Descubre Lantau

 

La gente no sabe por lo general el lugar privilegiado que es esta ciudad para descubrir sus montes y sus rutas. No todo es jungla de asfalto y hormigón, y la isla de Lantau es una buena prueba de ello. Es la segunda más grande del territorio y es un su totalidad un espacio de parque natural y con poca población que se concentra en ciertos puntos como pueden ser Mui Wo, Discovery Bay, Tai O o Tung Chung. Lugar que es propicio para la organización de carreras de trail-running.

Aprovechando los entrenamientos que estoy haciendo para la carrera de finales de mes, un fin de semana quise descubrir una ruta que tenía ganas de coger desde hace tiempo. Y es que hay un camino que transcurre en paralelo a la ruta de metro de la línea HK-Tung Chung. Camino de cemento hasta que llegas a una desviación y es cuando se pone interesante, primero con un pequeño estanque y el camino que se adentra entre los árboles poco a poco, y con algunos elementos que son muestra del pasado como este horno incineradora de los años 50 (según indicaba un cartelito).

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Esa parte del camino tiene una ligera pendiente hasta que después de unos 200 metros, empieza a llanear de nuevo. Para mi sorpresa me encuentro con algunas casitas que van salpicando el paisaje y este puente que cruza el riachuelo con el lecho de rocas. En la época de lluvias me imagino la cantidad de agua que puede transportar, y seguro que emboca directamente al estanque por el que pasamos antes.

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Otro de los descubrimientos durante el camino es esta escuela abandonada. El nombre indica que es la escuela de Pak Mong, de las tres aldeas. Me pregunto cuántos años habrán pasado desde que esté abandonada. En su interior algunos pupitres, todo muy polvoriento y con los cristales de las ventanas rotos. No me gustaría pasar de noche por ahí, se imaginan…
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En esto que el camino empezaba a descender y en esta especie de valle, un pequeño conjunto de casas y con algunos campos de cultivo. Lo curioso es que por el camino por donde bajaba, tenía el ancho exacto como para que pudieran pasar vehículos, y así fue como me encontré algunos coches y motos por los alrededores. Un sitio algo aislado del que desconocía su existencia, pero bastante bien organizado con su red de cañerías y hasta con un servicio de baños públicos como pude comprobar.

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Casas en medio de una tranquilidad absoluta y tan sólo rodeadas por tierra y otro pequeño riachuelo que transcurre por un lateral. Como casa de fin de semana para evadirse del centro no está nada mal, la cosa es llegar hasta allí, lleva su tiempo.

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El camino se bifurcaba por momentos dando acceso a otros pequeños grupos de casa, pero el camino principal iba en dirección hacia la zona sur-este de la isla y más en concreto hacia Mui Wo. Si hubiera dispuesto de más tiempo aquel día, no hubiera dudado en seguir el camino hasta el final pero tenía que regresar. No dudo que regresaré para terminar la ruta y recorrerlo con más calma.

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Dato que se me olvidó comentar, y tal y como dice en la indicación, una de las rutas cercanas fue de cuando las Olimpiadas de Pekín. Apuntado para otro día queda.

Nocturno

No valen las excusas aunque el tiempo esté más fresco y no apetezca tanto salir a correr, a pesar de tener la opción del gimnasio, nada como estar al aire libre. Tung Chung es un sitio genial con cantidad de espacio y eso se agradece. De momento parece que el madrugar me está costando con lo que sólo queda ir por la noche después del trabajo, bien sea antes de cenar o luego un pelín más tarde. Coger el hábito de ir varias veces por semana e ir probando varios recorridos, y tirar pa’lante.

Ayer fue una noche con ligeras gotitas de lluvia pero agradable, pues así refrescaba una vez había arrancado a sudar. Con poca sensación de humedad en el ambiente. En comparación con días anteriores parecía que había menos gente de lo habitual, bien sea corriendo o en bicicleta también.

El recorrido que suelo hacer es partiendo desde casa y en dirección al final de la calle donde vivo pasando el siguiente bloque de edificios, media vuelta y hacia la zona donde está el teleférico y con vistas al aeropuerto, zona muy tranquila y donde te puedes encontrar alguna gente pescando. De ahí se puede coger unos subterráneos que llevan hasta la zona alta y así no tener que pisar la calle, está genial.

En modo preparación de cara a la medía maratón de la ciudad el próximo 24 de febrero. ¡Vamos a por ello!

Hielo

Buenos recuerdos tengo de los veranos en Inglaterra hace ya un tiempo atrás. A parte de poder practicar el idioma las semanas que pasaba allí, siempre habían actividades después del horario de clases para disfrutar de nuestro tiempo libre. Así es como tuve la oportunidad de descubrir el patinaje sobre hielo. Nunca antes tuve la ocasión de probarlo, sólo el patinaje tradicional de ruedas y con ganas de ver qué sensaciones depararía. Ver esa cuchilla tan fina deslizándose sobre el resbaladizo hielo, era el primer paso pero bueno ahí estábamos para aprender.

