La primera

Al poco de estar ya ubicados en nuestro hotel, era hora de salir a patear un poquillo por la zona y ver qué era lo que nos ofrecía. Primer pensamiento: tenemos que comer algo. Así que tocaba buscar cual sería nuestra primera toma de contacto y tras deambular en nuestros primeros pasos por las callecitas de Myengdong, decidimos entrar en este restaurante, bastante peculiar nos pareció y nos decidimos a entrar.

La verdad que los platos del menú tenían buena pinta. Curiosamente la comida no era coreana, sino un japonés con sus platos de udon, además del típico cerdo rebozado (pork cutlet) o sino pollo, o pescado. Ya tendríamos tiempo de probar platos coreanos y como no, kimchi.



Me llamó la atención que nada más sentarnos en la mesa, nos dieron una botella de agua (fría) y unos vasitos de metal, acostumbrado al agua calentita de los locales de Hong Kong, es todo un contraste y más con el frío que hacía por Seúl en esos momentos. Eso sí, su paquete de servilletas, punto a su favor; si recuerdan cuando comentaba


Aquí está mi plato en cuestión. La cantidad suficiente, lo justo para quedarse bien. Sopita, el rebozado, salsita y plato de acompañamiento, y arroz que no falte. Bastante bueno la verdad y con las ganitas que llevábamos encima, que bien que entró.


En cambio mi novia se decidió por el set de udon, y la verdad que la sopa estaba muy buena, con el toque picantito que le caracteriza a la comida coreana. Así uno ya iba entrando en calor 🙂


¿Se les abre el apetito? no es mal comienzo este 😀 La verdad que disfrutamos de variedad y contentos de los sitios que elegimos. Nada de guías, a la aventura que así es cuando se conocen los lugares auténticos.

Colorido

En nuestros primeros pasos por las calles de Seúl, el ambiente recuerda un poco a algunas calles de su vecina Japón, algunos matices de calles de Tokyo, pero con su estilo propio.

Estabamos situados en la zona de Myeng-dong, bastante céntrica y bien comunicada para acceder a varios de los puntos de interés de la ciudad. Por la misma nos podemos encontrar cantidad de callecitas entre las que los neones destacan una vez llega la noche.

Entre tanto neón, no pueden faltar las tiendas o restaurantes que se precien. Bien que callejeamos por esa zona al poco de llegar al hotel, por allí fue donde tuvimos nuestra primera cena, aunque algo tempranera, luego caería otra y no vean como nos pusimos 🙂

Las luces de neón que se pierden en el fondo de la calle y mientras la gente se cruza veloz, y bastante más ajetreo que habría más tarde, bien sea para ir de compras o cuando llega la hora de la cena. La gente por lo que podimos ver, gusta mucho de reunirse y salir a cenar, casi todos los sitios repletos o al poco de llegar nosotros, se llenaban hasta la bandera. Es que atraemos la clientela jeje.

Dentro de nada uno de esos posts culinarios que tanto gustan. Y es que la comidad también es uno de los puntos fuertes por esas tierras, merece la pena.

Marchando cangrejo

Si hay algo por lo que destaque Singapur es su gran oferta gastronómica. Al ser un lugar donde se fusionan culturas como la malaya, china, india e indonesia, existen gran cantidad de platos y lugares para elegir.

Algo que uno no debe perderse es el famoso: Black Pepper Crab. Y buscando un poco sobre la historia de este plato nos vamos hasta el año 1959, que fue por aquel entonces en el restaurante Long Beach Seafood Restaurant, situado en la costa este, donde tuvo sus orígenes. No me digan que no tiene buena pinta 🙂

Y para no comerse el cangrejo solito, acompañado con algo de arroz blanco y unos entrantes como unas verduritas salteadas con gambas y unos calamares, pero el plato estrella: el cangrejo, aunque en esta foto lo veamos al fondo algo apartadito, el pobre.

Aunque no nos fuimos hasta el sitio original a probarlo que queda un poco fuera del centro de la ciudad, fue en el mismo Chinatown donde tuvimos la ocasión de probarlo, y no veas como lo disfrutamos. Uno se pone las manos perdidas con la salsa de pimienta negra, pero el gustazo del cangrejo es auténtico. Y de picante poco la verdad, luego con el arrocito ayuda para combinar y a la salud de una Tiger fresquita.

Ya saben, a parte de los pinchitos de satay, este Black pepper crab no debe faltar en su ruta gastronómica.

Cena Beta

Como ya va quedando poco tiempo de curso, se ha propuesto de hacer una cena como despedida del curso. Lo más probable es que sea este miércoles que es así como lo prefiere la gente, ya que, si fuera un jueves, mucha gente se quiere ir a casa el mismo viernes cuando terminemos el curso.

Y para adelantar un poco.. pues este jueves nos juntamos unos cuantos, en torno a 30 seríamos, para hacer una cenita de prueba, jeje. Y pues en plan picoteo: papas bravas (veáse la foto), calamares, croquetas, chopitos… y bueno creo que no se me queda nada, jeje.
No me imagino como será cuando nos juntemos en torno a unas 80 personas… a ver qué sitio es el que se escoge para meter a tanta gente.