Vale x 3

 

Echando cuentas estos días atrás, sabía que a finales de este mes de agosto había un aniversario que celebrar hasta que finalmente hoy he revisado cuál había sido el primer post que daba comienzo al blog.

Justamente ayer día 25, se hacían 3 años y rozando casi las 600 entradas, con las que me puedo dar bastante satisfecho. Y haciendo reflexión: hay meses más productivos que otros pero lo importante es tener constancia y no abandonarse, y el resto va saliendo solo. Dar el primer paso, pensar una temática y plasmar nuestras ideas a golpe de tecla. Anímense aquellos/as que aún duden en abrirse un blog, no se arrepentirán.

Muchas cosas han pasado en todos estos meses, las cuales he intentado transmitir desde este espacio y con mi toque personal. Agradecer ante todo sus comentarios, sugerencias y críticas, que ayudan a mejorar y que pueda seguir enganchando. Hasta ahora no he perdido la ilusión de seguir escribiendo y que perdure para poder seguir contándoles el día a día, escapadas viajeras, aficiones, cultura, vivencias… y hacerlo de la forma más amena posible.

Esto continúa para largo, es la intención 🙂 Seguimos pa´lante en Chicharrero por Hong Kong
 

 

Al bambú

 

Si hay algo con lo que uno disfruta cuando viaja, a parte de conocer lugares, gentes o cultura, es la comida. No habrá viaje en el que no hayamos probado algo nuevo, y esta vez tampoco iba a ser menos. Hasta ahora, el único plato novedoso había sido el pescado a la cerveza que pudimos probar en nuestra primera cena en Guilin. Estaba muy bueno de sabor, pero el pescado en cuestión tenía bastante espinitas pero habiendo paciencia.

El día que aprovechamos para subir a Longsheng, mientras ibamos en la guagua nuestro guía fue haciendo una pequeña introducción de lo que nos encontraríamos en la zona y sin olvidarse del apartado gastronómico. El plato que tendríamos ocasión de probar y típico de la zona: arroz al bambú. El «misterio» se desvelaría un poco más tarde.

Luego, en lo que íbamos ascendiendo entre las casas de Ping An, empezamos a observar cómo cocinaban este plato tan particular. Al método tradicional con su fogoncito y estar atento para girar el bambú de vez en cuando y que no se nos pase el arroz 🙂 Si se fijan hay dos tamaños de bambú, y es que eso dependerá de si queremos una ración individual o una algo más grande para compartir.
 

Todo es cuestión de organizarse como esta señora: una cesta para los bambús que aún no han sido cocinados y su cubo con agua para enfriar los bambús después de que estén listos para poder comer.
 

Y aquí tenemos el resultado de nuestros bambús una vez abiertos y esperando los primeros bocados. Aprovechamos para pedir tanto de arroz como de pollo, y ciertamente el sabor que le da el bambú es interesante y una presentación del plato muy curiosa, desde luego. Además del plato estrella, tampoco faltaron unas verduritas salteadas o un poco de carnita con setas y más verduritas.
 

 

Todo tenía una pinta fantástica y sólo quedaba hincarle el diente a la comida, que se nos enfría. ¡¡Al ataque chicos!! palillos preparados y yaaa… pero déjenme algo mientras dejo la cámara aparcada por un rato 🙂
 

Desde luego que algo de cervecita no faltó pero que conste que éstas no son nuestras, que sino no sé cómo ibamos a subir hasta lo alto de los arrozales o volver a la guagua que nos llevaría de vuelta a la ciudad.
 

Después de disfrutar tan suculenta comida y a un precio realmente bueno, no había muchas ganas de ponerse a patear pero cuanto antes mejor que sino nos entra la modorrita y se desperdicia el tiempo que tenemos para visitar las terrazas de arroz ¿Quién se anima a limpiar bambús? Me pregunto que harán luego con ellos, porque según nos contaron, sólo se usan una vez para cocinar y luego… Seguro que le sacan buen provecho y algo útil se saca de ellos, así que despacito y buena letra y a darle al bambú.
 

