Mundo cómic

Este domingo que estábamos dando una vuelta por Tsim Sha Tsui después de almorzar algo y con una temperatura muy agradable para pasear, nos metimos en el parque Kowloon (del que hablaré prontito). Un pequeño pulmón dentro de tan bulliciosa zona y que se agradece sobre todo durante el fin de semana. Y para nuestra sorpresa dimos con una pequeña exposición de cómics de Hong Kong, parece que hacía no mucho que la habían estrenado. Así que, estuvimos curioseando un poco por allí.

La lista de personajes es bastante completa y siendo sincero, muchos de ellos eran para mi unos desconocidos. Fue una agradable sorpresa encontrar la pequeña avenida dentro de parque. A continuación algunos de los que más me llamaron la atención.

Éste si que me lo conozco, es el simpático cerdito McDull, presente en la tele en algunos anuncios y tan popular entre los niños.



 

Clara inspiración en las artes marciales con muchos de ellos.


 

Incluso este agente especial tan particular pero inspirado en el bien conocido James Bond. Su versión asiática, jeje.

Este es el personaje basado en Bruce Lee y que ha estado en forma durante casi 40 años, uno de los más longevos dentro de los personajes de cómic de la ciudad.

Aprovechando, había algunos puestitos donde comprar algunos souvenirs y la gente aprovechando para dar un vistazo en busca de algo interesante.

Esta sin duda parecía ser uno de los personajes más populares de todos, se llama Cloud y parece sacado de un videojuego tipo Street Fighter o similares, ¿no les parece?

Aunque sea la primera vez que se organiza un evento de estas características, espero que la aceptación sea buena y quien sabe si pasa a ser una exposición permanente, bien en la misma ubicación o en otro sitio que encuentren igualmente apropiado. Interesante conocer un poquito sobre el mundo de los cómics.

Torre del reloj

Por allá en 1910 se iniciaban las obras de la estación de tren de Kowloon, el inicio de la ruta hasta Cantón, el KCR. La torre que hoy sigue en pie hasta nuestros días se terminó en 1915 aunque el resto de la estación no fue hasta el año siguiente. Con el tiempo la ruta se trasladaría hasta Hung Hom. Por suerte, aunque se demoliese la estación, se pudo conservar la torre del reloj y pasó a ser declarado monumento de la ciudad en 1990.

Es un símbolo destacado de la zona junto al Centro Cultural y el cercano Museo del Espacio. Una zona de fuentes y palmeras conforman los alrededores.

Nuevos tiempos corren pero el reloj ha seguido fiel a sus orígenes, un símbolo más del pasado de la ciudad y nos trae recuerdos de hace ya más de un siglo casi.

Una pena que no se lleve aquí lo de hacer las campanadas porque es un lugar propicio para su celebración 🙂

Nuevo bloque

Recuerdo cuando cada mañana para ir al trabajo tenía que cruzar este puente que lleva hasta la estación de Olympic y de ahí un par de paradas ya estaba en la isla de Hong Kong, pequeño trasbordo y en Admiralty. Hace ya dos años de eso y que nos mudamos hasta el final de la línea naranja, Tung Chung, y aunque antes nos dejábamos caer un poco más por la zona ya que está cerquita de Mongkok, hacía unos meses que no pasaba por allí. Aprovechando que este lunes tenía libre aproveché para acercare y curiosear qué novedades podría haber en la zona tras este tiempo.

Una de ellas, aunque cuando nos fuimos ya llevaban tiempo trabajando, era un nuevo edificio justo al lado de donde vivíamos nosotros. Desde nuestra ventana veíamos a diario como poco a poco desde los cimientos, éste iba creciendo pero aún le quedaba por levantarse. Su nombre tampoco tiene desperdicio: «Imperial Cullinan». Y es que bien les gusta buscarse nombres sonoros y con pompa, les encanta.

Diría que hará un año escaso que el edificio esté en pie y ya con sus inquilinos, aunque desde fuera se nota que quedan pisos aún por llenar. Un nuevo bloque en el vecindario y creo que de momento la zona se ve bien así. Dudo que se pongan a construir en las cercanías, aunque tiempo al tiempo porque todo puede cambiar y expandirse. Desde luego que Olympic era buena zona para vivir, cerquita del centro y tranquila a la vez, pero los precios de mercado no han hecho más que dispararse. Me imagino cuánto costará el alquiler o venta de los pisos en este nuevo edificio. Apostaría que algo más que el edificio de al lado donde vivíamos nosotros, su aspecto impone, muy moderno y con esos reflejos platas y azul oscuro de los cristales. En esta foto, a la izquierda el nuevo edificio y a la derecha donde solíamos vivir, ciertamente le hace un poquito de sombra en varios aspectos, y su interior seguro que no es para menos.


 

Mientras tanto la actividad en las aguas cercanas no cesa. Ahí siguen las plataformas que operan de noche y día, barcos que van y vienen, pero sin afectar a la calma del lugar. Un paisaje diferente y que queda a medio camino del skyline. Un buen lugar para vivir, lástima que no pudiésemos continuar allí pero dentro de lo que cabe, Tung Chung tampoco es mal lugar aunque la gente ponga cara de asombro porque creen que está demasiado lejos.

Acogedor

Si hoy estaban esperando que hablase de comida, va a ser que no y he pensado mejor que entre tantos platos también hay cabida para dar a conocer sitios donde disfrutar de una buena copa o cóctel. El ocio nocturno de la ciudad tiene infinidad de sitios, muchos que llevan ya un tiempo establecidos, unos que vienen y otros que van.

Desde luego que soy mejor conocedor de sitios en la isla de Hong Kong pero en lo que respecta a la zona de Kowloon también hay unos cuantos sitios muy interesantes donde tomar algo, aquí uno de ellos y de reciente descubrimiento por mi parte. Se trata del lounge «Room One» que está en el hotel Mira en Tsim Sha Tsui. Sofás cómodos, buena selección de bebidas y hasta con algo de música en directo. La idea surgió cuando después de haber ido a cenar hot pot con unos amigos sugirieron de ir a tomar un postre o una copa, finalmente decantándonos por la segunda opción.

La iluminación algo tenue y con luces de tonos azules, violetas; crea una atmósfera algo más personal. La música no demasiado alta permite que charlemos sin problema. Tan sólo una velita da luz a las mesas pero es más que suficiente.

Y de los cócteles, ¿qué decir? desde los clásicos mojitos, margaritas o caipirinhas hasta una selección de whiskies o algunos cócteles marca de la casa. Como ven en la mesa, la mayoría se decidió por gustos afrutados. Yo en concreto pedí el Red Lotus, combinación de vodka con lima, frambuesa y fresa con unas hojitas de menta. Me agradó bastante la verdad, y del resto de la gente creo no haber escuchado ninguna queja al respecto, jeje.

Un lugar alejado del bullicio de las compras, perfecto para ir con amigos o en pareja y merece la pena probar. Para mi desde luego fue una grata sorpresa el lugar, les animo a que si tienen ocasión no dejen de ir si quieren disfrutar de lo que ofrece la noche en el lado de Kowloon.


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