Uniendo destinos

Algo tan cotidiano como coger el transporte a diario para ir al trabajo y uno no se para a pensar en todo lo que hay detrás. Todo un equipo de personas que trabajan para dar lo mejor de sí mismos y que el servicio funcione de forma puntual. Infinidad de rutas y destinos que nos acercan un poco más entre nuestros hogares, lugar de trabajo, sitios de ocio u otros centros de transporte. Eso es lo que lleva haciendo la compañia de guaguas KMB (Kowloon Motor Bus) desde hace más de 80 años, una de las más longevas junto con la compañia de tranvías que opera desde hace más de un siglo.

Remontarme atrás en el tiempo sobre esta compañía hizo que me acordase de una escena muy característica de la película «Operación Dragón», seguro que muchos la recuerdan. Las calles de la ciudad a principios de los años 70 y una de las guaguas de aquel entonces, y el modelo cómo ha ido evolucionando hasta nuestro días y manteniendo fieles sus colores pero ganando en comodidad, seguidad y respeto por el medio ambiente.

En esta foto podemos ver un instante en el que coinciden varias generaciones a la vez, siendo el modelo más reciente la guagua que se encuentra al medio. Los otros dos modelos cada vez se van viendo menos, sobre todo del modelo de la izquierda. En esta línea de tiempo se puede ver más claramente la evolución de los modelos desde sus inicios hasta nuestros días.

KMB sigue uniendo a miles de personas cada día y seguro seguirá apostando por nuevas tecnologías que hagan el transporte más eficiente y sobre todo cuidando el medio ambiente.

Érase una cueva

Sigo descubriendo detalles del pasado de la ciudad y a cada cual más interesante. Recuerdo aquella vez que me enteré de la existencia del fuerte de Tung Chung y la historia de muchos años atrás. Es una satisfacción poder salir a disfrutar de la montaña y aprender cosas nuevas también 🙂

Al parecer, data del año 1886 las primeras extracciones de plata de la cueva, de ahí le viene el nombre Silvermine Cave. Contaba inicialmente con tres entradas pero dos de ellas quedarían bloqueadas por la tierra y sólo quedaría la que está orientada al sur. En su interior habitaban murciélagos, pero no sé si a día de hoy sigan habitando algunos. Al caer la noche seguro se podría comprobar.

Tan sólo diez años más tarde se detendrían las extracciones, la plata no era tan buena al parecer. Es el lugar perfecto para refugiarse si nos sorprendiese un palo de lluvia, por suerte, el tiempo sonreía el día que pasaba por allí, un solazo increíble.

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Las vistas desde el lugar bien merecen la pena. A lo lejos se puede divisar la línea de costa del sur de la isla. Hasta el centro de Mui Wo, unos 3-4 kilómetros diría.

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La entrada a la cueva tiene cierto halo de misterio, aunque lástima alguien haya decidido dejar su marca con algunas pintadas en la roca. Quise haberme adentrado algo más pero tras algo de lluvia caída la noche anterior, el suelo andaba algo fangoso y quise evitar posibles resbalones. Se podía escuchar el goteo de agua del interior solamente, todo muy tranquilo.

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Esto no fue lo único que descubrí durantes ese día, pero mejor desgranarlo para un siguiente post, no les parece? Lo bueno si breve…

Presente y pasado

Para cerrar la semana les dejo con una foto que evoca al pasado. Rescatando una entrada de hace ya un tiempo, hacía una primera toma de contacto con el lugar. Han sido en varias ocasiones las que me he acercado hasta Happy Valley a la cita que hay cada miércoles con las carreras de caballos. Tiene gran atractivo para los locales y más aún si tenemos amigos de paso en la ciudad para poder mostrarles el gran ambiente que hay en el hipódromo.

Se imaginan cuando muchos de estos edificios ni existían, la pista de carreras seguro se podría divisar desde bastante distancia. Con el paso del tiempo hay ido escondiéndose y quedando refugiada por modernos edificios residenciales pero manteniendo su lugar en la historia de la ciudad; es toda una institución y desde este miércoles las carreras están de vuelta después del parón veraniego.

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Para más señas, la foto está sacada desde el Central Plaza en la planta 45 donde hay un buen mirador con vista de 360 grados. Un lugar privilegiado con vistas hacia el interior de la isla y también Kowloon.

Pasado y futuro

Son los negocios de antaño que conservan su estética y le dan ese tono místico a zonas de la ciudad como Wan Chai, que con el tiempo se ha ido transformando pero manteniendo una identidad propia. Los mercadillos, las tiendas o por ejemplo, esta casa de empeños.

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También edificios que cumplían su cometido hace muchos años atrás y hoy en día quedan para los turistas y los residentes que seguro pasaron alguna vez por esta pequeña oficinita de correos.

A su alrededor crecen se elevan los bloques de oficinas y viviendas. Situada en una de las arterias que conecta Causeway Bay, la calle Queens Road East y si no recuerdo mal, hasta allí llegaba la línea de costa. Mucho terreno se ha ido reclamando hasta nuestros días; la ciudad siempre ha sido pionera en esta técnica.

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Seguro muchos se preguntan cómo será el Wan Chai del futuro, no tengo respuestas. El gobierno tendrá un papel fundamental en sus decisiones y que permita se conserven las zonas de interés o históricas mientras que a la vez se modeniza. Por eso no es de extrañar de vez en cuando los entramados de bambú que indican una renovación en proceso o bien la casi finalización de un nuevo bloque. El entorno convive con los ruidos habituales de la calle, el olor de los puestos de fruta y el gentío.