Lentamente

En las entradas que suelo escribir, los que me conocen saben que me gusta contar las cosas con todos los detalles posibles. Recrear todo aquello que ha pasado por mi mente mientras he visitado algún sitio concreto. ¿Pueden llegar a cansar los sitios si los visitamos varias veces? Yo creo que no, aunque si que puede haber excepciones claro.

Tai O es uno de esos sitios que es una fuente inagotable de momentos que captar. En el ritmo pausado de su gente, o la tranquilidad de sus callecitas que a veces se ve interrumpida por algún grupo de turistas. Les dejo con algunos de esos momentos recogidos en la última visita a finales de diciembre y poco antes de empezar las vacaciones de Navidad, con un tiempo de lo más agradable.

Espero que les haya gustado la selección, y eso que hay muchas más cosas por ver. Seguro les llama la atención alguna cosa, ¿verdad? Es un sitio ideal para pasar una tarde de fin de semana, lentamente.

Jumbo

A pesar de haber hablado sobre Aberdeen y sus alrededores, no había caido que aún no les había hablado de un lugar bastante peculiar y que es también un principal punto turístico. Desde hace más de 30 años que el restaurante flotante: Jumbo está abierto al público y miles de turistas han pasado por estas instalaciones.

Una tranquila mañana de domingo y soleada, no se engañen y piensen que pueda ser verano ni mucho menos sino que se trata del fin de semana pasado en el que las temperaturas les dio por subir y regalarnos un improvisado verano a mitad del mes de Diciembre donde en muchos sitios ya están pasando realmente frío, una rareza para esta época del año. Nos encontramos en el muellito que nos separa de la gran plataforma flotante del restaurante y esperamos nuestro turno para subirnos al sampan que nos llevará hasta el otro lado..

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Durante el breve recorrido podemos contemplar gran cantidad de yates aparcados en el Aberdeen Boat Club y el Marina Club. Hay gente que disfruta a esas horas de un almuerzo en cubierta o en cambio otros seguro han salido a la mar y disfrutar en aguas abiertas.

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El portalón de colores dorados y rojizos nos recibe, custodiado por unos dragones. ¡Bienvenidos!

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En el interior hay varios restaurantes, y al que nos dirigimos nosotros está situado en la parte alta. Podemos ascender por las escaleras del interior o bien un ascensor; el tramo final que nos lleva hasta Top Deck, el lugar ideal para disfrutar de un almuerzo / cena al aire libre y en días como este mejor que mejor.

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Al ser fin de semana, es costumbre que haya un buffet en el que podemos elegir comida muy variada. Empezamos con sección de ensaladas y entrantes fríos, marisco con algo de sushi y luego la sección de platos calientes (carnes, arroz, pescado, verduras…) y tampoco sin olvidarnos de la sección de postres (tartas, fruta y helados). Está muy completo y dura desde las 12 hasta la 4 de la tarde, tiempo más que de sobra para disfrutar de varias rondas en lo que charlamos, hacemos una pausa y echamos un sorbito a un poco de champán, que también está incluido.

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Hoy no hay fotos de comida, no es viernes 😀 pero sí que quería aprovechar para mostrarles el sitio. Aunque puedan pensar: «uff, sitio turístico y seguro está masificado» pues si y no, porque tienen bastante capacidad los restaurantes y bueno, siendo fin de semana si que había bastante actividad. Conviene reservar con antelación si somos un grupo de varias personas. Creo que la siguiente vez me gustaría probar de noche y en otro de los restaurantes, a ver qué tal son.

Playa limpia

O eso es lo que parecía a simple vista, pero siempre hay que mirar más en profundidad y sorprendente lo que podemos llegar a encontrar. El plan del sábado con algunos compañeros del equipo era el de limpiar una playa en la isla de Lamma. Casualmente la que elegimos fue en la que se celebra la carrera «Lamma 500». Pocas personas a aquellas horas, día algo nublado pero no hay que confiarse.

