Primer vistazo

 

La primera etapa del viaje se había dado sin contratiempos y nos encontrábamos ya en Zurich. Hacernos un poco a la ubicación de las calles y dónde estaba nuestro hotel, y también con un poco de suerte, llegamos sin problema. El hotel situado no en el centro, centro sino un poco más en los laterales en una zona llamada Dolder y con unas vistas preciosas de la ciudad. Una panorámica llena de casitas bajas y con el lago un poco más al fondo.

Y justo al ladito teníamos un tranvía que ascendía cada poco a la zona más elevada. Muy buena conexión para ir hasta el centro sin la necesidad de coger el coche. Sin embargo, era más cómodo con coche ya que siendo los días de Navidad y estando todo más tranquilo de lo habitual, nos aseguraríamos la vuelta al hotel sin problemas de transporte.

Con el bonito de las montañas nevadas a lo lejos. Las vistas no podían ser mejores desde luego y sobre todo la tranquilidad del lugar. Bien es cierto que después de descansar un poco, ducharnos y prepararnos para salir, empezaba a anochecer y en esta ocasíón sólo llevé conmigo el móvil. Lo bueno vendría al día siguiente y poder disfrutar algo del centro.

El centro de Zurich es muy acogedor, con edificios de piedra, callecitas estrechas, líneas de tranvía y muchos detalles. Era una mañana un tanto gris, pero por suerte más tarde el día se iría despejando poco a poco 🙂

La altura de los edificios no solía pasar de cuatro plantas y con colores llamativos en sus fachadas y sin que faltase el toque de la decoración navideña.


 

Incluso con alguna sorpresa como este edificio con un sitio de nombre: «Bodega Española». Casa fundada en 1874 como pudimos leer en el letrero, ahí es nada.

Seguíamos nuestro recorrido por el lateral del canal y divisando algunos de los puentes que separand un lado de otro. Destacando algunas edificios religiosos y uno con torre de reloj. A veces daba la sensación de ir atrás en el tiempo a medida que caminábamos por las calles empedradas y rodeados de tantos edificios históricos y bien conservados.


 

Para entonces, y después de haber desayunado algo de camino, el cielo lucía más azul y los rayos de sol salían timidamenete entre las nubes. Subiendo hasta una zona un poco más elevada desde la cual disfrutar otra perspectiva de la ciudad, estábamos en Lindenhof. Gracias a que en aquella mañana una conocida de una amiga que nos acompañába, nos guió y sugirió algunos sitios para ver, siendo éste uno de ellos.

El resto a veces puede llegar a ser un poco laberíntico como tramos de escaleras empinados, callecitas que se estrechan al paso por boutiques o negocios tradicionales. Tiene mucho encanto esta parte de la ciudad.

Tampoco faltaría encontrar edificios con placas de instituciones bancarias conocidas. No obstante, la ciudad es un centro financiero destacado y sobre todo a nivel de banca privada e inversiones. Por momentos pasaban por mi cabeza escenas de la película de Jason Bourne cuando accedía al número de cuenta de aquella cápsulita que llevaba consigo (qué buena peli!)


 

No podíamos haber tenido mejor día y aunque hacía algo de frío, era más que soportable pero ni guantes ni bufanda eran necesarios. Y camino de la estación de trenes íbamos puesto que la amiga que nos acompañó la noche anterior y durante este paseito mañanero, debía regresarse.


 

Momentos más tarde aprovecharíamos para almorzar algo por los alrededores que el cuerpo ya iba pidiendo algo, pero mejor será que se los cuente en otro momento. Hoy para romper la tradición de los viernes, no toca post gastronómico. Buen finde a todos!

Rumbo suizo

Llegamos a Milán en vuelo directo desde Hong Kong después de unas 13 horitas en el aire pero que se hicieron bastante llevaderas, y es que viajando de noche uno siempre puede aprovechar las horas de sueño habituales para darle descanso al cuerpo, y eso entre la cenita de turno junto con un par de películas para entretenernos. Pasaban unos minutos de las 7 de la mañana cuando aterrizamos en el aeropuerto de Malpensa y aún no se veía mucha actividad. A la espera de que salieran nuestras maletas y ponernos en marcha un ratito más tarde.


 

Habíamos reservado un coche de alquiler para hacer el primer tramo del viaje que implicaba desplazarnos desde Milán hasta Zurich, pero como llegamos más temprano de lo que había previsto, hicimos un poco de tiempo tomándonos un cafecito que el cuerpo nos lo iba a agradecer luego, sobre todo a mi que estaría tras el volante.

