque lo desconocíamos. Compramos el billete de ida y vuelta, y nos embarcamos en un trayecto de apenas diez minutos hasta el «Fishermans Wharf» y en la que nos encontraríamos el Lovers Bridge, el puente de los enamorados


 

 

A lo largo de la costa un bonito paseo para disfrutar de la brisa y las luces al otro lado. Al final del paseo llegabas a una esplanada que contaba en ese momento con una actuación de música y de fondo un bonito hotel junto con una torre mirador panorámico. Nada que ver con la otra zona donde se agrupan muchos puestos de comida y la presencia de gente es más concentrada.

Lo mejor de todo es la vista nocturna con el puente iluminado.

Tiempo de volver sobre nuestros pasos y tomar el barco de regreso con tiempo de sobra antes de la hora límite de las diez y media. Después del paseito va apeteciendo ir a picar algo y ya tenemos en mente algún que otro sitio.

Así que ya saben, no dejen de escaparse y relajarse con las vistas al mar de Tamshui, bien merece la pena el lugar y además con sitios románticos.

Cosas en China

En una de las últimas visitas a China continental y a pesar de no haber ido con una cámara en condiciones, siempre me gusta observar el trayecto lo más pegado a la ventana posible. Tan pronto uno pasa la frontera en Shenzhen dejando atrás la ciudad, nos damos cuenta cómo van cambiando las cosas a nuestro alrededor y no sólo por que cambio del idioma del cantonés al mandarín, las formas de la gente y el paisaje. Un trayecto que solemos hacer cuando vamos a visitar a los familiares de mi novia, como quien dice «al pueblo». Nos cogemos el tren en la misma estación cerca de Lo Hu y en apenas 45 minutos hemos llegado a nuestro destino, aunque luego queda otro poquito más en coche hasta el punto final.

Las extensiones de campo se pierden en el horizonte. Gente que se gana el día a día en la tierra de cultivo y observa el pasar de los trenes que con el tiempo se han vuelto más veloces, pero también quedan algunos con más años que siguen haciendo su labor como trenes de mercancía o de larga distancia. El progreso de China en las redes de tren es indiscutible y le va ganando la partida al mismísimo Japón. No obstante, dentro de unos años también en Hong Kong se contará con una estación del tren de alta velocidad que nos lleve hasta Guangzhou en menos de la mitad de tiempo o también a Shanghai y Pekín en tiempo récord.

image

Otros medios de transporte habituales, bicicletas adaptadas y algunas incluso con motorcito, porque para algunos eso de pedalear es cosa del pasado, aunque viéndolo de otra forma, facilita cuando llevan algunas cargas bastante pesadas y voluminosas.

image

Y las viviendas son otro punto y a parte con ese estilo peculiar de enrejados que tanto gusta poner en los balcones. Macao es otro sitio donde esto también llama la atención, pero no tanto en Hong Kong. Seguro que a Quicoto le habrá llamado la atención en su reciente viaje por estas tierras.

image

Las celebraciones son también algo distintas y contienen algunos matices, pero con los ominpresentes fuegos artificales o en este caso petardazos. Una forma de espantar los malos espíritus o al menos dejarlos sordos con una buena traca. Habitual que en el Nuevo Año Chino, festivales o incluso en cumpleaños estén presentes.

image

¿Un camión transformer? 😀 es que en China nunca se sabe lo que puede pasar y hay que estar con los ojos bien abiertos. Son los reyes a la hora de adaptar y/o copiar las marcas como nadie y se pueden encontrar auténticas perlas.

image