Compartiendo coreano

Es todo un descubrimiento que en Tsim Sha Tsui, alejado del bullicio se pueda encontrar una zona con gran variedad de restaurantes coreanos. En su día estuvimos en este del cual quedamos muy satisfechos pero siempre es bueno ir descubriendo sitos nuevos, echar un vistazo a Open Rice, bien con Foursquare para ver recomendaciones o sino improvisar. Al final después de unas vueltas terminamos compartiendo coreano y la verdad que resultó bastante bien.

Se dio la casualidad que estaba de visita por la ciudad un compañero de cuando la beca ICEX junto con su novia. Estuvimos por el «paseo de las estrellas» y alrededores, tomando algo en Knutsford Terrace y finalmente llegó el momento que surgía la pregunta: ¿dónde vamos a cenar? Entre las opciones surgió el ir a un coreano y puesto que su novia aún no había probado esta gastronomía, la elección digamos que resultó fácil. Caminamos viendo los menús de varios sitios hasta que nos decidimos a entrar en uno. Bastante calmado el ambiente pero también es que era tempranito, apenas las 7 de la tarde, mejor así para cenar sin prisas.

Ya saben que comer en un coreano implica unos aperitivos típicos (banchan) que vienen perfectos en lo que uno espera a los platos principales. El kimchi es fundamental y acompañado con otros como pescadito frito, tofu o brotes de soja.

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Pedimos un total de 4 platos: sopa de rabo de buey (Kkori Gomtang), un arroz a la piedra (bibimbap), unos fideos con marisco (japchae) y una tortita también con marisco (pajeon). Bastante completito después de los aperitivos.

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No pudimos estar más acertados con los platos; raciones muy bien servidas y buen servicio. Estuvimos recordando los viejos tiempos y poniéndonos un poco al día después de tanto tiempo sin habernos visto.

Si que apetece

Aunque haya días en los que el sol siga calentando, es por las tardes cuando ya refresca y es que amigos, es lo que toca para esta época del año. A veces uno se confía por la mañana y luego en el trayecto de vuelta a casa echa en falta el no tener un poco más de abrigo y especialmente en sitios donde el aire acondicionado no da tregua. Uno ya está acostumbrado a estos contrastes pero tampoco hay que jugársela porque el cuerpo de uno no siempre está con el mismo nivel de defensas 🙂

A la hora del almuerzo los hábitos cambian un poco y el cuerpo pide platos de comida de esos que provocan somnolencia después de tomarlos y sin duda el ramen es una opción más que recomendable para entrar en ese estado de confort. Si el año pasado les comentaba sobre un establecimiento que está muy cerquita de la oficina, tan sólo tendremos que acercarnos al vecino barrio de Wan Chai donde la oferta gastronómica aumenta de forma considerable y quieras que no a la vuelta uno va haciendo una mejor digestión.

Lo bueno de este sitio es que nuestro ramen lo podemos personalizar según nos guste más:

  • Consistencia de la sopa.
  • Grado de cocción de los fideos.
  • Cómo queremos el huevo.
  • Si queremos añador cebollino o no.
  • O bien si queremos sustituirlo por millo.

Y por si fuera poco, podemos elegir entre varios tipos de ramen. Mi elección fue el clásico de miso, sopa de consistencia ligerita y fideos de textura media, junto con el resto de añadidos que son estándar. Una buena ración y a la que podemos añadir un platito adicional de gyozas que viene perfecta para compartir si se va con alguien más, como era esta ocasión.

ramen
 
gyoza

El cuerpo no dice que no a tan buen menú como este y después estaremos listos para retomar nuestra actividad de vuelta a la oficina, o bien con la ayuda de un cafecito de por medio, que todos nos conocemos las horas bajas después del almuerzo y más después de una bañera como esta 😀

El sitio es de lo más pequeñito pero muy acogedor; no es de extrañar que vean a gente sentada por fuera puesto que en su interior apenas caben 4-6 personas, desde donde se pueden sentir mejor los aromas de la cocina. Para mi la mejor hora para ir es pasadas las 2 de la tarde, nada de agobios de la hora punta.

Lo dicho, a disfrutar de buena comida en un sitio acogedor e ir preparándose para las fiestas navideñas que están a la vuelta de la esquina. También aprovechar para desearle a mi padre muy feliz cumpleaños en el día de hoy, y conociéndolo disfrutará de un buen almuerzo o cena en compañía de mi madre, aunque seguro que no un ramen jaja.¡Feliz fin de semana y buen provecho!