Bienvenido a los euros y a los precios europeos.

Echando un vistazo a cómo estala el tiempo fuera, y la verdad que no pintaba demasiado bien. Confiaba en que más adelante el día se despejase, pero ya estaríamos alejados de la ciudad y de camino a Suiza. Creo que con unos 2ºC de temperatura, cielo nublado y un poquito de lluvia finita.

Como ya se iba acercando la hora en la que había acordado recoger el coche, tuve que darles una llamada para que nos vinieran a recoger puesto que la oficina no estaba en la propia terminal. Después de unos minutos de espera, aparecía una furgoneta de la empresa de alquiler y que nos llevaría a la oficina para hacer los trámites de rigor.

El coche elegido era…igual difícil adivinarlo tan sólo por el cuadro de mandos. Un clásico Fiat Punto. Comprobar que todo estaba en orden, colocar el equipaje, ajustar los retrovisores y ponernos en marcha. Eso sí, tendríamos que hacer una breve paradita para llenar el depósito por completo puesto que nos esperaban unos cientos de kilómetros en dirección al norte.

Siendo previsor para el viaje, había descargado el mapa de nuestro trayecto e impreso las indicaciones. Así tenía a mi novia de copiloto, que eso siempre ayuda, aunque las indicaciones estaban bien señalizadas, pero ya se sabe cuando estamos en un país nuevo y con carreteras a las que no estamos familiarizados, y si juntamos que la meteorología es otro factor importante. Había tramos de niebla un tanto densa pero lo bueno es que no había lluvia intensa y ni tan siquiera nieve. Esta última tan sólo en los laterales de la carretera y en lo que yo conducía, mi novia aprovechó para sacar algunas fotos.

Nos preguntábamos ¿cómo estaría el tiempo en Suiza, igual de nublado que en Italia? la el paisaje se volvía un poco más montañoso según seguíamos acercándonos a nuestro destino, pero aún tendríamos sorpresas..

Finalmente se hizo la luz después de atravesar un largo túnel de 17 kilómetros. En concreto, el de Gottard y siendo el tercero dentro del top de túneles a nivel mundial. Se hizo un poco interminable, y además siendo de doble sentido durante tantos kilómetros en un espacio reducido. Pero lo mejor fue que nada más salir del túnel, el cielo azul nos dio la bienvenida de esta forma 🙂


 

El paisaje era estupendo, como sacado de una película. Las laderas de las montañas salpicadas de casitas de madera, el color verde de la tierra, el blanco de la nieve y un cielo limpio. Así daba gusto poder entrar en un nuevo país, y aunque la estancia sería breve, apuesto que me dejaría buen sabor de boca. Digo me, porque mi novia hace ya unos cuantos años que tuvo ocasión de visitarlo, pero yo me estaba estrenando.

Aunque aún nos quedaba un poquito para llegar hasta Zurich, decidimos hacer una paradita en una gasolinera de paso y así poder estirar las piernas. De paso, compramos algo de provisiones y también cayeron algunos souvenirs, incluída una clásica navaja suiza, ya me podía dar por satifecho.

La duración total del trayecto fue de apenas unas cuatro horas, incluyendo la parada antes mencionada. Ahora sólo teníamos que dar con el hotel; por suerte no tuvimos que dar muchas vueltas y llegamos bastante rapidito. Qué ganas de llegar a la habitación y descansar un poco, y mientras tanto disfrutar de la panorámica de la ciudad.

Más tarde saldríamos a dar una vuelta por el centro y encontrarnos con unos amigos para cenar. Allá vamos Zurich!!

Almuerzo especial

Luego dirá Chiqui que sólo hablo de comida, pero la ocasión es la ocasión. Era un día en el que tan sólo ver el cielo azul, a uno se le esboza una sonrisa y más sabiendo que lo que esperaba por delante, un día un tanto distinto para alguien muy cercano a mi. El viernes 28 de diciembre (y no era cosa de una inocentada, jeje) en la que mi hermana Miriam llevase a cabo su enlace con su novio Juan. El lugar elegido: el ayuntamiento de La Laguna, y con una sencilla pero emotiva ceremonia con la gente más cercana por ambas partes.

Después vendría el tiempo de las fotos y el posterior almuerzo, trasladándonos al norte de la isla en la zona de La Victoria de Acentejo. El restaurante: «La Sabina«, situado con buenas vistas al mar y en un entorno agradable. Primera vez que estaba allí, más tarde con la comida me preguntaba cómo es que no conocía de su existencia desde antes 🙂

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La comida en sí consistió en unos cuantos entrantes tales como fritos de pescado, platito de quesos variados, ensalada de pollo con salsa de curry con mango o jamón con toque de algas, entre otros. Bastante bien para empezar y a destacar la ensalada que triunfó mucho.

