A la orilla

¿Se acuerdan que en una ocasión les hablé de Cheung Chau? Y parece que haya sido el otro día cuando visitaba por primera vez esta islita, una de las cuantas que salpican la geofrafía de la zona. El sitio ideal para pasar un día diferente y cambiar el chip además de poder comer algunas de las delicias locales mientras se da un paseo. Justamente el fin de semana y aprovechando que teníamos un día adicional, un amigo sugirió de juntarnos unos cuantos para escaparnos hasta allí. Aunque el tiempo de buena mañana amenazaba con algún chaparrón, pero que finalmente no se materializó, pero si que dio pie a un día de bastante caluroso pero que resultó de lo más agradable y más cuando uno puede estar a la orilla del agua sintiendo el fresquito del agua.

Hasta los muelles de Central nos fuimos a coger el ferry, a juntarnos un poco con el mogollón porque claro está hubo más gente que tuvo la misma idea feliz 🙂 Los barcos salen cada media hora, pero hay de dos tipos: ordinario y exprés; finalmente tuvimos que embarcarnos en el ordinario porque el exprés se llenó más rápido de la cuenta. Por delante casi una horita de trayecto, pero también buen momento para echar una cabezadita o sino sentir la brisa marina desde la cubierta trasera.

En lo que paseamos un poco por el centro y luego buscamos un sitio para comer. Buena conversación entre Tsing Tao y Tsing Tao; aderezado con gambitas, arroz frito y una vieiras con ajitos. Y puesto que uno de los amigos había llevado a su hijita de 2 años y poco, lo suyo después del almuerzo era darse un saltito hasta una de las playas cercanas. Un rato de relax para los mayores en lo que la niña se entretenía con las conchitas y chapoteando con el agua.

wpid-imag0131.jpg
 
wpid-imag0120.jpg
 
wpid-imag0121.jpg

Por suerte los nubarrones se irían aclarando pasados unos minutos de llegar a la playa. Los más pequeños son los que estaban disfrutando más en busca de distintos tipos de conchitas en la arena y mientras tanto algunas señoras se afanabam en capturar algunas almejas y/o pescaditos.

wpid-imag0128.jpg

Esta imagen resumen mi estado en ese momento: total relajación. Cual niño, sintiendo cómo se aproxima el agua hasta la orilla sin importar que se me mojen los tenis. Cómo se nota que soy un isleño.

wpid-imag0125_1.jpg

¿Son cosas mías o es que ya tengo ganas de verano? porque lo que son las temperaturas parece que está con ganas de llegar antes de tiempo, aunque seguro que no nos libramos de algo de lluvia y con esa humedad característica, pero bueno, siempre nos quedarán los aires acondicionados hasta que nos podamos dar una saltito hasta la playa más cercana y disfrutar de la orilla.

¡Buen fin de semana a todos!

Cheung Chau

 

Desde que había leído el post de Alberto, me había quedado con ganas de pisar esta isla, una de las cuantas existentes en el territorio de Hong Kong. A tan sólo una media horita desde los muelles de Central, nos plantamos en la isla de Cheung Chau, el lugar perfecto para hacer una escapada durante el fin de semana o un día entre semana si nuestro trabajo nos lo permite o aprovechar algún festivo.

No fuimos los únicos que pensamos lo mismo aquel día. A la hora de coger el ferry, ya se podrán imaginar las colas de gente, pero despacito y buena letra como se suele decir, cupimos en el primer barco que llegó y a echar una cabezadita durante el trayecto, aunque a veces interrumpida por algunos niños correteando por los pasillos del barco pero una travesía agradable.

Tiempo de bajar el ritmo y disfrutar de un ambiente distinto al que nos acostumbra el centro de Hong Kong (la isla y Kowloon). Una de las principales actividades de la gente que vive en la isla, es la pesca. Ante nuestros ojos cantidad de barquitos pesqueros anclados y a la espera de una nueva travesía para capturar pescadito y/o marisco por los alrededores. Ese día que era festivo, aprovechar para reunirse con la familia y descansar.
 

La venta del pescado seco está a la orden del día. A medida que vamos caminando nos encontramos con algunos paneles con las tiras de pescado dejadas al sol para secarse. Ya saben que los «frutos» del mar en estado seco, son muy apreciados para la elaboración de sopas o algunos simplemente a modo de aperitivo.
 

A pesar de estar bastante concurrido el centro donde hay bastantes restaurantes uno tras otro en los que disfrutar de algunos platos de pescado y marisco a precios bastante razonables, además de, arroz frito, verduras.. y acompañados de un buen refrigerio o sino té, que siempre entra bien. Nos ibamos alejando y la gente desaparecía de repente o aparecía de forma más espaciada.
 

