Repostando

 

Con el día intenso que estabamos teniendo yendo de un sitio y a otros, la paradita para el almuerzo era más que obligada. Casualmente vinimos a dar a la calle por la cual la noche anterior habíamos estado paseando y que habíamos cenado. Bastantes restaurantes uno tras otro, camareras carta en mano ofreciéndonos entrar hasta que uno se decide por uno, sin presiones, cuestión de probar sitios y/o cosas nuevas.

El sitio elegido fue el restaurante Yiyuan. De ambiente tranquilo, además de una decoración e iluminación cuidada. Al entrar nos encontramos con que había un grupo de extranjeros comiendo, buena señal además que en las ventanas mencionaban algo de la Lonely Planet aunque por más que miramos, el sitio en cuestión no se mencionaba. Serán técnicas para atraer más a los clientes 🙂
 

 

El tiempo «iba en contra», las ganas de comer podían más y era preciso decidirnos lo antes posible. Página para aquí, para allá… bueno venga, aquí vamos:

– Arroz frito con verduras y carne.
– Cerdo con salsa agridulce.
– Carne salteada con apio y salsita.
– Pollo con anacardos y verduritas.

Platos dispuestos y un servidor que se pone manos a la obra con la comida, a dar buena cuenta de ella 🙂
 

Todo estaba muy bueno la verdad, a destacar en especial la carne con apio y salsita. En esta ocasión no pedimos nada que no fuera poco convencional y fuimos de cabeza a algunos platos ya conocidos, como los que uno puede encontrar en un restaurante chino en España, pero con mejor sabor aún si cabe.

Y con tanta comida de por medio, lo suyo es ir refrescando la garganta, o bien con té o sino otra opción mejor: cervecita. Prácticamente durante todo el viaje en los sitios que paramos para almorzar y cenar, un par de botellitas caían, y es que con lo ligerita que era, bajaba que da gusto.

El nombre de la cerveza en cuestión: Li Quan, rubita y ligera, y cuanto más fresca mejor. Seguro que a nuestro amigo Pau no le hubiera importado echarle un trago e incluirla en su lista de cervezas del mundo. No me cabe la menor duda que por las tierras de Islandia donde se encuentran ahora, se vendrá con nuevas referencias.
 

Un nuevo fin de semana llama a la puerta. Parece mentira que ya haya pasado la semana tan rápida, y eso que al principio costó arrancar. Mañana sábado Alberto estará de vuelta por Hong Kong como paso previo antes de volver a Japón y seguro que tiene muchas cosas que contarse de esta semanita.

A disfrutar y al fresquito, mejor que mejor.

 

Algo fresquito

 

¡Qué sería de nosotros sin la comida! verdad? y ayer que «empezaba» la semana con una reflexión sobre lo que suele o puede ser el verano, uno no puede olvidarse de lo importante que es el alimentarse bien y acompañar de bebida. Apetecen cosas fresquitas y ligeras, nada de cosas pesadas que luego queremos irnos a darnos un chapuzón al poco de haber comido y uno no quiere disgustos.

En mi mente, la imagen de una playa como la de la foto. Arena blanquita, finita que casi parece como detergente en polvo, muy suave. De fondo, sólo color azul de varias tonalidades y salpicado el cielo con el blanco de algunas nubes. A que dan ganas de ir corriendo de cabeza al agua.. Por cierto, ¿quién me sabría decir donde está situada esta playa? seguro que es fácil de adivinar 🙂
 

Por los alrededores podemos disfrutar de buena comida y a precios inmejorables. Digamos que pedir una ensaladita variada para empezar (tomate, lechuga, zanahoria, cebolla…) y para continuar unos pinchitos de satay de pollo. Suena bien, a que si? Quien pudiera disfrutar de un almuerzo así en horas de oficinas mientras uno remoja los pies a la orilla de la playa, sería genial.
 

¿Cuál elegirían? aunque lo que no queda claro es su disponibilidad, hasta parecía un poco desierto el puestito.
 

Yo para llevar un poco la contraria al cartel, me quedo con el de sandía, es un triunfo tanto en jugo como en batido.
 

