Siempre que estoy de vuelta por la isla y teniendo casi 2 semanas por delante, las cuales espero no pasen demasido rápido, hay muchas cosas que me gusta hacer. Desde luego, la primera de todas es ver a los familiares y poco a poco a los amigos.
Disfrutar con pequeños placeres como puede ser el conducir, algo que no hago cuando estoy en Hong Kong porque el transporte público funciona estupendamente aunque si que hay veces que me entra la morriña de no poder coger un coche. Algo que he pensado pero aún no llevé a la práctica, es el alquilar un coche para el fin de semana y conducir por las carreteras de por allí y además, siendo el método inglés el que se usa, le añade algo más de «emoción» al asunto.
Nada se puede comparar a recorrer la geografía de la isla a través de sus carreteras. Revisitar esos rincones que aunque ya hayamos pasado por ellos infinidad de veces, no me canso de ver. Hacia el norte, hacia el sur bien sea cerca del mar o en medio de la montaña. Sentir la brisa que se cuela por la rendijita de la ventanilla mientras los kilómetros pasan y el paisaje va cambiando. Eso, no tiene precio.
De momento los primeros días de estancia, en casa y haciendo vida familiar, coger el coche de vez en cuando pero para trayectos cortos. Seguro esta semana me doy alguna escapadita de las que me gusta hacer, y sin olivdarme de mi compañera con la que captar todos esos rincones. No importa que en su momento haya sido con la 400D, pero tengo ganas de «estrenar» el paisaje de la isla con ella. Luego vendrán las fotos como no y seguro que algún video aprovechando más aún las posibilidades.
Lo dicho, a disfrutar del conducir y otro ritmo de vida en estos días.