Probando HDR

 

Creo que en su momento se me pasó enseñar esta prueba que hice cuando subimos Alberto y yo ver el amanecer. El habernos levantado tan temprano, nos dio tiempo a que pudiéramos sacar muchas fotos y entre ellas con ayuda del trípode quise intentar la técnica del HDR.

Para los que estén puestos en la matería sino también a modo de recordatorio, esta técnica corresponde al nombre de High Dynamic Range, y consiste en sacar fotos con distintos pasos para luego combinarlas con un programa informático y conseguir el resultado que veremos más adelante. Yo en mi caso opté por -2, 0 y +2. Las fotos son las que muestro a continuación:
 

Con las fotos anteriores una vez descargadas al disco duro, me ayudé del programa Photomatix que recuerdo habérselo leído a Quicoto en un post donde contaba el proceso en cuestión. Seleccionar los tres ficheros, ajustar algunos parámentros y dejar que el programa se ponga a trabajar para crear la foto final. Tachannn!
 

¿Qué les parece el resultado obtenido? creo que para ser la primera vez, uno se puede dar por satisfecho. Hasta la fecha no he vuelto a experimentar con la técnica, será cuestión de llevarme el trípode un día de estos y probar en otro rincón de la ciudad. Otra idea que me surgió estando en lo alto del Peak: ¿hacer un time lapse? se admiten sugerencias.

Aprovechando que hoy el tiempo no está pintando del todo bien y con lluvia, y la que pueda caer de aquí a final del día, esta foto sirve para dar una nota de color. La semanita avanza sin prisa pero sin pausa, y con un poquito de fresco en el ambiente para este mes de agosto que se caracteriza por sus calores

 

Publicada

 

Hoy me he llevado la sorpresa al coger la revista HK magazine como cada semana, aunque algo me esperaba pero no sabía cuando. Mi amigo Fernando me avisó ayer, así que ya estaba advertido, pero siempre hace más ilusión cuando uno lo ve de primera mano. Hoy después de volver de comer me pasé a recoger un ejemplar en uno de los cafés cercanos a la oficina y esto fue con lo que me encontré:
 

Desde luego que no ha sido cosa del azar, sino que hace un par de semanas hubo una editora de la revista que me contactó. Me contó que gracias a un comentario que había dejado en el blog de Fernando Gros había llegado a mi espacio, en el que estuvo curioseando un poco y le llamaron la atención mis fotos. Me propuso participar en el espacio «Private Eye» dentro de la revista con una de mis fotos. De forma que hice una selección y las mandé, pero claro no sabía para cuando sería la publicación y mira por donde ha sido en el último número de la revista.

¿Qué les parece la foto? igual recuerdan que por un casual, esta foto la publiqué en un post de hace unos meses atrás, un momento mágico desde CWB, que ahora ha pasado al papel en modo de publicación en esta revista.
 

¡Muy contento!

 

En guagua

 

Nada como estar un poquito más por encima del nivel de la calle para que nuestra percepción cambie un poco. Si es que somos «animales» de costumbres e incluso en una ciudad como Hong Kong, tan vertical, con la vista al frente se nos pasan algunos detalles que están más arriba.

Eso me recuerda que Pau observaba un dato: ¿por qué algunos carteles están en rojo y otros en azul? Con la pregunta en mente y habiendo observado lo que indica uno y otro, llego a la conclusión que el rojo es para los lugares turísticos y el azul para estaciones de metro, guagua, subterráneos… Curioso el apunte.
 

La calle Nathan Road, digamos casi infinita, que se extiende desde Tsim Sha Tsui hasta Prince Edward. Un buen pateo en toda regla, donde se alternan edificios de viviendas, comercios, hoteles, restaurantes… Las calles perpendiculares que desembocan a esta, estrechitas y que se pierden a lo lejos.
 

