Correr en Tokio

Parece mentira que hayan pasado ya casi 5 años desde la última vez que estuvimos por Tokio, de cuando Alberto estaba con su máster. Los que me vengan siguiendo de cerca durante los últimos años, me he aficionado a correr y he aprovechado para participar en algunas carreras tanto en carretera como en montaña.

Algo que empezó como un simple reto de cara al año 2103 y que le he seguido dando continuidad a la par que he ido alternando con las temporadas de dragonboat. Las medias maratones han sido digamos mi punto fuerte, aunque tampoco han faltado otras distancias de cara a cuando preparamos el Oxfam Trailwalker de hace unos pocos meses.

Finalmente, le toca el turno a mi primera maratón y será todo un honor correr en Tokio. Una ciudad que digamos conozco bien, aunque parece que el tiempo siempre parece escaso y también es una buena excusa para regresar a redescubrirla. Pasar corriendo por algunas de sus calles principales y vivir el ambientillo de ese día, seguro que va a ser algo muy especial.

correr en tokio

Hoy estamos volando para tener unos días con tranquilidad y también recoger el dorsal de la carrera en la Expo de la maratón. Alguna carrerita suave quizás y de resto descansar y estar preparado para la carrera.

No faltará la buena comida y hacer carga de hidratos en los días previos. Seguro que un buen bol de ramen ayuda, entre otras cosas 🙂

Nos leemos a la vuelta, y mientras tanto estaré al hilo a través de las redes sociales.

Frío histórico

Normal que durante este comienzo del año y metidos en pleno invierno las temperaturas hayan descendido un poco, pero lo que no se imaginaba uno eran que bajasen tanto como ha sucedido este fin de semana. La previsión del tiempo ya lo había anticipado pero no fue hasta la noche del sábado cuando se notaron con más intensidad los efectos del vórtice polar que afectaba a la ciudad. Un frío histórico con temperaturas mínimas que no se veían desde hace 60 años y sobre todo viniendo de los más veteranos en la región de los Nuevos Territorios.

Algunos participantes de la carrera HK100 que había empezado el sábado por la mañana, tuvieron que ser rescatados en Tai Mo Shan puesto que las bajas temperaturas hicieron que se formase hielo en la carretera con lo que el descenso se hizo algo peligroso. No sólo deportistas sino también los curiosos de turno que querían ver los efectos del frío, incluso algunos se pensaban que iba a nevar. En definitiva, un caos que duró varias horas con colas de coches y vehículos de emergencia.

Algunas de las noticias en el día de ayer:

Coconuts HK
SCMP

El domingo por la mañana casi al mediodía parecía que la temperatura estaba mejor pero en realidad lo que se agradecía es que no soplase viento. Decidía salir a correr un poco y subir a Wu Tip Shan cuando un poco más arriba me encontré con que las gotas en algunas de las plantas se habían quedado heladas; en aquel momento estaría a unos 200 metros de alturas más o menos. Ya se podrán imaginar cómo fue la noche anterior y más aún cómo sería en la cima más alta de la ciudad que es Tai Mo Shan.

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Hoy ya con algo de mejoría, y el cielo ya pintaba mucho mejor junto con un ligero incremento de la temperatura que será de forma gradual en los próximos días. Como medida de prevención, las clases de los niños de preescolar y primaria se han suspendido; y es que muchos de los colegios no están preparados para afrontar este frío tan penetrante.

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Esto tiene que servir como precedente para que los edificios empiecen a estar mejor preparados de cara al frío. De cara al verano no hay problema, pero lo es el invierno nada de nada. Hong Kong es una ciudad donde se notan las estaciones, y vaya que si se notan.

Actividad diaria

Cada uno de nosotros durante nuestra actividad diaria tenemos más o menos tiempo para permanecer activos en función de nuestros trabajos con más tiempo sentado delante del ordenador o más yendo y viniendo para no volvernos tan sedentarios. Es normal que pasemos mucho tiempo sentados y a veces se nos olvide el darnos una vueltita para estirar las piernas, ¿verdad? Hasta aquí nada nuevo, pero con la irrupción de nuevos dispositivos que cuantifican nuestros movimientos es una buena forma de intentar mantener una actividad diaria más constante y si es a modo de recordatorio para los más despistados es una muy buena ayuda.

No es que me considere una persona perezosa o que pueda pasar mucho tiempo sentado pero me ha parecido interesante el poder cuantificar un poco mejor los datos de mi movimientos en casa, la oficina y esos trayectos que uno suele hacer de forma diaria. No sólo eso, sino poder saber un poco mejor sobre las horas de sueño que también está entre los parámetros que puede medir un dispositivo.

Después de haber estado mirando distintas marcas y modelos, finalmente me decanté por el Garmin Vivofit 2. Seguro que habrán visto últimamente bastante publicidad de marcas como Fitbit, Polar, Suunto o la misma Garmin que son algunas de las referencias del mercado.

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Una vez realizado el correspondiente desempaquetado, listo para empezar a usarlo después de una primera configuración inicial que se hace de forma muy sencilla mediante una aplicación para nuestro teléfono móvil o en su defecto también se puede usando nuestro ordenador.

actividad diaria

He estado usándolo durante casi 2 semanas y en lo que se refiere durante mi actividad diaria, ni lo noto porque resulta muy cómodo de llevar. Así que, a parte del reloj que llevo en mi mano izquierda ahora llevo en la otra mano el brazalete; y si uno se fija bien cuando va en el metro, la proliferación de estos dispositivos ha crecido de forma exponencial aunque también diría que muchos lo utilizan porque se ha puesto de moda pero igual no les sacan todo el partido que se podría.

