Algo inevitable

Somos animales de costumbres y más si a la hora de comer tenemos varios sitios a los que solemos ir durante la semana y habiendo uno de ellos en el que repetimos, es mi caso al menos. Cuando hay un sitio donde a uno lo atienden bien y la relación calidad/precio de la comida es razonable pues es normal que nos guste repetir, ¿verdad?

Sin embargo, hay días que salgo de la oficina y digo: «¿Y hoy qué será de comer?» entonces es cuando caigo en la cuenta de algunos sitios que tengo anotados mentalmente desde hace tiempo para ir pero entre una cosa y otra pues es algo inevitable que uno se olvide y el tiempo pase.

IMAG1121

A ver si este plato de «char siu» pasa la nota de corte 🙂 En lo que respecta al servicio, bastante eficiente y amable. Y buen dato es que tengan el menú en inglés aunque más o menos me apaño si ya sé de entrada el plato que me gustaría pedir.

IMAG1120

Sería que llevaba ganas de comer puesto que había tenido que ir a hacer unas gestiones por la zona y antes de regresar a la oficina decidí hacer un paradita para comer. Y vaya si me supo el plato. Después en lo que me terminaba el cafecito con hielo me dio por dar un vistazo al menú y junto con lo que observé que iban pidiendo otras mesas, algunos platos bastante apetecibles; así ya sé para la próxima.

Curiosamente le comenté a una amiga que trabaja por la zona si conocía el sitio y me dijo que suele ir a veces a desayunar antes de ir a la oficina; está bien saber que si se tercia para un té con leche y un sandwich de huevo para empezar el día, sienta de maravilla.

Uno de esos sitios con tradición en el vecindario y que habían pasado más de 7 años pasando en cantidad de ocasiones por su puerta, pero no fue hasta hace poco que finalmente les hacía una visita que tenía pendiente. Y claro que repetiré.

Para ver su ubicación pueden ver los detalles aquí

El tailandés de casa

Para esos días que a uno no le apetece estar cocinando y poder tener un almuerzo o cena a precios razonables y sabor auténtico. Dentro de la variedad de restaurantes que tenemos por la zona, además de los habituales «cha caan teng» hay para elegir sitios como este tailandés llamado Golden Durian. Al poco de habernos mudado a Fanling, mi novia ya me había comentado sobre este sitio y lo que recordaba de las veces que había estado hace unos años atrás, y siempre con buenas críticas. Tarde o temprano iríamos por allí, y vaya que si hemos ido unas cuantas veces ya desde entonces.

Empezando por las bebidas, nos gusta pedir un batido de mango y una gaseosa con lima para acompañar con la comida. En verano es cuando se agradece más y ahora que la primavera va despertando poco a poco. Siempre nos queda la opción de beber un coco o la clásica cerveza Singha.

Momento comida con dos elecciones siempre claras: pinchitos de satay (pollo o cerdo) y un pad tai bien servido. En este caso, las fotos son de un día que fuimos a cenar y en el caso del almuerzo a veces añadimos algunas verduras u otro plato de entrante como un frito de gamba o ensalada de pomelo.

IMAG1038
 
IMAG1039

Curiosamente, no es el único tailandés del vecindario puesto que hay uno más en otro bloque de edificios cercano como a unos 10 minutos a andando pero que aún no hemos visitado. No queda ahí la cosa, puesto que he descubierto un tercer establecimiento en una de mis salidas a correr aunque este si queda un poco más alejado y lo suyo sería aprovechar para ir durante un fin de semana.

No podemos quejarnos con la oferta de restaurantes y poder desconectar de vez en cuando de lo chino si nos apetece.

Mi almuerzo y yo

Un domingo después de un buen entrenamiento de dragonboat y con ganas de reponer fuerzas antes de coger rumbo de vuelta a casa. Aprovechando que estaba por Causeway Bay y tras mirar una cosita que tenía pendiente, echar mano de Foursquare y ver si daba con algún sitio que me llamase la atención, como si hubiera pocos por la zona.

No sé si recordarán en su día que lea hablé de la cadena de restaurantes Tai Hing, pues fui a dar con uno de ellos precisamente. Especialidad en barbacoa cantonesa, un éxito asegurado.

Al final no me quise complicar y era lo que me quedaba más a mano, y fue lo mejor que hice puesto que me enteraría luego de una manifestación en los alrededores y la circulación se iba a volver bastante más lenta.

IMAG0993

No es de los establecimientos de la cadena más grandes en los que haya estado pero su ubicación es ya un plus. Situado justo en la trasera del Times Square, en Leighton road y de paso hacia Happy Valley. Buen sitio para un almuerzo o cena rápida, solos o en compañía.

IMAG0992

Y a todas estas, ¿qué me pedí para comer? Pues un plato de «braised pork with preserved cabbage» o lo que viene a ser como trocitos de cerdo con un poco de grasita junto con col, y un bol de arroz. El nombre inglés casi que mejor no hace falta traducirlo; una vez veamos la foto nos convencerá de todas, todas. Cafecito con hielo para completar.

Como pueden ver una opción muy completa y que siempre se puede ampliar con algunos platos más si vamos dos personas al menos. Unas berenjenas salteadas con carnita (justo en una de las fotos anteriores) o unos fideos con salsa suiza.

No es por nada pero si están de turisteo por la ciudad y no saben dónde tirar para ir a comer, si ven un Tai Hing es una garantía 🙂

Compartiendo coreano

Es todo un descubrimiento que en Tsim Sha Tsui, alejado del bullicio se pueda encontrar una zona con gran variedad de restaurantes coreanos. En su día estuvimos en este del cual quedamos muy satisfechos pero siempre es bueno ir descubriendo sitos nuevos, echar un vistazo a Open Rice, bien con Foursquare para ver recomendaciones o sino improvisar. Al final después de unas vueltas terminamos compartiendo coreano y la verdad que resultó bastante bien.

Se dio la casualidad que estaba de visita por la ciudad un compañero de cuando la beca ICEX junto con su novia. Estuvimos por el «paseo de las estrellas» y alrededores, tomando algo en Knutsford Terrace y finalmente llegó el momento que surgía la pregunta: ¿dónde vamos a cenar? Entre las opciones surgió el ir a un coreano y puesto que su novia aún no había probado esta gastronomía, la elección digamos que resultó fácil. Caminamos viendo los menús de varios sitios hasta que nos decidimos a entrar en uno. Bastante calmado el ambiente pero también es que era tempranito, apenas las 7 de la tarde, mejor así para cenar sin prisas.

Ya saben que comer en un coreano implica unos aperitivos típicos (banchan) que vienen perfectos en lo que uno espera a los platos principales. El kimchi es fundamental y acompañado con otros como pescadito frito, tofu o brotes de soja.

image

Pedimos un total de 4 platos: sopa de rabo de buey (Kkori Gomtang), un arroz a la piedra (bibimbap), unos fideos con marisco (japchae) y una tortita también con marisco (pajeon). Bastante completito después de los aperitivos.

image

No pudimos estar más acertados con los platos; raciones muy bien servidas y buen servicio. Estuvimos recordando los viejos tiempos y poniéndonos un poco al día después de tanto tiempo sin habernos visto.