Había gente que prefería ir estirando las piernas como nosotros o las chicas que vemos más adelante en esta foto. En cambio, los había que preferían ser llevados, disfrutar de la brisa mientras otros pedaleaban. Eso sí que es vida, no? 😛
 

Una playita que invita a remojarse los pies por la orilla o sentarnos en las rocas poniendo la mirada perdida en el horizonte. A pesar de ser un día algo caluroso, yendo por la sombrita se estaba bastante bien o sino aprovechar los rayos del sol, parecía que el verano aún no quería decirnos adiós.
 

 

Continuar caminando a lo largo de la costa y de repente ver un camino que invita a empezar a subir, habrá que hacer caso al instinto de la curiosidad y subir poco a poco. Una cuesta empinada de cemento con abundante vegetación a cada lado. Inicialmente no se podía ver demasiado, pero conforme ibamos subiendo la cosa iba mejorando bastante..
 

Incluso nos encontramos nuevos amigos por el camino 🙂 A pesar de invitar a que se viniera con nosotros, ella prefirió quedarse bien pegadita a la red. Igual Lorco hubiera querido intimar más con ella para añadirla a su colección. El tamaño bastante considerable de nuestra amiga es digno del mismísimo cómic de Spiderman, pero no estaba por la labor de comprobar si su picadura me diera algunos superpoderes, jaja, y luego treparme por los rascacielos de Central.
 

Una vez llegado al punto más alto del camino, tocaba el descenso. Poco a poco iban apareciendo las casas por el camino, y cualquiera diría que no estamos en cualquier pueblecito de nuestra geografía española, un entorno muy rural y acogedor.
 

Algunas tiendecitas que nos encontramos, como esta panadería, ya estamos de nuevo en el núcleo de Cheung Chau y sólo es cuestión de poco que nos encontremos de nuevo con la gente que llena sus calles. Algunas haciendo compras, otras pensando en qué restaurante entrar a tomar algo o simplemente paseando, mezclándose con el resto.
 

 

Parece que nuestro paseo está llegando a su fin, pero justo a tiempo para la hora de la merienda. Nos meteríamos en el primer restaurante que vimos y a disfrutar del fresquito del ventilador acompañado de un té frío o quizás picar algo de comer? mmmm….
 

El refrigerio después de la caminata, era el punto perfecto para casi terminar el día. Afuera, parece que el sol se dispone a ocultarse, los últimos rayos y las sombras que se empiezan a hacer más presentes. Momento de enfilar hacia los muelles para coger nuestro ferry de vuelta.
 

Pero como se suele decir, la noche es joven. Un día festivo y siendo viernes, aún quedaba por ver los fuegos. Eso sí, después de estos podíamos dar el día por terminado y recogernos.

Un nuevo rincón de la ciudad menos por explorar, aunque seguro que repito la visita. No obstante, en esta ocasión no llegamos a visitar las cuevas del pirata y eso sí que no me lo dejo para la próxima.

 

Rico postre

 

Aún recuerdo cuando probaba este postre por primera vez y me supo a gloria después de la primera caminata que hacía por la isla de Lantau que terminaba en el pueblecito de Tai O.

Un postre sencillo, cuyo ingrediente principal es la leche de soja. Desde luego que también es sano, ya que no lleva mucho más, pero como en todo, las cosas más sencillas hay que saber darles el punto adecuado y eso a veces no es tan fácil. Los pasos a seguir de la receta podemos verlos aquí. Este es el aspecto que tiene nada más puesto en la mesa y ya listo para comer, pero aún falta un detalle que lo hace más bueno aún, atentos…
 

Un poco de azúcar dorada por encima que le da ese color tan particular. ¿No se da un aire a crema catalana? con todos mis respetos desde luego. Añadir que se puede comer fresquito o bien algo más templadito, eso ya depende del paladar. Yo claramente me decanto por tomarlo cuanto más fresquito mejor, ideal para los calurosos días de verano.
 

Igual no hay mucha gente amiga del tofu, pero yo les animo a que si tienen ocasión cuando estén por Hong Kong, pruébenlo. Ciertamente, en la isla de Hong Kong o en Kowloon aún no lo he probado y ha sido tanto en Lantau como en Cheung Chau (el de estas fotos), esta última isla que tengo pendiente para contarles de una visita que hice durante el pasado día Nacional de China.

Sólo de ver las fotos ya me están entrando ganitas de comer, y a quien no? 😀 Mejor me voy al gimnasio y desconecto mi mente de la comida por unas horas, jeje.