Cumpliendo tres

Así como quien no quiere la cosa, ha pasado otro año y las niñas han cumplido 3 añitos ya. También ha sido una ausencia bastante prolongada desde que escribía el último post cuando visitamos Bangkok.

¿Qué da de sí un año? pues la verdad que se han juntado muchas cosas y más aún en los meses recientes debido a la situación de pandemia global provocada por el coronavirus. Algo que me he dejado en el tintero pero que no sería mala idea comentarlo el cómo se vivió desde los inicios por allá a mediados del mes de Enero; seguiría su paso hacia Europa, América y desatando la alarma global que aún durará por unos meses más.

En lo que a viajar respecta, será uno de esos años que se recordará por mucho tiempo como uno de los menos viajeros. Un sector el del turismo muy afectado con la paralización de muchas rutas y su consiguiente impacto en los establecimientos hoteleros. Ya se podrán imaginar lo mucho que supone para mis Islas Canarias, pero confiar que la recuperación vaya lo mejor posible aunque llevará su tiempo claro está.

Y metidos de lleno en el verano, aprovechando lo que se puede con algunos días de piscina pero con los rebrotes que estamos teniendo estos días, se ha empezado a dar un paso atrás y se empiezan a cerrar algunas instalaciones 🙁

Si todo no se tuerce, las niñas empezarán el colegio en la primera semana de septiembre. Veremos si el virus sigue contenido y no afecta al transcurso de las clases; el panorama puede cambiar de una semana para otra y hay que seguir siendo prevenidos y sobre todo con los más pequeños.

Ahora que «he roto el hielo» nuevamente, será cuestión de no abandonarme y volver a retomar el buen hábito de postear semanalmente. Veremos lo que puedo dar de mi mismo 🙂

Hola Bangkok

Después de haber llegado de madrugada, la ciudad nos recibía con un buen día de sol y cielo despejado. Hola Bangkok! aquí estaremos durante los próximos cinco días para disfrutar con nuestras hijas.

Echando la vista atrás, la última vez que había pisado la ciudad fue por allá en el 2011 cuando hicimos escala Alberto y yo antes de poner rumbo al sur hacia Koh Tao. Una ciudad que no deja indiferente a nadie, una gran urbe pero donde las cosas funcionan con bastante armonía.

Hay tráfico? sí, pero inevitable en cualquier ciudad asiática. Se pasa calor? pues a beber más coco o limonadas 😀 pero es que se come muy bien, tiene templos y zonas comerciales. En nuestro caso, sabiendo que la ciudad contaba con unos cuantos centros comerciales (Siam Paragon y similares) donde poder entreternos y estar al fresquito, era la opción que más no convenía.

hola bangkok

Este puestito de mangos fue un muy buen descubrimiento. Tanto así que fuí en más de una ocasión para comprar un «sticky rice». Se ve que era un sitio popular para turistas porque siempre estaba bastante animado, incluso escuché alguna gente de Hong Kong. Muy recomendable el sitio, bien cerquita de la salida de metro de Thong Lor.

a los ricos mangos

El metro es otra de las comodidades que tiene la ciudad, además de tener una perspectiva diferente de la ciudad. En esta ocasión tuve que ir a una parada de distancia para ver si daba con un sitio para cambiar dinero. Siendo domingo la cosa no estaba fácil con las casas de cambio pero finalmente encontré uno abierto y cambiar para los siguientes días.

En una de las vías principales y donde estaba situado nuestro hotel, cruzar la calle puede ser un poco odisea aún habiendo semáforos. Y curiosos algunos de los vehículos como esta mini guagua, llena hasta más no poder..

Justo cuando volvíamos de haber estado visitado «The Commons«. Un espacio bastante interesante donde encontrar tiendas, sitios para comer y también algo de arte.

También con tiempo de poder visitar el famoso templo de Wat Arun. Eso sí con un día de bastante calor, el que más durante nuestra estancia. Menos mal que fuimos bien entrada la tarde, pero la sudada no nos la quitó nadie.

Así que, el cuerpo pedía tomar algo fresquito. Mantenernos hidratados y protegidos de los rayos, sobre todo las niñas.

refrescante limonada

Cada día empezamos con nuestro desayuno, un poco más tarde algo de piscina y luego turno para salir a dar una vuelta. Bien nos quedamos cerca de la zona del hotel o bien nos movimos en taxi hasta otro sitio. Con las niñas no se puede llegar a planificar todo y hay que ir improvisando según se vaya viendo.

Por lo general diría que el viaje salió bastante bien y disfrutaron, que es lo más importante. Fue una buena excusa el poder aprovechar antes de que cumplieran 2 añitos (justo regresamos a HK un día antes de la fecha).

Dumplings fritos

Un nuevo descubrimiento para la hora del almuerzo. Tocaba variar y probar algún sitio nuevo en Wan Chai y fue entonces que me acordé de ese sitio de dumplings fritos que había visto un día.

¿Qué elegimos?

Si no recuerdo mal, lo que en su día había sido una tienda de ropa; ahora era un restaurante de dumplings y su nombre Nom Nom. La elección: ¿dumplings en sopa o fritos? después sólo quedaba elegir el relleno, y ahí era donde nos llevó un poco más de tiempo.

A la vista una ración de dumplings fritos con relleno de cebollino con vieira. La combinación pintaba bastante bien y ya de sabor, mejor aún.

dumplings fritos

Las salsitas

Comer los dumplings sin algo de acompañamiento, es como si faltase algo. Una vez dado el primer bocado todo hay que decir que estaban bien sabrosos así tal cual; sin embargo, un toque de vinagre de arroz, salsa de soja o quizás un poco de chili le puede dar ese puntito extra de sabor.

las salsitas

Como en otras ocasiones iba con una compañera de la oficina y pudimos intercambiar entre sus dumplings y los míos.

La ración de diez piezas puede que parezca poco, pero al final los dumplings terminan asentándose bien en el estómago. Siempre nos queda el poder pedir un platitos de noodles para acompañar o bien si tenemos muchas más ganas de comer, otra ración más y compartir.

Y ustedes, ¿qué dumplings les gustan más? ¿y el relleno? Es como nuestras empanadillas; yo me quedo con las de ternera o espinacas con piñones, yummm 🙂

Estamos en primavera

Como quien no quiere la cosa, ya estamos en primavera. Dejando el invierno atrás, el cual no ha sido tan frío como en años anteriores que es de agradecer. Y con las primeras lluvias en estas semanas atrás que sacan a relucir el verdor de la plantas.

El colorido en primavera

En lo que respecta a la temperatura, se nota algo más cálido pero hay días y días. Uno no se puede fiar de la previsión del tiempo, bien coges fresco o te guisas de calor.

estamos en primavera

Y qué decir del tiempo en la montaña. Por la zona que suelo ir, apenas pasas de 300m de altura se mete una neblina. Hace que el bosque se vuelva más místico si cabe. Me encanta la zona de sendero donde saqué la foto de a continuación.

En la montaña

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