China extensa

Aunque llevo tiempo por la zona aún quedan sitios por ver en China y es no es una tarea fácil, no sólo por lo extensa y también el tiempo que hay que dedicarle para desplazarse entre ciudades de interior algo más remotas.

No obstante, dando un vistazo atrás de los viajes hechos en este tiempo tampoco puedo quejarme pero uno siempre se queda con la espinita de visitar más rincones. El viaje más presente que tengo es cuando fui con mi amigo Alberto hasta Guilin y Yangshuo, y eso que fue hace 4 años casi por estas fechas al comienzo del veranito. Aún lo recuerdo como si fuera ayer, fue un viaje muy completito.

La primera toma de contacto con China continental fue yendo a Pekín durante un mes que fue toda una experiencia para poder practicar el mandarín aprendido durantes las semanas previas, así como poder visitar algunos de los sitios de interés como la Ciudad Prohibida, el Templo del Cielo o la Gran Muralla. Mucho habrá cambiado la ciudad desde entonces y más aún después de las Olimpiadas celebradas en el verano de 2008.

Uno tampoco tiene que irse demasiado lejos desde Hong Kong para descubrir sitios tan interesantes como Huizhou y que dicen tiene cierto parecido con la Venecia de China (Hangzhou) pero que aún no he tenido la ocasión de ir. Puede que cuando tengamos en mente una futura visita a Shanghai, nos gustaría incluir la visita a esta ciudad.

Desde las zonas con más tradición y paisajes increíbles hasta otras que se han modernizado totalmente en los últimos 20 años como puede ser el caso de Shanghai; se dice que esta ciudad quiere plantarle cara a Hong Kong en lo que al aspecto financiero se refiere y como no, los edificios altos no podían faltar y sin descuidar las zonas históricas de cuando la ocupación francesa.

De Norte a Sur, hay muchos contrastes y eso que sólo he estado en las grandes ciudades porque lo que es el interior, tiene mucho por ver y armarse de paciencia en las conexiones; principalmente en tren (aunque la alta velocidad avanza rápido) o sino en guaguas pero que no van por lindas autopistas y se hacen eternos algunos tramos, es lo que sería la China profunda 🙂

Seguro que les gustaría poder saborear un poquito de cada cara y sacar conclusiones, ¿verdad? No dejen de visitar mi página de Facebook o Google+ para más información y posts anteriores.

Pasando por aquí

Otro de los indicadores que nos recuerdan hasta donde llegaba el mar hace muchos años atrás y es que era por donde discurre la calle Johnston con sus tranvías la frontera entre el mar y la tierra. Wan Chai

que era un pueblecito pesquero se ha ido transformando con el paso del tiempo, mezclando tradición e introduciendo elementos más modernos y con partes diferenciadas. El nuevo Wan Chai que conforma la zona reclamada al mar (entre los años 1921-1929) por donde hay hoteles, centro de convenciones y edificios de oficinas / residenciales; la parte que da más hacia el interior que conserva su templo, la antiguüa oficina de correos y los mercadillos que se mantienen en activo.

Poco a poco, como si de champiñones se tratase, hay edificios que desaparecen para dar paso a nuevas estructuras. En la actualidad diría que hay como tres o cuatro ubicaciones con edificios residenciales a punto de terminar, mientras tanto se intenta conservar algunos de los edificios históricos que le dan carácter al barrio.

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Es muy interesante el pararse un rato y leer estos cartelitos, creo que no se les presta toda la atención que se debiera. En ellos nos desvelan datos curiosos del pasado como era la popularidad de las casas de té en la zona que con el tiempo fueron extinguiéndose poco a poco para dar paso a otros negocios. Una mezcla entre dispensarios, tiendas de pescado seco, casas de empeño, puestitos varios y bastante oferta donde comer.

¿Se suelen fijar en los detalles como estos cuando hacen turismo? O bien, van a tiro hecho cuando quieren visitar un lugar. Creo que es importante no perder nunca la capacidad de asombro ante los pequeños detalles, es una buena práctica. Da igual que vivamos en un sitio o estemos de paso, mantener siempre los ojos en alerta.

Paciencia

Un día festivo y más siendo fin de semana, sólo puede significar una cosa: la afluencia de gente, y si a eso le juntamos que se celebraba la festividad de Ching Ming los números se multiplican. Una de esas ocasiones que se tiene que rendir a los fallecidos para visitar sus lugares de descanso, adecentar los nichos y también quemar papeles; terminando con una buena traca de petardos para auyentar a los malos espíritus.

Uno se da cuenta en fechas como estas la mucha gente que tiene a sus ancestros en poblaciones cercanas en la provincia de Guangdong, es un movimiento masivo. Me atrevería a decir que no había visto tanto colapso para salir de la ciudad en comparación con Año Nuevo Chino, que ya es decir.

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Una vez cruzada contra la frontera, tocaba hacer cola para comprar el billete de tren. Más de lo mismo, con la cola avanzado lentamente hasta el mostrador. Nos distribuimos en varias colas para ver quien conseguía llegar antes pero al final el resultado fue el mismo, ya se sabe lo aleatorio que puede ser esto de los mostradores y la gente que tenemos por delante.

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La nuevisima estación de Dongguan que apenas lleva unos meses funcionando, la cual era nuestro destino final y apenas son 45 minutos de trayecto desde Shenzhen.

Algunas zonas de los alrededores aún estar por desarrollar pero ha supuesto un salto cualitativo respecto a la anterior estación en Shilong.

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Y es que viajar en tren en China está mejor de lo que uno piensa, pero ante casos como este no queda otra que armarse de paciencia. Mucha gente queriendo ir hacia el mismo sitio, el mismo día y todos queriendo llegar antes que nadie, y pasa lo que pasa. Suerte es no tener que coger un coche, que el caos por la autopista se lo podrán imaginar.

Pedaleando

Unos protagonistas algo desconocidos que bien necesarios son y hacen de nexo entre muchos de los núcleos urbanos, sobre todo en los Nuevos Territorios. La comodidad que da la bicicleta para ir al mercado a hacer la compra, al trabajo o disfrutar de ejercicio, es el transporte de muchos pero por desgracia cuando se vuelven viejitas muchas quedan ancladas a las vallas en una esquina sin que nadie las reclame o se puedan quitar para que no afeen. Seguro que no soy el único que se haya dado cuenta de lo que supone esto; no es que sea prioritario pero los barrios lo agradecerían, sin duda.

También me trae algo de nostalgia de mis tiempos de bici por las calles de Santa Cruz, lo que me gustaba y sobre todo durante los veranos cuando uno disponía de más tiempo libre. Con los años la fui aparcando porque pasaba poco tiempo en la isla pero al menos me hacía sentir bien que mis primos la usasen. Por ccierto, ¿qué será de ella? Voy a tener que preguntarles 🙂


 

Lástima que en la isla de Hong Kong sea algo más difícil tener un buen carril bici debido a la orografía de la misma. Ojalá se decidan por hacer un proyecto de carril bici costero desde Sheung Wan hasta Quarry Bay, sería genial y animaría más a la gente que cojan la bici para trabajar, y ayudaría al medio ambiente.

Ahora que vivo en una zona bien conectada y apta para el uso de la bici dan ganas de poder tener una y recorrer esos caminos en busca de nuevos lugares que a veces andando o corriendo están un poquito más alejados. ¿Será que este año me haga con una? Al menos empezando con una de segunda mano, en esta web se pueden encontrar algunas buenas ofertas y también con directorio de tiendas de bicis. Le seguiremos dando vueltas a la idea y mientras tanto no faltarán el salir a correr y el dragonboat.