Lo recuerdo como si fuese ayer, salir con precaución a la pista y pegarme al lateral mientras avanzaba lentamente intentando acostumbrarme a la superficie y moviendo los pies pero siempre siguiendo la valla como guía. Mientras tanto ves como otra gente que ya tiene más práctica da vueltas a más velocidad e incluso algunos hasta hacen algunas piruetas. Yo poquito a poco hasta coger confianza, y resbalarme menos, eso lo más importante 🙂

Quien me iba a decir encontrarme en Hong Kong pistas de hielo. Hasta el momento tengo dos ubicadas, una que se encuentras en el centro comercial Elements en la estación MTR de Kowloon (línea naranja); precisamente estas fotos que acompañan la entrada de hoy fueron sacadas allí. Y la otra en el centro comercial Festival Walk situado en Kowloon Tong (línea verde). Creo que hay otra pista en APM en Kowloon Bay pero esa no la he visitado, aunque si he estado hace bastante tiempo de pasada por ese centro comercial. Con este tiempo apetece ir a patinar un poco, ¿verdad? aunque casi todo el año se puede mientras uno se mantiene al fresquito de los centros comerciales.

El público es muy variado, desde los pequeños que apenas se han iniciando pasando por adolescentes y adultos. Bien sea en pareja, con la familia o los amigos. Cada cual va encontrando su propia ruta dentro de la pista, en armonía en una y otra dirección.

No estaría mal intentar desenpolvar mis habilidades en la pista de hielo para pasar un buen rato, recordar los viejos tiempos 😀

Ruta ligera

Algo tiene el otoño en Hong Kong que apetece salir más al monte y salir a caminar. La humedad del calor ya no está tan presente aunque extrañamente como había comentado unos días atrás, parece que el verano no quisiera irse del todo. No obstante, el fresquito por las tardes se agradece. Plan de un día para otro, me llama un amigo y me comenta que piensa ir de caminata con otro amigo que recién llegó a la ciudad, y nada mejor que descubrir la otra cara de la ciudad. Inicialmente había pensado hacer la subida al pico Lantau que curiosamente hicimos justo hace un año por estas fechas, pero finalmente variamos la ruta y hacemos otra un poco más suavecita.

Saliendo desde el centro de Tung Chung, nos vamos alejando hacias las afueras y en dirección a la carretera que conecta con el sur de Lantau. Nos sirve de eje hasta que llega el punto donde nos desviamos a la derecha y nos metemos más en naturaleza. Ciertamente el GPS no hizo mucha falta porque me acordaba bien de cabeza, y eso que la vez anterior yo simplemente seguía al grupo. Sólo un momento de duda tuve, pero una pareja local que pasaba cerca nos indico el camino a seguir. Íbamos en dirección hacia el Ngong Ping, famoso por ser la ubicación del Gran Buda sentado y un punto turístico destacado de la ciudad.

Durante el ascenso nos cruzamos alguna gente que hacía el recorrido a la inversa, pero por lo general todo muy tranquilo. Nuestro ritmo bastante rápido en comparación con la otra vez, pero eso no quitó para hacer algún descansito, tomar agua y coger el aliento, porque hay algunos tramos de pendiente que realmente son un poco rompepiernas, jeje. Parar a disfrutar y sacar alguna foto del paisaje, cubiertos por la sombra de los árboles. Un día especialmente nublado, con una capa de neblina flotando en el ambiente y la humedad un poco alta; buen ejercicio desde luego.

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Llegado el punto que si queríamos desviarnos un poco, siempre podríamos volver hasta la carretera principal y retomar el ascenso via Pak Kung Au, pero creo que mejor hoy vamos con algo más ligerito para ir cogiendo el tono.

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Una ruta sencilla, con algunos puentecitos y todo el camino muy bien pavimentado como suele ser habitual en las rutas que hay repartidas por el territorio, cosa que se agradece aunque a veces uno echa en falta tener el camino un poco más salvaje 🙂

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Las lluvias poco se han hecho aparecer pero seguro que no tardará en caer algún buen chaparrón que hará que el agua fluya entre las rocas. Comentábamos durante la caminata, lo bien conservadas que están las zonas donde hay pendiente, sin obstáculos para que el agua corra sin problema y además de bien catalogadas.

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De vez en cuando alguna casita en medio de la nada, algunas de ellas hasta con un huerto bastante completito. Seguro que con lo que produzcan les da para abastecerse sin problemas, a lo que surge una pregunta: ¿cada cuánto bajarán hasta el centro de la ciudad? porque es un buen paseito…

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El color del otoño: los tonos marrones y algunos rojizos. Muchas hojitas caidas a lo largo del camino, es una época bonita y en la que apetece perderse por los montes, salir de la ciudad y sentir como la temperatura baja unos graditos conforme subimos en altura. Al cabo de un rato, junto con la humedad, el efecto del sudor y la presión en las rodillas, pero ya sólo nos quedaba el último trecho. Luego ya sólo quedaría llanear.

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Total que entre que salimos desde Tung Chung y hasta llegar a las cercanías del Buda, invertimos algo menos de 2 horas, pero diría que la ruta en sí apenas 1 hora 20 minutos, un ritmo bastante bueno, paso ligero y constante, además de incluir dos paraditas técnicas, y claro, de vez en cuando sacar la foto de rigor y coger el ritmo de mis dos compañeros de ruta. Ya que estamos había que hacerle los honores al buda, no?

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Una ruta recomendable para cualquier persona y que no tiene dificultad extrema sin ser unos tramitos algo empinados, pero también es bueno contar con escaloncitos en los laterales para facilitar la subida de la rampa.

Buena ruta de domingo para después terminar en la playita de Cheung Sha al sur de la isla. Bastante gente a eso de las 3 de la tarde cuando llegamos. Reponer fuerzas comiendo algo y luego una cabezadita en la arena, nos quedamos KO al poco, de lo más relajante.

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