Cien años ya

 

Un siglo, ya se dice pronto. Remontándonos al año 1910 que es cuando empiezan a moverse las primeras locomotoras de vapor por la ciudad, luego dando el paso a los trenes diésel que llegarían ya empezados los años 50 y los trenes que circulan a diario por las distintas rutas del mapa ferroviario de Hong Kong, más rápidos, cómodos y sobre todo, respetuosos con el medio ambiente.

Para los nostálgicos, los coleccionistas o simplemente aquellos que quieran tener un recuerdo distinto, está ya a la venta un conjunto con unos tickets de los trenes en estas tres épocas que comentaba anteriormente junto con un pequeño tren de juguete del modelo actual. Todo por un precio de 100 HKD.
 

¿Cómo seguirá dentro de otros 100 años más? al paso que avanza la tecnología, seguro que con muchísimas más novedades. ¿Seguirán yendo por las vías? desde luego que es un medio de transporte con mucha historia y que es usado por millones de usuarios en todo el mundo. En concreto, en Hong Kong el MTR lo usan casi 4 millones de personas cada día, algunos me los cruzo cada día de camino al trabajo. Eficiente, limpio y bastante puntual sin nada que envidiar a los trenes de Japón, por ejemplo. Tampoco olvidarnos de la línea KCR que conecta otros puntos de la ciudad como hasta la frontera con Shenzhen y otras líneas de tren ligero de este a oeste.

En el futuro no muy lejano, grandes obras a la vista: Tren rápido Hong Kong-Cantón, ampliar la línea de la isla de Hong Kong o la nueva línea este. La corporación MTR la cual se encuentra detrás, no para ni un segundo con nuevos proyectos. Todo sea por un transporte más rápido y seguro para los ciudadanos y visitantes.

No podía faltar en este aniversario del transporte ferroviario: una exposición. A partir del mes que viene en el Heritage Museum de Shatin podremos ir a visitarla. Habrá que pasarse por allí, no?

 

Una de post-it

 

¿Y este negocio con carteles tan coloridos en su puerta? seguro que con las pistas en alguna de las fotos pueden sacarlo rápido 🙂
 

Aunque se trate de un espacio reducido, no me digan que no se aprovecha al máximo. Estos locales están dentro de lo que cabe bien. Una mesa, un par de sillas, un ordenador, máquina de agua… y para de contar. No se necesitan muchos recursos para llevar a cabo este trabajo y requiere de conocerse bien la zona.
 

Son casi como los bares en España, no habrá esquina en la que no podamos encontrar uno de ellos. Eso quiere decir que el negocio marcha aunque como todo es un mercado de lo más cambiante. Nunca está de más echar un vistazo al escaparate para curiosear.

 

Ruta en bici

 

Última jornada del viaje. ¿Qué nos quedaba por hacer? no podíamos irnos sin ir a dar una vuelta en bici por los alrededores de Yangshuo e ir a visitar algunos de los puntos principales de interés. Después de un desayuno con fundamento, era el momento de ir a por las bicis que alquilamos en el propio hostal.

Salimos como a eso de las 9 y media de la mañana, por delante un par de horas de pedaleo por la zona. Una ruta sencilla y prácticamente llana, sin dificultad, aunque como a lo largo de todo el viaje, el calor nos quiso acompañar también en este último día. No obstante, la tormenta de la noche anterior hizo bien en limpiar un poco el ambiente.

Callejeando un poco por el centro y poco a poco nos íbamos alejando. Menos casas y más campo ante nuestros ojos. Nuestro primer punto en la ruta de ese día era: el Big Banyan Tree, una de las principales atracciones de la zona. Plantado hace bastantes años durante la dinastía Jin se mantiene firme desde hace más de 1000 años. En sí el árbol es bastante bonito y frondoso, y estando bajo su copa podemos ver como varios troncos se entrelazan como si fueran varios pero en realidad se trata del mismo árbol.
 