Como echo de menos esos batidos de frutas del bosque made in Doña Papaya aunque mientras tanto la variedad de jugos y postres locales tampoco está tan mal, sino que le pueden preguntar a el Capitán Urías que dio buena fe probando uno de ellos. Lo dicho, mucha frutita y cosas frescas para el verano bien sea en Hong Kong, Tenerife o allá donde nos encontremos de vacaciones.
 

«Como» en el baño

 

¿Qué se puede hacer cuando el tiempo está feo y lluvioso? lo mejor es estar en interiores echando un vistazo a tiendas o bien comiendo algo, y eso fue lo que hicimos ayer por la tarde mientras estabamos dando una vuelta por Mongkok. Aprovechamos la ocasión para estrenar este sitio que me había llamado la atención de todas las veces que pasamos por la calle en que está. Su nombre: Modern Toilet y ¿en qué está inspirado? pasen y vean…
 

Aquí tenemos una muestra de la decoración de las paredes, como por ejemplo: tapas de retretes con la bandera de distintos países. Una muy buena ocasión con la excusa del Mundial que se juega estos días. Y bueno, de las lámparas que me dicen? seguro que la imaginación sabe «descifrar» lo que éstas representan 🙂
 

Y en todo buen baño que se precie, no pueden faltar tuberías de PVC que estaban colocadas a modo de reja entre las divisiones del local. Bastante original el sitio, pero aún quedan algunas cositas por ver.
 

Como no, estabamos sentados en… (ver foto), pero bastante cómodo que era el asiento, acolchadito que sino.
 

Bueno, y a todo esto, habrá que comer algo, no? como habíamos tenido un almuerzo un tanto tardío y por la novelería de ver el sitio y tomarnos algo, nos decidimos a pedir esta «barquita» de helado de 3 sabores (vainilla, chocolate y sésamo) acompañado de plátano + fresa con un toque de sirope de chocolate. Su precio estaba genial para la cantidad (40 HKD, 4€ poco), y no estaba mal, que por el precio no se le puede pedir mucho más. Estando todo tan pesado, los platos también tenían ese toque baño que envolvía todo el local.
 

 

Para lo que se decidan a visitar este peculiar local, pueden hacerlo tanto en Mongkok como en Causeway Bay, seguro que la visita no les deja indiferentes. Más información en su web
 

Bebida de hulk

 

Ayer domingo, en plan familiar. Nos fuimos a Tai Po a quedar con unos compañeros de trabajo de mi novia y con la familia de ella para desayunar dim sum. Y que pereza me dio levantame para estar a las 10.30 en el restaurante, eso implicaba que lo menos a las 9 había que levantarse para salir con calma de casa, minibus, tren y caminar un poquito.

No era la primera vez que estaba por allí, la vez anterior había aprovechado para visitar el Museo del Tren y la antigua estación, que por cierto, andaba yo buscando la entrada en cuestión y creo que se me pasó contarlo, a ver si lo rescato. Y mi intención esta vez, una forma refrescante de empezar la semana es contar sobre la bebida que muetro a continuación.

La podemos tomar bien a temperatura ambiente o sino mejor, bien fresquita de la neverita que vemos en la foto. Y ese color verde se preguntarán.. muy cerquita está la pista. No es de hierba ni mucho menos y su sabor es dulcito, dulcito. Efectivamente es la caña de azúcar.
 

Y para «exprimir» y sacarle todo el jugo, tenemos el artilugio de máquina. Se introduce la caña por el agujero mientras la máquina está en funcionamiento (sino mal asunto), que se encarga de sacarle todo el jugo y este sale por la llavecita que vemos en la parte inferior. Listo para embotellar y a enfriar, a gusto del consumidor.
 

Si nos fijamos, nos podemos encontrar bastante puestos que venden esta bebida junto con otros jugos o batidos de frutas, además de poder acompañar nuestra bebida con algún aperitivo, no hay nadie que se resista. Encima, con el calor que hacía ayer la «bebida de hulk» sentó de maravilla, aunque desafortunadamente nada de poderes. Seguiremos probando a ver si surte efecto 🙂