Como el turrón

 

Seguro que muchos habrán visto que el blog ha estado un poquito parado en estos días. Parece que cuando se acercan los periodos de vacaciones o unas fiestas como son las Navidades, uno anda más ocupado antes del cierre del año para que no se quede nada pendiente. En principio ya me había hecho a la idea que pasaría las Navidades en tierras orientales pero la cosa cambió hace un par de semanas cuando me dijeron la posibilidad de ir a Madrid por un par de días por motivos de trabajo y claro, teniendo tan cerca Tenerife, sólo hubo que cuadrar fechas y vuelos.

Los que me siguen por twitter habrán seguido mi evolución en estos días pasados, mi paso por Madrid durante el cual tuve ocasión de reencontrarme con algunos blogueros como Flapy o el Capitán Urías. Un encuentro breve en el que compartir unas cañas y unas poquitas de papas bravas. Casualidades que el Capitán estuviera de visita por la capital y se nos uniera un ratito.

Después de la breve estancia en Madrid donde aterrizaba este domingo pasado, ayer miércoles por la mañana he llegado a Tenerife y donde estaré hasta el día 28. Los días de vacaciones que tenía aún pendientes había que aprovecharlos y de la mejor forma posible. Parece mentira que mis últimas Navidades completas en la isla, datan del año 2006/2007 y parece que fuese el otro día. De pasar las primeras fiestas navideñas en Hong Kong cuando llegase a finales de 2007, al año siguiente llegar justo para el fin de año que era cuando volvía al haber terminado la beca. Un día de Navidad para estar con la familia y luego con los amigos, y aunque no esté aquí para pasar el fin de año seguro me voy más que contento.

Aunque no haya venido con turrón bajo el brazo, que bien sienta estar de vuelta en casa. Ver que algunas o poquitas cosas hayan cambiado, ver caras familiares por la calle… Intentaré tener el blog actualizado durante estos días, contar algunas cosas del viaje desde Hong Kong que ha sido un tanto especial y lo que vaya aconteciendo en estos días de visita en mi tierra. Y como no, adelantarme para desear a todos unas felices fiestas 🙂
 

 

Luces festivas

 

Una tarde de domingo cualquiera, paseando por Kowloon y concretamente por los alrededores de Tsim Sha Tsui. Situémonos en Canton road, donde se encuentra las principales tiendas de marca y con la gente yendo y viniendo de un lado a otro, aún más actividad si cabe que un día entre semana; se nota que es domingo y la gente aprovecha para hacer compras con las fechas que se nos aproximan.
 

Curioso que una celebración tan al estilo occidental, se viva cada año con más intensidad. Las calles, los edificios, las tiendas… hace unas semanas que ya cuelgan los adornos navideños y las luces. No obstante, Hong Kong es un sitio donde se «fusiona» lo occidental con lo oriental, siendo la celebración grande (Nuevo Año Chino) a finales del mes de enero de 2011. Así tienen doble motivo para reunirse la familia y de paso obsequiarse con algunos detallitos.
 

 

Y claro, ¿quién disfruta más de todo el ambiente? los más pequeños. Se les ve con caras sonrientes, disfrutando de las luces y la decoración, mientras los padres aprovechan para sacar las fotos de rigor. A ver una sonrisita por aquí, otra por allá 😀
 

Seguro se estarán preguntando acerca del lugar en cuestión… se trata del Heritage 1881, y resulta un soplo de aire fresco para la zona. A pesar de que la mayor parte de su espacio está ocupado por tiendas de marcas de lujo (joyería, relojería, accesorios…) y con algún café para disfrutar del lugar. Rompe con la estética moderna pero a la vez se conjunta muy bien con su entorno.

El edificio principal que vemos en la siguiente foto, es lo que en su día fuese el cuartel general de la Guarda Marina, ahora en su interior tenemos un hotel y varios restaurantes. Desde luego que un buen esfuerzo por conservar un edificio histórico como este y adaptarlo a los nuevos tiempos. Vale la pena pasearse por sus alrededores y especialmente de noche que luce aún más bonito.
 