Hagan hueco

Esos pequeños placeres de la vida, tal es el disfrutar de una buena comida. En todo almuerzo o cena que se precie no faltan un par de entrantes aunque dependiendo del número de personas podremos pedir un poquito más y así sale más a cuentas para repartir.

Nada mejor que empezar con unas lapas fritas con mojo verde, que vienen a ser como unos pequeños mejillones y bien ricos que están. La tira de tiempo que no comía, me trajo buenos recuerdos.

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Los siguientes platos casi que no necesitan presentación y tan sólo viendo la foto sabremos que son una apuesta segura aunque algo más delicado el pulpo a la gallega puesto que hay que saber darle el punto adecuado; y sólo ojito con los pimientos de padrón ya que uno nunca sabe cuál puede picar o no y no vale que nos guiemos por el tamaño, es cuestión de suerte 🙂

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Otro plato bastante típico es el queso frito con mojo, y para que no echen en falta ninguno pues mejor que pongan tanto del verde como el rojo. Cuando vimos llegar el plato pensamos: «¿y esto no era algo más pequeño?»

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Para el plato principal varias opciones de carne aunque no se crean, que también dimos buena cuenta de platos de pescado como gallo o cherne.

Este primer plato que es de solomillo lechal troceado le llamó bastante la atención a mi novia puesto que siempre ha estado más habituada al de ternera que tiene más colorcito, pero el punto de la carne estaba muy bueno.

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Y buen filete acompañado de papitas fritas en un sitio que descubrimos volviendo del Sur de la isla. Un mesón-asador que nos sorprendió gratamente. Pero lo mejor estaba por llegar…

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¡Tremendo churrasco compadre! y con pimientos rojos asados. Que digo un churrasco! era uno y medio puesto que había unas cuantas bocas para alimentar. Muy buena compañía la de José, Nauzet, Abraham y Ruymán; descubriendo un sitio en Santa Úrsula que ya forma parte de mis favoritos, si no llega a ser por Nauzet poca idea tenía sobre este guachinche del norte. Tampoco faltó vinito de la tierra para acompañar tan buen plato.

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Y durante esa misma cena, no podíamos terminar de mejor forma que con un buen postre casero: quesillo con nata. Ahora si que nos quedamos completos 😀

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Tan sólo una muestra de algunos de los platos que comimos durante nuestra estancia en la isla y siendo algunos de éstos los que recordamos con un sabor más especial.

Es una de las cosas que uno echa de menos cuando se regresa pero creo que de esta forma uno lo aprecia y saborea más el instante en esos momentos con familia, amigos o sólo con la pareja. Y no se lo olviden de dejar siempre ese huequito para el postre. ¡Buen fin de semana!

Con fama

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Para romper el hielo o digamos que para abrir el apetito, nada mejor que una foto de entrada y luego hacer las presentaciones. Si eres de los que gusta probar nuevos sitios con especialidad en noodles, además de «beef balls» o «pork knuckle», has venido al lugar adecuado. Situado en la zona Norte de Fanling en Luen Wo Hui tenemos este restaurante que es de la vieja escuela pero eso es también parte del atractivo, además de por los platos que prepara.

Si a veces decimos que en la sencillez radica el éxito, en este lugar lo han aplicado bastante bien con sus platos de fideos con ternera o cerdo. Una sopa con buena base y una textura adecuada para los fideos, la carne muy tierna y acompañado de un platito de aceite de chili para los que quieran darle un toque extra; y así sin más, tan sólo elegir el tamaño del bol y en cuestión de pocos minutos tendremos nuestra ración servida.

Un sitio bastante auténtico del estilo de mi preferido en Mongkok y donde sólo hace falta fijarse en la cola que se forma en la puerta. Diría que tendrán como mucho unas diez mesitas y la gente se acopla como puede, con un constante movimiento de clientes y la gente que atiende el establecimiento.

El nombre del sitio se llama «Kwan Kee Beef balls and Pork Knuckle» (群記牛肉圓豬手) aunque cuando lleguen y vean la fachada sólo verán puros caracteres chinos, pero teniendo la dirección a mano no hay problema aunque pedir ya sea otra historia y siempre es mejor si vamos con alguien local.


Ver mapa más grande

Si quieren más fotos, siempre es muy útil darle un vistazo a la web Open Rice donde la gente deja sus impresiones y uno puede ir sobre seguro sobre qué pedir, aunque en este sitio en cuestión la elección es bien simple como su propio nombre indica. Un refresco para beber y listo.

¿Cuál es el siguiente? a ver, a ver por aquí hagan hueco…