Pasando por aquí

Otro de los indicadores que nos recuerdan hasta donde llegaba el mar hace muchos años atrás y es que era por donde discurre la calle Johnston con sus tranvías la frontera entre el mar y la tierra. Wan Chai

que era un pueblecito pesquero se ha ido transformando con el paso del tiempo, mezclando tradición e introduciendo elementos más modernos y con partes diferenciadas. El nuevo Wan Chai que conforma la zona reclamada al mar (entre los años 1921-1929) por donde hay hoteles, centro de convenciones y edificios de oficinas / residenciales; la parte que da más hacia el interior que conserva su templo, la antiguüa oficina de correos y los mercadillos que se mantienen en activo.

Poco a poco, como si de champiñones se tratase, hay edificios que desaparecen para dar paso a nuevas estructuras. En la actualidad diría que hay como tres o cuatro ubicaciones con edificios residenciales a punto de terminar, mientras tanto se intenta conservar algunos de los edificios históricos que le dan carácter al barrio.

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Es muy interesante el pararse un rato y leer estos cartelitos, creo que no se les presta toda la atención que se debiera. En ellos nos desvelan datos curiosos del pasado como era la popularidad de las casas de té en la zona que con el tiempo fueron extinguiéndose poco a poco para dar paso a otros negocios. Una mezcla entre dispensarios, tiendas de pescado seco, casas de empeño, puestitos varios y bastante oferta donde comer.

¿Se suelen fijar en los detalles como estos cuando hacen turismo? O bien, van a tiro hecho cuando quieren visitar un lugar. Creo que es importante no perder nunca la capacidad de asombro ante los pequeños detalles, es una buena práctica. Da igual que vivamos en un sitio o estemos de paso, mantener siempre los ojos en alerta.

Paciencia

Un día festivo y más siendo fin de semana, sólo puede significar una cosa: la afluencia de gente, y si a eso le juntamos que se celebraba la festividad de Ching Ming los números se multiplican. Una de esas ocasiones que se tiene que rendir a los fallecidos para visitar sus lugares de descanso, adecentar los nichos y también quemar papeles; terminando con una buena traca de petardos para auyentar a los malos espíritus.

Uno se da cuenta en fechas como estas la mucha gente que tiene a sus ancestros en poblaciones cercanas en la provincia de Guangdong, es un movimiento masivo. Me atrevería a decir que no había visto tanto colapso para salir de la ciudad en comparación con Año Nuevo Chino, que ya es decir.

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Una vez cruzada contra la frontera, tocaba hacer cola para comprar el billete de tren. Más de lo mismo, con la cola avanzado lentamente hasta el mostrador. Nos distribuimos en varias colas para ver quien conseguía llegar antes pero al final el resultado fue el mismo, ya se sabe lo aleatorio que puede ser esto de los mostradores y la gente que tenemos por delante.

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La nuevisima estación de Dongguan que apenas lleva unos meses funcionando, la cual era nuestro destino final y apenas son 45 minutos de trayecto desde Shenzhen.

Algunas zonas de los alrededores aún estar por desarrollar pero ha supuesto un salto cualitativo respecto a la anterior estación en Shilong.

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Y es que viajar en tren en China está mejor de lo que uno piensa, pero ante casos como este no queda otra que armarse de paciencia. Mucha gente queriendo ir hacia el mismo sitio, el mismo día y todos queriendo llegar antes que nadie, y pasa lo que pasa. Suerte es no tener que coger un coche, que el caos por la autopista se lo podrán imaginar.

Pedaleando

Unos protagonistas algo desconocidos que bien necesarios son y hacen de nexo entre muchos de los núcleos urbanos, sobre todo en los Nuevos Territorios. La comodidad que da la bicicleta para ir al mercado a hacer la compra, al trabajo o disfrutar de ejercicio, es el transporte de muchos pero por desgracia cuando se vuelven viejitas muchas quedan ancladas a las vallas en una esquina sin que nadie las reclame o se puedan quitar para que no afeen. Seguro que no soy el único que se haya dado cuenta de lo que supone esto; no es que sea prioritario pero los barrios lo agradecerían, sin duda.

También me trae algo de nostalgia de mis tiempos de bici por las calles de Santa Cruz, lo que me gustaba y sobre todo durante los veranos cuando uno disponía de más tiempo libre. Con los años la fui aparcando porque pasaba poco tiempo en la isla pero al menos me hacía sentir bien que mis primos la usasen. Por ccierto, ¿qué será de ella? Voy a tener que preguntarles 🙂


 

Lástima que en la isla de Hong Kong sea algo más difícil tener un buen carril bici debido a la orografía de la misma. Ojalá se decidan por hacer un proyecto de carril bici costero desde Sheung Wan hasta Quarry Bay, sería genial y animaría más a la gente que cojan la bici para trabajar, y ayudaría al medio ambiente.

Ahora que vivo en una zona bien conectada y apta para el uso de la bici dan ganas de poder tener una y recorrer esos caminos en busca de nuevos lugares que a veces andando o corriendo están un poquito más alejados. ¿Será que este año me haga con una? Al menos empezando con una de segunda mano, en esta web se pueden encontrar algunas buenas ofertas y también con directorio de tiendas de bicis. Le seguiremos dando vueltas a la idea y mientras tanto no faltarán el salir a correr y el dragonboat.

Ale hop

 
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Los que conozcan el blog sabrán que no soy mucho de dar información demasiado estándar aunque siempre me gusta recomendar los sitios imprescindibles pero es bueno salirse de lo que se suele ofrecer en las clásicas guías de viaje. Puestos en la temática sobre el turismo en la ciudad, me pareció interesante compartir una opción más y que si bien es cierto en muchas otras ciudades se cuenta con este servicio, viene resultando bastante útil.

La ruta organizada por Big Bus es una buena alternativa cuando se dispone de poco tiempo y queremos maximizar nuestro tiempo de visita para movernos entre diversos puntos de interés y disfrutar de las vistas si vamos en el piso superior de la guagua. Y cuando el tiempo esté algo pasado por agua como en estos días atrás, poder resguardarnos en la parte techadita.

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¿Qué nos hará falta entonces? Si es en verano podemos ir algo más ligeritos pero que no se nos olvide ponernos crema solar porque no hay que fiarse. En otoño-invierno, pues una chaquetita fina y paraguas por si cayese algún chaparrón. De resto, armados con nuestro teléfono y/o cámara listos para captar instantáneas de la calle y su gente, edificios; en definitiva, todo aquello que capte nuestra atención y es que yendo desde lo alto tenemos una mejor visión.

Siempre que querramos bajarnos en una de las paradas designadas podremos hacerlo y continuar más adelante el trayecto, muy conveniente.

Lo que me lleva a la pregunta: si tienen este servicio en su ciudad ¿lo recomendarían a los visitantes? Espero sus comentarios.