Asomarnos desde uno de los niveles y mirando en dirección hacia la isla de Hong Kong, pudiendo distinguir de fondo el Centro Cultural. Un bonito árbol de navidad acompañado con un tiovivo, motivos suficientes para que la gente no pare de un lado para otro sacando fotos y curioseando, y con lo que gusta la fotografía en la ciudad, no es de extrañar ver a bastante gente cámara en mano y más si es una zona turística como la zona de TST.
 

 

 

El cielo ya se oscureció por completo hace rato y eso que apenas son las as 6 y media de la tarde, es lo que tiene los días de otoño aunque casi que dentro de nada ponemos un pie en diciembre. La temperatura es agradable aunque no está de más echarse por encima una chaquetita fina o un sueter, refresca. Sólo el brillo de la decoración y de los propios edificios anima la noche, un día más que se va. ¿Les parece si apagamos la velita? Espero que tengan buen finde y disfrutar del ambiente festivo que se aproxima.
 

 

Rutita en bici

 

El pasado fin de semana, me ofrecieron la posiblidad ir de ruta en bici por la isla de Lantau. El punto de encuentro era en Mui Wo, con lo que cogiendo una guagua (línea 3M) desde Tung Chung, llegué allí en media hora escasa. Mi amiga estaba esperando, ir a coger las bicis y prepararnos para la ruta (Chi Ma Wan trail)

Siendo sincero, me esperaba que fuera un paseo pero lejos de todo eso, una ruta bastante exigente que nos llevaría unas 4 horas según me comentó al principio. Con las piernas un poco molidas del entrenamiento de un par de días antes, pero el ejercicio en la bici vendría bien para descargar las piernas y quitarme las poquitas agujetas que tenía. Primero dimos una vuelta de reconocimiento por los alrededodes de Mui Wo para luego dirigirnos hasta el inicio de la ruta. Camino estrechito que empezaba en lo alto de la montaña con lo que previamente tuvimos que colgarnos las bicis para alcanzar ese punto y luego la cosa ya pintaba más fácil, en principio.

Un camino de tierra, aunque con algunas partes asfaltadas, piedritas de vez en cuando… de todo un poco. Zonas llanas, descensos en los que te dejabas los frenos y luego algunas cuestitas que quitaban el aliento. De cuando en cuando hacer un paradita para repostar líquidos y sobre la marcha continuar. En esta foto una de esas paraditas que hicimos después de habernos tragado una cuestita previa, rompepiernas desde luego…
 

Lo mejor de todo, el paisaje que nos ibamos encontrando a nuestro paso. Una pequeña presa con este puentecito para pasar hasta el otro lado y seguir la ruta monte a través. Encontrarnos con alguna gente en bici o bien de caminata, y es que el día sin hacer demasiado calor, era perfecto para disfrutar de la montaña.
 

 

Lástima que no llevase conmigo la réflex, pero yendo con la bici era mejor llevar poco peso. Al menos el móvil resolvió y cuando iba cogiendo algo de ventaja respecto a mi compañera de ruta, podía parar un poquito y sacar un par de fotos aquí y allá. Bonitas vistas hacia el sur, con la playa de Pui O escondida hacia la derecha, y lugar de paso habitual de los ferrys que van hacia Macao. Como se puede ver, no estaba especialmente soleado el día, pero no por ello había que descuidarse que se notaba el calorcito después de un rato en el cuello, jeje.
 

Y como no, ante todo bien protegido que con tanta roca de por medio, nunca se sabe.
 