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Y el plato estrella que fue el solomillo de cerdo con salsa de almogrote con miel de palma, además acompañanado con un corazón de caramelo y unas papitas bajo el solomillo. La salsa estaba exquisita y la carne en su punto. Ahh! y se me olvida comentar que incluía también como una pasta de gofio en un lateral. Desde luego que la combinación de sabores fue espectacular, con sabor 100 x 100 canario 🙂

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Tratándose de un evento así, el pastel de boda tampoco podía faltar para dar punto y final a tan buen almuerzo; todos más que satisfechos.

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Y con la presencia del Teide desde la lejanía, las luces del día se fueron apagando hasta que fuimos recibiendo la noche y un poquito de fresquito norte empezabas a hacerse notar. Mientras tanto nosotros seguíamos de celebración con alguna copita y con algunos bailes. Poco a poco la gente se había ido recogiendo y tan sólo quedamos la gente joven, y como no, la pareja que seguía con mucha marcha.

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Un día bastante completo y que para nada se hizo largo. Pudiendo disfrutar de la cercanía de la familia en un día tan especial como era para mi hermana. Me alegra el poder habernos acercado hasta casa y estar con ella y los míos en ese día. Gracias por todo Miriam y Juan!

Arranque de año

Creo que hacía tiempo no me tomaba un descanso blogueril, como suele decir Flapy, que fuese tan largo. Han pasado ya dos semanas desde que iniciásemos el nuevo año 2013 y mi anterior entrada es de cuando despedía el año y metido de lleno en el viaje durante las vacaciones. Sufrir unos días de jetlag hasta que el cuerpo se hace de nuevo a la franja horaria y vuelta a la oficina que algunos papeles se han acumulado, aunque por suerte no tanto como me imaginaba.

En esos primeros días tras el parón navideño, vaya que si cuesta arrancar y ha sido necesario el aporte del café para que la maquinaria empezase a funcionar. La pereza inicial que a todos nos da pero que luego poco a poco con la vuelta a la rutina, se termina por hacer más llevadera.

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Eso me recuerda que también aprovecho para contarles el año que se nos aproxima que según el calendario chino corresponde a la serpiente. Como ven, en esta conocida cadena de cafés, no dejan pasar la ocasión para vender sobrecitos con logos de la serpiente y que serán muy usados durante las celebraciones del Nuevo Año Chino el mes que viene.

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También significa retomar los entrenamientos de dragon boat, aunque durante el mes de enero sólo serán los domingos pero a partir de febrero se intensificará seguro. Caras nuevas, caras conocidas y con ilusión para preparar una temporada que debiera empezar a finales de marzo o principios de abril, de momento no tenemos el calendario que es pronto para saber. Así que los domingos toca madrugar pero es algo que se hace con ganas si uno disfruta con ello.

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Y otro punto importante: la comida. Después de un poco de exceso navideño, es hora de hacer más de comer en casa y con cosas sanas, basta un poco de verduritas y algo de pollo o bien pescado. Continuar con el ejercicio e intentar llevar una dieta equilibrada, nada de dejarlo para el final cuando queramos lucir tipo en verano y apresurarnos con la operación bikini a la vuelta de semana santa, ya nos conocemos todos, jaja.

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Todo empieza a marchar, poco a poco el mes de enero va cogiendo fuerza y ya en febrero va todo rodando, incluido este blog aunque ya me he puesto las pilas y tengo cositas para contarles en los próximos días sobre las vacaciones, la familia y rescatar fotos de estas últimas semanas. Que no se me olvide que quiero hacer un libro con las fotos de la boda de mi hermana, la razón de haber ido a casa durante las Navidades, y es que era un día que no me quería perder por nada del mundo.

¿Qué tal se están dando estos primeros compases del año para ustedes? igual algunos continúan de vacaciones o las empiezan a finales de mes después del trasiego navideño. Sea como sea, esperemos que sea un buen año y sin nada de supersticiones. Pensamiento positivo antes que nada, y ánimo para aquellos que lo están pasando un poquito mal, esperando que haya algo más de luz para ellos y y a pesar de la lentitud, la economía se vaya recuperando aunque soy consciente de que es cuestión de paciencia y no se está contento con las actuaciones del Gobierno, no es fácil. A por ello con el 2013 que ya estamos metidos en él.