Mi favorito

 

De entre tantos edificios que pueblan la ciudad, repartidos entre la isla de Hong Kong y la península de Kowloon, hay bastante donde elegir en cuanto a estilos arquitectónicos. Desde los más modernos como el ICC hasta otros que a pesar de su aspecto ya llevan más de 20 años en pie y lucen igual que desde el primer día.

¿Se imaginan cómo sería la ciudad 50 años atrás? desde luego que el panorama era bien distinto del actual. La falta de espacio y el ingenio han hecho de la ciudad una tierra de rascacielos. Cientos de metros que se pierden en el cielo, edificios que dan cabida a: oficinas, negocios y viviendas. Casi a la par con Nueva York, otro de los lugares del planeta conocido por su elevado número de edificios altos.

No sabría decirles cuantas veces habré nombrado este edificio pero seguro que les es más que familiar. Su nombre: International Finance Centre 2 o IFC 2 que se engloba dentro del conjunto formados por el IFC 1, el centro comercial IFC y el hotel Four Seasons. En un día de cielo azul, se alza majestuoso hasta la altura de 415 metros de altura (88 plantas), el segundo edificio más alto de la ciudad.
 

Obra del arquitecto César Pelli y abierto al público en el año 2003. En su interior algunas compañías y bancos de prestigio tienen sus oficinas, tales como: BBVA, Bank of America, BNP Paribas, Ernst & Young… el sitio ideal que está a mano de todo, el corazón financiero de la ciudad. Con buena transporte por parte de la estación de HK (línea de Tung Chung y Airport Express), además de tiendas y otros servicios del centro comercial.

No nos podemos olvidar de su hermano pequeño, el IFC 1, que suele permanecer un poco en la sombra.
 

Desde una de las terrazas que hay a los pies del IFC 2, podemos contemplar el mar de edificios que se extienden hacia el interior de la isla. Yendo desde el distrito de Central y adentrándose hacia Wan Chai y Causeway Bay.
 

Como no, la gente aprovecha los días de buen tiempo como este para disfrutar del solecito mientras toma algo y charla con los amigos, y de paso podemos coger un poco de colorcito. Un sitio ideal para llevarnos nuestro almuerzo y sentarnos en alguna esquinita o bien haciendo uso de las mesas del RED bar que son para uso público, todo un acierto.
 

Ni que decir que las vistas hacia el lado de Kowloon es otro de su punto fuerte. Al fondo, solitario el ICC, el único que la hace sombra. Diseños bien distintos que los hacen únicos en su especie.
 

¿Cuál de los dos elegirían? yo ya lo tengo claro 😀

 

Georgetown

 

Así como quien no quiere la cosa, se han venido a juntar entradas algo parecidas. Si bien ayer eran las calles de Kowloon, hoy cambiamos de escenario y nos vamos a trasladar hasta Malasia y más concretamente a Penang.

La ciudad de Georgetown es el núcleo principal de esta isla, que a lo largo de los años ha sabido conservar sus edificios históricos y conseguir una identidad propia. Por ello es considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2008. Destacan sus edificios de estilo colonial y de vivos colores. Ciudad en la que conviven varias culturas como la china, malaya e india por nombrar algunas, con sus barrios diferenciados que hacen la hacen más peculiar si cabe.

Remontándonos un poco en la historia, en sus orígenes a Penang se la conocía como «Pulau Pinang» o «Isla de la Nuez de Betel». Sería en el año 1786 cuando el capitán Francis Light pisara la isla por primera vez, pero no sería hasta años más tarde y por la insistencia del mismo que conseguiría un trozo de tierra que formaría la ciudad de Georgetown tal y como se conoce hoy en dia, estatus que conseguiría en el año 1957 otorgado por la reina Isabel II. Su puerto gozaba de bastante actividad debido al comercio de té, especias, porcelana y textil.
 

Como muestra tenemos el ayuntamiento que aparece en la siguiente foto.
 

 

En cambio otros, de aspecto algo más descuidados pero que le dan su cierto glamour ¿No les parece? aunque una manita de pintura lo haría lucir con más esplendor. Es bonito que haya un equilibrio entre los viejo y lo nuevo, lo cuidado y lo descuidado, ambos se complementan; más motivos para poder disfrutar de los encantos de esta ciudad con tanta historia y tradición a pesar de sus pocos siglos de vida.
 

La zona de Little India con sus tiendas de telas, compra/venta de oro, los últimos cds musicales o también puestos de comida. Son olores que se mezclan en el aire, el del curry junto con las varillas de incienso y el de algunas flores, música a gran volumen y gente activa.
 