Cosas curiosas como encontrarnos con alguna señal algo «fuera de lugar», como esta: prohibidos los coches y/o motocicletas. Lo de las motos lo entiendo, pero coches? sólo hay que ver lo ancho del camino 😀
 

O también las indecisiones: ¿izquierda o derecha? seguimos en dirección a Pui O. La mayor parte de la ruta la habíamos superado, con sus tramos más difíciles habiéndolos pasado a pie debido a lo complicado del trazado con las rocas o zonas de bajada empinadas. Mientras tanto tirando pa´lante, con alguna playita perdida de por medio o con casas abandonadas, y prácticamente solos en esta parte del camino.
 

 

 

De repente algunos tramos más de escalones un tanto complicados con lo que toca desmontarnos para seguir a pie. Y al poco el camino que se vuelve a hacer llano. Más abajo se podía escuchar el sonido del paso de los coches cada vez más cerca, eso quería decir que la carretera estaba cerca, y prueba casi superada…
 

 

Desde luego que no me puedo olvidar de mi compañera de fatigas en ese día que se portó como una campeona. Me hizo recordar mis buenos tiempos pedaleando por las calles de Santa Cruz o algún paseito hasta la playa, y es que hacía la tira desde que no pillaba una bici. No hay que perder las buenas costumbres, verdad?
 

El cansancio se iba notando y más aún cuando nos quedaba por afrontar una buena pechadita yendo de vuelta hasta Mui Wo, pero nos lo tomamos con calma. Tramos a pie y otros sobre la bici haciendo uso de la marcha más ligera posible, aún así parece que la cuesta se resistía pero pronto alcanzaríamos la «cima» y luego una bajadita que nos dio alas hasta llegar nuevamente al centro de Mui Wo. En nuestras mentes sólo una cosa: comer.

Buscar un sitio tranquilo y al fresquito: OK
 

Cervecita como dios manda: OK
 

El resto ya vino (y se fue) en menos de lo que canta un gallo. Y lo rico que estaba todo: Ensaladita de pollo, pizzita y tampoco podía faltar un postrito 😀
 

 

 

Nos quedamos más que satisfechos. Ya sólo nos faltaba café y puro para empezar la sobremesa, jeje. El broche final para una buena jornada de ruta en la montaña. Habrá que repetir, no? la ruta.. aunque la comida tampoco me importaría.

 

Escalones con historia

 

Permanecer casi intacta con el paso de los años no es tarea fácil y especialmente todos los cambios que ha sufrido la ciudad con el paso del tiempo. Nostalgia al recordar esas fotos antiguas de cuando apenas había edificios altos y todo tenía más aire colonial. En cambio, hay sitios que siguen teniendo la esencia de esos años y son un reclamo para los turistas, además de, ser lugar de paso habitual para mucha gente.

La calle Pottinger, en recuerdo al que fuera el primer gobernador de Hong Kong: Sir Henry Pottinger entre los años 1843 y 1844. Situada en el distrito de Central y con la peculiaridad en sus escalones irregulares, poco habituales en las calles de la ciudad. No resulta fácil caminar por ella y más si se trata de alguien con tacones, por lo que es preferible bajar por los laterales o hacerlo cerca de la barandilla por lo que pueda pasar. No obstante, la afluencia de gente a la calle es constante y es que actúa de nexo entre las calles Hollywood Road (punto A), pasando por Lyndhurst terrace (punto B) y siguiendo hasta más abajo donde la calle se hace un poquito más llana.
 

No es extraño que veamos a parejas de novios haciéndose fotos en alguno de sus tramos, apoyados en las barandillas o turistas que no dejan pasar la ocasión para retratarse en esta calle tan particular. Vamos primero a viajar al pasado, digamos en el año 1930…
 

y luego dar un salto hasta el presente año 2010…
 

Puestecitos en los que comprar algo de arte, tiendas de reparación o copia de llaves… son algunos de los negocios presentes. Ahh! y no puede faltar un poco de toque navideño en estas fechas que se aproximan 🙂
 

Como curiosidad les dejo el siguiente enlace donde leer un poco más acerca de esta calle tan conocida aunque pase a veces un poco desapercibida. Un trocito más de la historia de Hong Kong antes nosotros.