Volvimos a Osaka


En el aeropuerto

El segundo viaje en poco tiempo de las niñas, igual le están cogiendo gustito a esto de viajar no? si en el mes de Mayo fuimos a ver a la familia en Tenerife; esta vez nos dimos un saltito a Japón y volvimos a Osaka. Tres años ya desde la vez anterior, destino que también sirvió a modo de pequeña luna de miel. Esta vez vinimos con la familia casi al completo y con otra familia amiga, una pequeña tropa de gente 🙂

A pesar de no haber llevado conmigo la 7D, sacamos bastantes fotitos allá donde ibamos. Y en el aeropuerto como no, algunas fotos más en lo que hacíamos tiempo después de dejar las maletas en el mostrador de facturación.

Moverse con un carrito de bebés implica tener que ir buscando el acceso a los ascensores, que no siempre es tan fácil. Curioso que para acceder a la planta 3 había que buscar otro ascensor que andaba un poco más escondido.

Haciendo tiempo

El aeropuerto de Kansai parece que poco a poco se va renovando y mejorando sus instalaciones. No obstante, hay algunas zonas que tienen como un poco de aire retro jeje. Seguro que Flapy que está más curtido tendrá una visión mejor de este aeropuerto. Pero lo cierto es que no le falta de nada: buena oferta de restaurantes, aseos, duty-free y zonas de descanso.

Por suerte las niñas pudieron dormir en lo que hacíamos tiempo para ir a la puerta de embarque. Un poco de tranquilidad después de un almuerzo movidito. Listos para regresar a Hong Kong! la vuelta siempre es un poco más pesada y más aún si al día siguiente tiene uno que ir a la oficina. Tan sólo poco más de 3 horas de avión y estaremos de vuelta; coger un taxi con todos los bártulos y para casa.

Volveremos, seguro

Gracias Osaka por hacernos pasar unos días agradables, aunque calurosos. Paseamos, comimos, compramos y turisteamos un poquito. No dudo que volveremos en el futuro, bien para explorar algo más la ciudad o como base de operaciones para movernos por otras ciudades de la zona. Nos encanta Japón y siempre nos quedamos con ganas de más, tantos sitios aún por visitar 🙂

Momento del bocata

De buena mañana y. sin haber desayunado aún. Toca coger un vuelo que nos llevará de Ho Chi Minh hasta Dalat. Hay que buscar algo de comida después de haber facturado y nuestra tarjeta de embarque en mano.

El banh-mi

En un país como Vietnam donde los famosos banh-mi están en todas las esquinas, en el aeropuerto no podía ser menos. Es el momento del bocata y con su correspondiente bebida para acompañar.

Momento de la primera decisión importante del día ¿pollo teriyaki? ¿cerdo? ¿salchicha?

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Explorando lo local

Seguro que muchos estaban esperando con ganas que publicase cositas de Vietnam. Los recuerdos aún están frescos y es mejor no dejarlo pasar mucho tiempo. Si hay algo que me gusta más de un viaje, por corto que pueda ser, es disfrutar explorando lo local. Recorrer las calles, mezclarse con la gente, el tráfico y los puestos de la calle. En esta ocasión recorriendo la ciudad de Dalat.

En Vietnam, al igual que en otros países del sudeste asiático, se puede encontrar comida en casi cualquier esquina y a precios muy baratos. Un ejemplo, unos cocos. ¿El precio? 20.000 VND o lo que vienen siendo 70 céntimos de euro.

Puestos improvisados. Basta con poner una manta, el producto expuesto y una balanza. Ahora sólo queda esperar a que vayan llegando los clientes.

explorando lo local
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Volvemos a Vietnam

Y es que ha pasado bastante tiempo ya desde la primera, y hasta la fecha,única visita al país. Este fin de semana volvemos a Vietnam.

Dejarse llevar

Esa primera impresión que nos causa cuando vemos sus calles repletas de motocicletas. Un caos que es ordenado, basta con pillarle el tempo y dejarse llevar por el fluir.

volvemos a vietnam

El país vaya que si ha cambiado en estos últimos diez años. Nadie mejor que Alberto lo sabe que se mueve como pez en el agua y más aún metido con su empresa BaoLau.

En esta ocasión mi mujer no podrá venir, aunque si nos hubiera gustado. Queda para la próxima junto con las niñas. Será un fin de semana condensado, reunión de amigos y motivo de celebración. El punto de encuentro es Dalat, población ubicada al noeste de la capital y a unos 40 minutos de avión.

Con ganas de reencontrarme con amigos, poder pasear por las calles bulliciosas y como no el disfrutar la buena comida local. Bien sean unos clásicos pho, o unos rollitos o también a elegir entre la gran cantidad de fruta (parece que Dalat tiene fama por sus fresas).

A la vuelta les contaré lo que da de sí. Último fin de semana de marzo, y Semana Santa a la vuelta. ¿Con planes?

¡Disfruten lo que puedan! Nos leemos