 

Las calles del barrio de China Town desiertas en una tarde de sábado. Fue algo un poco inesperado, porque siendo fin de semana, pensábamos que habría más actividad y nos equivocamos. Eso igual es porque ibamos con el chip de Hong Kong y sus calles y/o tiendas non-stop, o casi.
 

Se empieza a hacer de noche por los alrededores de la la mezquita Kapitan Keling, y eso que apenas son las 6 y media de la tarde.
 

Ahí es cuando llegó el momento de improvisar la cena de aquella noche, pero que resultó más que satisfactorio. Les dejo por hoy que se hace de noche y el fin de semana ya da comienzo, nos leemos el lunes 🙂

 

En guagua

 

Nada como estar un poquito más por encima del nivel de la calle para que nuestra percepción cambie un poco. Si es que somos «animales» de costumbres e incluso en una ciudad como Hong Kong, tan vertical, con la vista al frente se nos pasan algunos detalles que están más arriba.

Eso me recuerda que Pau observaba un dato: ¿por qué algunos carteles están en rojo y otros en azul? Con la pregunta en mente y habiendo observado lo que indica uno y otro, llego a la conclusión que el rojo es para los lugares turísticos y el azul para estaciones de metro, guagua, subterráneos… Curioso el apunte.
 

La calle Nathan Road, digamos casi infinita, que se extiende desde Tsim Sha Tsui hasta Prince Edward. Un buen pateo en toda regla, donde se alternan edificios de viviendas, comercios, hoteles, restaurantes… Las calles perpendiculares que desembocan a esta, estrechitas y que se pierden a lo lejos.
 

 

Gente que viene y va o hace tiempo a que aparezca la guagua que los lleva de vuelta a casa. La actividad por esta calle es una constante, y da igual que sea fin de semana, noche o día. Es el eje de la zona de Kowloon.
 

Cualquier esquinita es buena para poner un negocio. Nadie como la gente de Hong Kong para aprovechar el espacio
 

Nada como un paseo en guagua por esta zona u otras de los alrededores, bien en Kowloon o por la isla de Hong Kong. A parte de ir más cómodos, nos permite «espiar» cómo transcurre la vida por las calles de una forma más discreta, a pesar de que la pasión por la fotografía es algo que sucede con bastante naturalidad en esta ciudad. Detalles que no dejan de sorprender por muchas vez que se pase por los mismos sitios, siempre habrá algo que «salte» ante nuestros ojos.

 

Nueva obra

 

Un arquitecto que cuenta ya con algunas obras en la ciudad y nuevamente volverá a dejar su sello con un complejo situado en la zona de Kowloon. Si nombrase el edificio central del banco HSBC o la terminal del aeropuerto de Hong Kong, seguro ya saben a quien me estoy refiriendo verdad? Se trata del estudio de arquitectos de Sir Norman Foster el que se ha llevado el gato al agua en este concurso para revitalizar el distrito de Kowloon Oeste. El nombre del proyecto: «City Park»

Las ideas iniciales son del año 1998 pero no fue hasta el 2008 cuando se lanzara el concurso oficialmente organizado por la autoridad del distrito de Kowloon. Un proceso lento, en el que también se realizó una encuesta pública durante los años 2009 y 2010, y así valorar la opinión de los residentes. Ya está todo listo y a falta de que empiecen las obras para ejecutar el proyecto.

Para que se hagan un idea, esta es la idea presentada.
 

Como se puede observar, las zonas verdes cubren gran parte del espacio. La gente paseando mientras disfruta de las vistas al mar y al skyline de la isla de Hong Kong. No faltarán tampoco las zonas donde sentarse y descansar un poco, creando un ambiente fresco y agradable.
 

Tampoco se ha descuidado el aspecto cultural y de ocio, dotando a la zona de teatro o salas de música en las que se lleven a cabo diversas actuaciones y/o espectáculos. Es lo que realmente necesita esa zona, ya que, en la actualidad está todo un poco muerto. Sólo si estamos en el centro comercial Elements situado en la estación de metro de Kowloon, podremos encontrar cosas, pero de resto, aún queda por desarrollarse la zona.
 

Este proyecto ocupa una extensión de 40 hectáreas y con un coste de unos 2,8 billones de US$ aproximadamente, unas cifras importantes como pueden ver. En lo que respecta a los finalistas del concurso, a parte del estudio que se ha impuesto, los otros dos: Rocco Design Architects Ltd. y Office for Metropolitan Architecture liderado por el holandés Rem Koolhaas, también tendrán su hueco dentro del proyecto final, ya que, parte de sus propuestas se integrarán en el conjunto.

Esperemos que se cumplan con las expectativas y la larga espera haya merecido la pena. Por lo pronto, creo que ahora tocarán un par de años de obras intensas hasta que se culmine

Nota: Todas las imágenes que acompañan esta entrada han sido sacadas de Bustler.net