Desde la última vez que visitamos a la familia de mi mujer, se habrán imaginado lo que ha llovido y con la pandemia de por medio. Finalmente esta pasada Semana Santa pudimos volver al continente.
Esta es la parte fácil, aunque cuando uno cruza la frontera siempre tiene que armarse de paciencia en lo que te atienden. Obtener el visado es ya otro punto y a parte, la de gente que hay estos días solicitándolo.
Desde Shenzhen nos vinieron a buscar y después de un trayecto de poco más de 1hora, llegamos a Boluo que es donde reside la hermana de mi mujer. No era mi primera vez pero siempre habíamos estado de pasada, y en esta ocasión nos quedaríamos varios días.
Los primeros días fueron de reuniones familiares y con poco tiempo para escaparme a correr, hasta que finalmente pude y salí a explorar por los alrededores. Crucé este puente sobre el río Dong y me dirigí cerca del núcleo urbano.
La noche anterior había llovido un poco y el ambiente estaba perfecto, sin humedad y algo de brisa.
Fui callejeando en paralelo al río hasta que llegué a una zona de casitas con algunos murales curiosos.
¿Y si paso este portal a dónde me llevaría ? Creen que seguí por ahí o bien di media vuelta.. En la próxima entrada les cuento 😉