 

Gente que viene y va o hace tiempo a que aparezca la guagua que los lleva de vuelta a casa. La actividad por esta calle es una constante, y da igual que sea fin de semana, noche o día. Es el eje de la zona de Kowloon.
 

Cualquier esquinita es buena para poner un negocio. Nadie como la gente de Hong Kong para aprovechar el espacio
 

Nada como un paseo en guagua por esta zona u otras de los alrededores, bien en Kowloon o por la isla de Hong Kong. A parte de ir más cómodos, nos permite «espiar» cómo transcurre la vida por las calles de una forma más discreta, a pesar de que la pasión por la fotografía es algo que sucede con bastante naturalidad en esta ciudad. Detalles que no dejan de sorprender por muchas vez que se pase por los mismos sitios, siempre habrá algo que «salte» ante nuestros ojos.

 

Old Police

 

Por suerte, aún siguen quedando edificios históricos en el centro de Hong Kong, no tantos como a mucha gente les gustaría, pero al menos queda parte de la esencia del aire colonial de hace tantos años atrás. Un claro ejemplo, es este edificio que sirvió como Estación Central de Policía

Sus orígenes se remontan al año 1864 partiendo de una estructura de barracones de unas 3 plantas de altura. Posteriormente con el paso de los años se fueron añadiendo nuevos bloques a la estructura principal, entre los años 1910 a 1925. Además, daba puerta con puerta a la prisión de Victoria. Ocupando gran parte del lateral de la calle Old Bailey y doblando la esquina con Hollywood Road. En el mapa siguiente podemos ver su ubicación:
 


Ver mapa más grande

 

De un color amarillo suave, con las paredes un tanto descascarilladas y ese peculiar color azul de los marcos de puertas y ventanas. Una renovación o digamos un lavado de cara, sería más que aconsejable para que este edificio vuelva a lucir como en sus primeros años. Teniendo en cuenta que desde que se trasladara el cuartel general de la Policía a la nueva ubicación en Wan Chai tras la Segunda Guerra Mundial, el uso de este edificio fue disminuyendo y se nota el paso de los años por él.
 

En la actualidad, han sabido aprovecharlo para dar cabida a algunas exposiciones de arquitectura o de arte moderno. Ese aspecto descuidado que caracteriza las instalaciones, lo hacen un lugar más que interesante para exponer obras y un buen reclamo para los curiosos y/o amantes de la fotografía. Cantidad de rincones, detalles… en los que capturar una instantánea diferente.

El patio central que separa algunos de los bloques es recorrido por los visitantes en una de las últimas exposiciones que visité. De un lado a otro, la actividad vuelve a estar presente en el viejo edificio. Me pregunto cómo sería el ambiente cuando el edificio funcionaba a plena actividad y muchos de los edificios que vemos por detrás, aún no existían.
 

Un lugar para perderse unas cuantas horas entre sus muros. Parece como si la gente se mantuviese más en silencio de lo habitual, recorriendo los pasillos, el crujir de la madera en algunas escaleras con el sube y baja de la gente y las alambradas que son testigos mudos del paso de los años.
 

Con carteles que nos advierten a nuestro paso… aunque ahora sin peligro de adentrarnos en una zona «prohibida».
 

Nos vamos adentrando más y más entre los bloques del edificio, quedando atrás la estación de policía y metidos de lleno en la zona de la prisión. El ambiente se vuelve un poco más oscuro, nos paseamos por el interior de la zona de celdas que está repartida en dos pisos. Más silencio aún, sólo el sonido de algunos flashes y disparadores lejanos. Una experiencia interesante como pocas.
 

 

Seguro que no será la última vez que me recorra el interior de estas instalaciones con alguna nueva exposición que habiliten en su interior. Espero que por el bien del legado de la ciudad, el edificio recupere su esplendor y se le de un buen uso, bien como centro cultural, para albergar futuras oficinas del gobierno (algo leía al respecto) u otro fin que tengan en mente las autoridades de la ciudad.

¿Les hace un paseíto?