Creo que ha sido una buena adquisición y que me sirve de complemento con la aplicación que suelo usar para registrar mis salidas a correr (Endomondo). Digamos que un regalo de cumpleaños y pre-Navidad con el que de momento estoy bastante contento. Y ustedes, ¿alguno ha comprado alguno de estos gadgets? o quizás, ¿piensan regalarle a alguien uno parecido para estas Navidades? Una buena idea para tenerla en cuenta para las fechas que se nos aproximan.

Oxfam Trailwalker 2015

Creo que no sé por dónde empezar, aunque lo mejor será como todo yendo desde el principio. El gran día para el Oxfam Trailwalker 2015 había llegado. Atrás quedaban 4 meses de preparación con los chicos, tanto a nivel de equipo como a nivel individual. ¿Nervios? Para qué engañarnos.. Pues algo si, pero eramos conscientes de lo que teníamos por delante. Cien kilómetros que nos llevarían desde Sai Kung hasta las afueras de Yuen Long al campamento Po Leung Kuk en Tai Tong. Cruzando monte, playas, asfalto, senderos de roca y muchos escalones.

Con el tiempo suficiente para registrarnos, recoger nuestros dorsales y brazaletes para controlar nuestro tiempo en cada punto de control. Ya sólo quedaba calentar un poco, ver que todo estaba en orden y meternos en el grupo para no salir rezagados. Se notaba que había ganas de salir cuando por la megafonía anunciaban: «15 minutos para la salida». Sonidos de aplausos y vocerío del resto de participantes dispuestos a empezar.

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Aquí metidos en el mogollón a falta de unos instantes para que se inicie la última tanda de equipos a las 2 de la tarde. Empezamos la cuenta atrás de los diez últimos segundos y se empieza a estirar el grupo a medida que la carretera va ascendiendo ligeramente hacia la zona de la presa. Tenemos suerte que el tiempo acompaña y estaba un poco nublado, porque de la vez anterior mira que sudamos.

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Los primeros kilómetros que sirven a modo de calentamiento hay que tomárselos con calma. A pesar de que esos diez kilómetros de asfalto hasta empezar lo que es sendero se puedan hacer un poco largos, vamos alternando un poco de trote suave en las zonas llanas y tramos de bajada. Poco a poco nos vamos acercando al final de la presa y empieza la parte buena de la carrera: la montaña, y seguidamente bajaremos a la primera de las playas por la que pasaremos.

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Las secciones 1-2 no entrañan mucha dificultad pero es a partir del tercer tramo cuando se vienen algunas subidas con zonas rocosas un tanto técnicas. A eso de las 6 de la tarde ya se ha hecho de noche y toca hacer uso de las linternas, vamos pasando varios grupos como buenamente podemos hasta llegar al punto de control nº3 en la que nos esperan algunos amigos para darnos algo de material que les habíamos dado el día previo. Primero el registro y luego a la zona habilitada, no hay tiempo que perder. Rellenar el tanque y comer algo, entre cinco y diez minutos que se aprovechan al máximo. Ya llevamos 35 kilómetros pero vamos con buena motivación y eso cuenta mucho, más aún a la hora de encarar la subida hacia Ma On Shan.

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Recién habíamos coronado Tai Mo Shan, y era todo un alivio saber que tras pasar las cimas de «Needle Hill» y «Grassy Hill», se terminaban los ascensos y la parte más dura de la carrera había pasado. La noche no se hizo tan larga como me había imaginado (algo a lo que le había estado dando vueltas los días previos) y con las primera luces del día estábamos de camino por la zona de grandes rocas en la sección 7 tras haber pasado un punto de control previo y habiendo recargado las pilas con un poco de cafecito caliente que entró de maravilla.

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Yendo cuesta abajo todo bien, y con nuestro amigo Jon que se unió para los dos últimos tramos que nos animó con musiquita además de más conversación. Unas secciones aparentemente fáciles pero que también requerían de fortaleza mental para afrontar esos últimos 22 kilómetros, ya casi estaba hecho pero no había que cantar victoria.

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¡Qué felicidad el haber llegado a la meta! y es que los kilómetros finales se ha hecho un poco cuesta arriba, todos estábamos con ganas de terminar porque las fuerzas ya iban fallando. Cada uno sabía por dónde estaba pasando, ser fuertes de moral y seguir tirando hasta el final. Sobre todo Juergen se merece un gran elogio por haber peleado con una de sus rodillas durante casi toda la carrera; entre todos nos hemos apoyado y no distanciarnos demasiado, conversando de lo que sea para mantener la mente distraida y eso no veas lo que ayudaba.

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Nuestro objetivo inicial eran 24 horas, incluso vimos factible el poder ir hacia las 22 horas pero como decía antes en el tramos final con las fuerzas algo justas se alargó un poco más de lo que nos hubiese gustado. No obstante, un tiempo total de 22horas 53 minutos es algo que firmamos con mucha alegría. Lo habíamos conseguido y sobre todo mantener la sonrisa hasta el final. Un sentimiento de satisfacción enorme y hasta alguna lagrimita también se me escapó. ¡Tremenda la experiencia Oxfam Trailwalker 2015! y sobre todo gracias a mis compañeros Ricky, Pete y Juergen por haberlo hecho posible, ¡juntos hasta el final!