Después de cinco años desde la última visita, volvimos a Osaka. Justamente fue el segundo destino cuando las niñas tenían poco más de un año después de haber ido a Tenerife un par de meses antes.
Lo que sería mi cuarta visita a la ciudad y la estancia de mayor duración. Con ganas de recorrer de nuevo sus mercados..
La popular zona de Dotonbori y su multitud de establecimientos para disfrutar takoyaki, okonomiyaki, ramen o izakaya. Hay donde elegir.
Y si queremos ocio: karaoke, juego de dardos..
Para que sirva de aperitivo, unos pinchos para abrir boca.
Fue un viaje bastante completo y con tiempo para patear, ir de parque de atracciones, descansar y hacer algunas compras.
En un próximo post les contaré algunos detalles más de lo que dio de si. Espero que me acompañen 🙂
Después de haber llegado de madrugada, la ciudad nos recibía con un buen día de sol y cielo despejado. Hola Bangkok! aquí estaremos durante los próximos cinco días para disfrutar con nuestras hijas.
Echando la vista atrás, la última vez que había pisado la ciudad fue por allá en el 2011 cuando hicimos escala Alberto y yo antes de poner rumbo al sur hacia Koh Tao. Una ciudad que no deja indiferente a nadie, una gran urbe pero donde las cosas funcionan con bastante armonía.
Hay tráfico? sí, pero inevitable en cualquier ciudad asiática. Se pasa calor? pues a beber más coco o limonadas 😀 pero es que se come muy bien, tiene templos y zonas comerciales. En nuestro caso, sabiendo que la ciudad contaba con unos cuantos centros comerciales (Siam Paragon y similares) donde poder entreternos y estar al fresquito, era la opción que más no convenía.
Este puestito de mangos fue un muy buen descubrimiento. Tanto así que fuí en más de una ocasión para comprar un «sticky rice». Se ve que era un sitio popular para turistas porque siempre estaba bastante animado, incluso escuché alguna gente de Hong Kong. Muy recomendable el sitio, bien cerquita de la salida de metro de Thong Lor.
El metro es otra de las comodidades que tiene la ciudad, además de tener una perspectiva diferente de la ciudad. En esta ocasión tuve que ir a una parada de distancia para ver si daba con un sitio para cambiar dinero. Siendo domingo la cosa no estaba fácil con las casas de cambio pero finalmente encontré uno abierto y cambiar para los siguientes días.
En una de las vías principales y donde estaba situado nuestro hotel, cruzar la calle puede ser un poco odisea aún habiendo semáforos. Y curiosos algunos de los vehículos como esta mini guagua, llena hasta más no poder..
Justo cuando volvíamos de haber estado visitado «The Commons«. Un espacio bastante interesante donde encontrar tiendas, sitios para comer y también algo de arte.
También con tiempo de poder visitar el famoso templo de Wat Arun. Eso sí con un día de bastante calor, el que más durante nuestra estancia. Menos mal que fuimos bien entrada la tarde, pero la sudada no nos la quitó nadie.
Así que, el cuerpo pedía tomar algo fresquito. Mantenernos hidratados y protegidos de los rayos, sobre todo las niñas.
Cada día empezamos con nuestro desayuno, un poco más tarde algo de piscina y luego turno para salir a dar una vuelta. Bien nos quedamos cerca de la zona del hotel o bien nos movimos en taxi hasta otro sitio. Con las niñas no se puede llegar a planificar todo y hay que ir improvisando según se vaya viendo.
Por lo general diría que el viaje salió bastante bien y disfrutaron, que es lo más importante. Fue una buena excusa el poder aprovechar antes de que cumplieran 2 añitos (justo regresamos a HK un día antes de la fecha).
Que les voy a decir un año más que ustedes no sepan. El tiempo se pasa volando durante los meses finales del año y especialmente en este mes de Diciembre. Todos vamos ultimando detalles para que no se nos queden cosas pendientes.
La lista de cosas para el año nuevo empieza de cero, o más bien continúa. Los propósitos que quedaron pendientes para llevar a cabo. ¿Ya se han puesto a pensar en ellos?
Destino: Bali
Como las temperaturas empezaron a bajar, lo suyo era buscar un destino algo más cálido. Una buena opción para que las niñas disfrutasen del sol bien en la playa o en la piscina. Gracias a que pudimos canejar millas conseguimos unos billetes asequibles para las fechas.
La búsqueda de alojamiento nos llevó a decantarnos por la zona de Legian. Tranquilita, bien comunicada y con buena variedad de restaurantes por los alrededores. El hotel Magani fue el elegido.
La previsión del tiempo tenía buena pinta, pero nunca se sabe cuando puede caer un chaparrón. Por suerte, no nos llovió durante toda la estancia; si acaso durante la noche, pero nada durante el día.
La playa nos quedaba cerquita del hotel y eso era un plus. Poder pasear con la brisa y disfrutar del sol. Buscar un sitio para almorzar por el camino.
Ir a Japón es sinónimo de buen comer, mires por donde lo mires. Probando aquí y allá, desde el más típico sushi (a 100 yenes la unidad) hasta unos buenos fideos soba. No hace falta ir con un plan predefinido para visitar sitios, todo va saliendo.
Comiendo variado
Sushi
Platos con arroz
Otro de mis platos preferidos es el filete de cerdo empanado con curry
Unos huevos revueltos con gamba, arroz debajo y cuenco de sopa. Esta fue la cena después de haber estado parte de la tarde de paseo por Dotonbori. Nuestra última parada de camino a casa, y de regreso con la barriguita llena.
Carne de Kobe
Una de las comidas estrella durante nuestra estancia: la carne de Kobe. El día previo habíamos gestionado la reserva en un restaurante de la misma cadena y fuimos uno que nos quedaba algo más cerca de nuestro alojamiento. Esta foto habla por sí sola. Simplicidad en la presentación, la carne y sus acompañamientos (ajo frito, wasabi, miso). Una explosión de sabores, desde el más puro que era simplemente la carne y luego combinada de tres formas distintas.
También cangrejo
Otro de los atractivos en la gastronomía de Osaka, es visitar uno de los famosos restaurante de cangrejo. Inconfundible cuando veamos un cangrejo enorme decorando la fachada del edificio. Y como éramos un grupo grande, había también que reservar. En una habitación privada tipo tatami, así que zapatos fuera y a sentarse.
Había varios menús y con distintas combinaciones. Al final pedimos un par de menús y poder probar variadito. Desde cangrejo al vapor, sashimi o preparar hotpot con unas verduritas. Fue una cena muy interesante. Pensé que me quedaría con ganas de comer pero la verdad que estuvo bastante completo.
Buena despedida
En lo que fue nuestra última comida en el aeropuerto de Kansai, dimos buena cuenta de fideos. Mi mujer pidió udon frío con tempura y sushi.
Yo en cambio me decanté por udon de curry y correspondiente filete de cerdo (cómo me gusta ehh!) Una buena ración que le sentó al cuerpo de maravilla.
¿Qué les parece la selección de platos? ¿echan alguno en falta? esta vez ni dejo hueco para el postre, jaja. Buena forma de abrir boca para empezar el fin de semana.