 

Enrevistado

 

¿Se acuerdan cuando les comentaba la invitación que habíamos tenido mi compañero Enrique y yo a un restaurante de comida española? de eso hace ya un par de meses, pero no ha sido hasta ahora que finalmente ha salido publicado el artículo en la revista en cuestión: Grocer & Caterer en su edición del mes de agosto.

Les había prometido algunas fotos de la comida y he podido rescatar del artículo: un poco de pulpito a la gallega y una tabla de embutidos. Como no, un pinchito de tortilla española no puede faltar y acompañado de vinito, tinto o blanco a su gusto.
 

En esta ocasión, el vino tinto fue el elegido y el más adecuado para combinar con los platos que ibamos a degustar a continuación. Y si me preguntan: ¿de dónde era? ufff… mi paladar no es tan exquisito, pero tenía buen aroma, no muy fuerte de sabor y entraba muy bien con la comida, qué más se puede pedir.

Aquí momento in fraganti, copa en la mano, echando un buchito de vinito. ¿Estaba bueno, no? 🙂
 

Y entre bocado y bocado, trago y trago, no podía faltar una buena sobremesa. En compañía de David Izquierdo que es el chef del restaurante Uno Mas, lugar donde se celebraba la degustación. No recuerdo de lo que estábamos hablando en ese momento, pero tenía que ser bastante divertido desde luego 😀
 

Una experiencia y una comida genial que tuvimos el placer de probar y compartir nuestras sensaciones con la gente de la revista que nos había invitado. ¿Se repetirán más ocasiones como ésta? Ya saben que siempre estaremos dispuestos a aportar nuestro paladar y opiniones.
 

Hecho de papel

 

Por mucho que pase por un sitio, siempre hay algo nuevo que nos pueda ofrecer. Uno de esos lugares de la ciudad con nombre propio es: Mongkok, zona que frecuento a diario ya que es por donde tengo el gimnasio y se encuentra a pocos minutos caminando desde casa. Un lugar en constante ebullición y más aún durante el fin de semana.

En la zona se encuentra el Langham Place, centro comercial con tiendas de todo tipo, restaurantes y cine, pero que también sirve como espacio por el cual pasan exposiciones de lo más variado. Bien sea la época de Navidad, Semana Santa o Nuevo Año Chino, seguro que hay algo en marcha, o también fuera de fechas tan señaladas. La exposición que nos ocupa en esta ocasión se trata del artista Kit Lau el cual ha llevado a cabo un interesante libro de desplegables con la ciudad de Hong Kong como objeto, y en el que representa algunas de sus caras más conocidas. Por ello, esta exposición sirve para tener una visión aumentada de lo que es libro ¿Me acompañan a verlo?
 

Es la esencia de las calles de Kowloon en estado puro. Edificios de distintas alturas que se apretujan, restaurantes, tiendas, vehículos…
 

 

Tampoco nos podemos olvidar de algunas de las ilustres calles como Tung Choi Street o la calle del Ladies Market, paraíso para los amantes de las compras y los que quieran buscar aquel souvenir de Hong Kong que no pueda faltar en sus casas o para sus amigos.
 

¿Y qué me dicen de los carteles de las tiendas? sigo sintiendo fascinación cada vez que los veo. Es mirar hacia el fondo de la calle y cómo se entremezclan, con tamaños diversos, colores llamativos… pero todos conviviendo en perfecta armonía.
 

La gente que pasa por el lugar se arrejunta y no quiere perder la ocasión de sacar fotos. Bien sea en grupo o bien de forma individual, y es que aquí lo de las fotos causa un furor. Ya lo sabe la gente que como yo vivimos en Asia, no se pierden una y si es con pose en la foto, más kawai 😀
 

 

Trazos simples pero que captan la vida de la calle con sus gentes, sus negocios… Me gustó mucho este de un restaurante tradicional, los detalles son geniales.
 

Picado por la curiosidad he querido investigar un poco más sobre el autor y sus trabajos, y he dado con esta web. Antes de cerrar la entrada de hoy, recomendar este vídeo donde poder ver con todo detalle uno de sus libros, no tiene desperdicio. Espero que les guste.
 

My Favourite Pop-Up Book. from Furkids on Vimeo.