Nos dividimos en tres equipos, cada uno recorriendo una zona de la playa. Manos a la obra con guantes, gorra para el sol y bolsa en mano. Nada más empezar me encontraría con sorpresas, buen comienzo pero sólo sería el principio. Poco a poco avanzando, cachito a cachito entre trozos de corcho blanco, botellas plásticas o incluso calzado…de todo. El ritmo de llenado de la bolsa era lento pero con paciencia que tendríamos un par de horas por delante.

Mientras yo miraba cerca de la zona verde, el resto del equipo rebuscaba entre las rocas y alrededores de la orilla. Más de lo mismo encontrando plásticos, trozos de cuerda o latas de aluminio.

Entre todos nos haríamos con un muy buen botín compuesto por casi 20 bolsas de basura como las de la foto, bien repletitas. Después de más de dos horas y con paraditas para hidratarnos adecuadamente. Desde luego que fueron unas horas más que provechosas, a la vista está el resultado y la satisfacción de haber dejado en mejores condiciones un lugar que inicialmente parecía limpito.

¡Buen trabajo chicos! Por hoy hemos cumplido. Un ejemplo para que el Gobierno de Hong Kong nobse olvide de lo importante que es la conservación del medio ambiente y los espacios naturales. Hacer campaña y concienciar a la gente para que siempre sea responsable allá donde vaya. Que no sea sólo para quedar bien en una foto sino que la actitud sea durante todo el año, grandes y pequeños, sin excepción.

Es la intención de la campaña Beach Cleanup en la que participamos y que se ve reforzada por la imagen de algunas personas populares, ayudando a que se propague el mensaje.

Laguneando

Una ciudad por la que da gusto pasear, con calles tranquilas, casitas bajas y con mucho colorido. Han sabido conservar su parte histórica y de ahí que se haya ganado ser patrimonio declarado por la Unesco. Es otra de las ciudades principales en la isla y que rivaliza a veces con su vecina Santa Cruz, en efecto estamos hablando de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, o La Laguna.

Lugar en el que también está ubicada la ciudad universitaria pero que cuando llegan los meses de verano se vuelve algo más deshabitada, que se agradece para disfrutar de la tranquilidad de sus calles. Está llena de rinconcitos que explorar y también muy buenos sitios donde comer, algunos un poco desconocidos pero que hay que ir descubriendo poco a poco. Y eso mismo hicimos en compañía de mis padres y unos amigos, un almuerzo en una tasquita muy acogedora.

Desde luego que tendré que ir cuando regrese de nuevo a la isla. éxito asegurado aunque por lo visto se llena bastante y a veces es recomendable reservar. Nosotros tuvimos suerte ya que llegamos algo tempranito para almorzar y no tuvimos problema cogiendo mesa.


 

Balcones canarios…

Me encanta lo bien conservadas que están las casas. Los muros de piedra y el color de las fachadas. Donde no sólo abunda el blanco sino también tonos ocres en amarillo de distintos tonos, hasta alguno con toque rosa salmón como podrán ver en algunas de las fotos un poco más abajo. Llama mucho la atención y no sólo a los turistas.


 

 

 

 

Otro elemento que también destaca es la presencia de las palmeras. No me atrevería a decir que todas sean de la variedad autóctona pero seguro que en su mayoría lo son.


 

Este paseo en concreto me trae muy buenos recuerdos cuando de pequeño cogía la bicicleta y mi hermana con sus patines ¿puede ser? mmmm. Subíamos desde Santa Cruz en el coche con mi abuelo y por unas horitas podíamos campar a nuestras anchas a lo largo del paseo sin peligro del tráfico. Domingo sí, domingo no no faltábamos a nuestra visita. Está tal y como lo recuerdo a pesar del paso de los años.

Espero que los que no hayan estado aún en esta ciudad, no dejen de visitarla cuando estén por la isla. Pasear por sus calles, tomarse un cafecito en alguna de las terracitas, visitar los comercios locales y disfrutar de sus edificios y monumentos históricos.