Increíble ver el gentío en las balsas de bambú para pasar al otro lado, hasta algunos haciendos sus particulares batallas de agua. Por suerte parece que nadie terminó en el agua 🙂
 

Nosotros por si acaso vamos a pie bordeando y así nos alejamos un poco hacia una zona más tranquila del parque. Después de caminar un ratito, decidimos que no había mucho más que ver y mejor nos dirigíamos al siguiente sitio recomendado. Venga, a las bicis se ha dicho.
 

 

Lo bueno de las distancias entre uno y otro, es que son bastante cortas aunque como siempre, en el mapa nos pueda parecer lo contrario. Bastante curiosa la forma de esta montaña (Moon Hill) con un agujero perfecto con forma de media-luna. Lo caprichosa que puede llegar a ser la naturaleza y el hombre aprovechar la ocasión para tener un reclamo turístico.
 

 

Íbamos bastante bien de tiempo con lo que hasta nos podíamos permitir perdernos un poco por un camino que iba paralelo al río. El bambú también era protagonista con un pequeño embarque para dar un paseo. Una versión del río Li pero algo más reducida, menos mal.
 

 

Aunque hay otros que prefieren echarse una siesta a la espera de la hora de comer, eso sí que es vida, no? 😀
 

Campos de arroz y montañas, el sello de la casa en la zona. Con ese verde característico de la época de verano. Una tranquila mañana de domingo en la que no es descanso para muchos, hay que cuidar el campo para que el arroz crezca sano y tengan buena cosecha.
 

 

 

Disfrutando de la brisa y las curvas en la bici, parando de vez en cuando para disfrutar del paisaje y casi siempre yo el más rezagado (lo reconozco) teniendo que apretar para engancharme de nuevo al grupo, un buen ejercicio. Hora de meternos por un caminito entre los arrozales que nos haría volver a Yangshuo, haciendo una ruta circular, pero llega el momento de la incertidumbre: ¿izquierda o derecha? me pongo a mirar los caracteres dibujados en una piedra al lado del camino, pero ninguno se me parecía con los de Yangshuo (阳朔). Le preguntamos a la bueña señora que se ve al fondo de la foto, a ver…
 

Y parece ser que el camino a seguir es el de la derecha. Esperemos que sea el bueno…
 

 

No había que dejar pasar la ocasión de sacarnos una foto de grupo en un marco como este. Vamos a preparar nuestro «trípode» improvisado. Bicicleta en posición y ahora colocar la cámara con el temporizador que ya se encarga de eso Alberto
 

 

Y parece que está todo en equilibrio. Preparados, listos…
 

yaa!
 

Sólo nos queda echar la vista atrás y pensar: ¿será un adiós o un hasta luego? nos tenemos que ir alejando de los campos de arroz y las montañas. Tenemos el tiempo justo de refrescarnos un poco y almorzar para luego coger el taxi rumbo al aeropuerto.
 

El viaje se acaba pero los recuerdos y las experiencias quedan en nuestra mente. Haber disfrutado de la buena compañía de Miguel, Inés, Nuño y Alberto, compañeros de aventura durante esos días, vale más que el cansancio de esos días con largas caminatas y no las suficientes horas de sueño, eso es lo de menos.
 

Sin duda un viaje para recordar y repetir. Háganlo si pueden y luego me comentan sus experiencias.

 

A celebrarlo

Como cada año, llega una fecha mágica: el Mid-Autumn Festival (中秋節) donde el verano toca a su fin y es momento de celebrar la llegada del otoño. Ésta, una de las celebraciones más importantes del año. Tiempo para estar en familia y reunirse para cenar. Es tiempo también de farolillos y danza de dragón. Como muestra algunos vídeos para ver el ambiente de la ciudad en esta celebración. Especialmente llamativa la danza del dragón que celebran en la zona de Tai Hang, pegadito a Causeway Bay. Tradición que data del año 1880 e iniciada por las familias de pescadores que allí habitaban.
 

 

Ahh, y tampoco olvidarme de los mooncake. Tanto en versión tradicional como este…
 

o también los snowy (helados) que vienen rellenos de diferentes sabores como: chocolate, fresa, judía roja… hay donde elegir.
 

Mañana será festivo en la ciudad, no para nosotros en la oficina debido al calendario de festivos, con lo que promete ser un día tranquilo en principio. ¡Feliz Mid-Autum Festival a todos!