Destino: Tokio

 

Mucho ha llovido desde que fuese por primera y única vez al país nipón, en concreto más de 3 años, el tiempo vuela. ¿Ocasiones para haber vuelto en todo este tiempo? puede que algunas, pero los viajes han ido siendo cada vez más espaciados y he procurado visitar sitios nuevos en Asia y también en España.

Finalmente, coincidiendo con el festival de Medio-Otoño que se celebrará el martes 13 de septiembre, hemos aprovechado para cogernos el lunes libre y hacer una escapadita de 4 días a Tokio. Saldremos el sábado 10 por la mañana y estando de vuelta en Hong Kong el martes 13 a la tarde-noche. El horario del vuelo es bastante bueno y nos dará tiempo para aprovechar los días de estancia.

Por descontado, quedaré con Alberto que fue uno de los primeros a los que le conté sobre la visita. Aprovechando la visita, me gustaría tener la oportunidad de conocer a otros españoles que residen allí como son Guille y Nerea, Oskar, Nuria o Héctor entre otros , a los cuales llevo tiempo ya siguiendo y me gustaría poder desvirtualizar, bien sea en una cena o almuerzo, según conveniencia de cada uno. A José tuve ocasión de conocerlo en Hong Kong y si cuadra, estaría bien que coincidiéramos. Como ven son unos cuantos, a ver que tal y teniendo el fin de semana de por medio. Luego con lunes y martes igual se antoja un poco más complicado, pero por intentarlo.
 

¿Planes para esos días? habrá que revisitar muchos de los sitios clave de la ciudad y si podemos, ir por las afueras de la ciudad, quizás pasar el día en Nikko o Hakone. Se aceptan recomendaciones, seguro que los residentes me puede decir algunos sitios curiosos de esos que no salen en las guías, en Japón todo es posible 🙂

Queda una semanita, y hay ganas. Seguiremos informando del tema.

¡Buen finde!

 

Finalmente, Singapur

Parece que ha costado, pero el viaje llegaba a su fin. Una semana bastante intensa pasando el fin de semana anterior en Bangkok y luego la estancia en Koh Tao donde obtendríamos nuestro título de Padi Open Water. Pero aún quedaba lo mejor, un reencuentro con nuestro amigo y compañero de beca Miguel que sigue residiendo en Singapur.

En esta ciudad, sería donde mi viaje terminaría y pondría rumbo a Hong Kong. En cambio, Alberto podría seguir disfrutando de unos días más de relax en la ciudad y luego volver a Tailandia para seguir tostándose al sol, cosa que no tuvimos mucho tiempo durante el curso de buceo pero que mereció la pena.

Para ambos, Singapur era un lugar que para nada nos era extraño, al contrario, anteriormente ya habíamos estado en algunas ocasiones pero siempre es agradable volver y más si se visita a los amigos. Poder disfrutar de la rica comida local en uno de los muchos food court que existen..
 

O contemplar las bonitas vistas nocturnas desde la casa de Miguel
 

¿Qué nos quedaba por ver? Esta es la respuesta: el Marina Bay Sands. Pero no es tan sólo por el edificio en sí, sino lo que uno puede divisar desde lo alto. Recuerdo que en el anterior viaje aún estaba en construcción y cuando hemos ido esta última vez, hace poco que ya celebraban un año desde su apertura. El diseño es arriesgado y no deja a nadie indiferente.
 

Y una vez arriba, creo que las fotos hablan por sí solas 🙂
 

La ciudad en la oscuridad y solamente alumbrada por las luces de los rascacielos, la farolas de las calles y los coches que no dejan de pasar. Estamos a sábado y la gente aprovecha para salir a disfrutar de la tarde-noche, es lo suyo.
 

Haciendo un círculo vamos recorriendo la plataforma acristalada de un lado a otro, parando a cada rato (si es que hay hueco) para sacar fotos desde los distintos ángulos.
 

 

Una chica se ofreció amablemente a sacarnos una foto. Tan entusiasmados estábamos sacando fotos cada uno por su lado, pero una foto conjunta en un lugar como este no podía faltar. Nos merecíamos disfrutar de la noche singapuriense después de tanto ajetreo en días anteriores, y es que en parte, era un alivio estar en un entorno más moderno y sobre todo cómodo.
 

Ya casi habíamos dado la vuelta completa. Si se fijan con algo de detalle, al fondo de esta foto se pueden apreciar las luces de las grúas del puerto de la ciudad. Pero aún no daríamos la visita por concluída…
 

En lo alto también podemos encontrar el restaurante Ku De Ta donde se pueden degustar platos de cocina asiática moderna (japonesa, china, tailandesa o indonesia). Ya que estábamos allí y sería la última noche antes de terminar el viaje, dijos por qué no intentarlo y parece que la suerte estuvo de nuestro lado. Sin reserva previa y en menos de 20 segundos, una mesa para dos salió de la nada, y nosotros tan contentos.

Sashimi de salmón, filete de atún a la plancha, pinchitos de carne y unos chopitos fritos fueron nuestras elecciones. Estaba todo exquisito y las raciones bastante bien servidas. He de decir que me las imaginaba de entrada mucho más minimalistas, pero con los platos que pedimos nos quedamos más que satisfechos.
 

Y de postre: mousse de maracuyá con unas galletitas y un toque de mango (si no recuerdo mal).
 

Muy contentos que quedamos y decir, que el precio no tan caro como uno se pueda esperar, además, era una ocasión especial y lo merecía. Antes de bajar decidimos dar un paseo por la zona del hotel que cuenta con una zona ajardinada y que da acceso a la piscina, y ya se lo imaginarán…
 

Bañarse en ella es todo un espectáculo, aunque nos conformamos con verlo de lejos. Igual si en un próximo viaje a la ciudad y tengo la suerte de alojarme en el hotel, podría contar la experiencia desde otro punto de vista.
 

Ya cenados y dispuesto a salir, la noche no había hecho más que empezar. Nos íbamos alejando despacio del edificio, luce impresionante de noche y con el reflejo en el agua aún más.
 

No era un adiós, sino un hasta pronto. Singapur siempre estará dispuesta a recibirnos con los brazos abiertos y poder descubrir más cosas en cada visita, sino, aquí hay una prueba. Creo que ya sé por donde perderme para la próxima.
 

Ir a China

 

Aprovechando que este viernes era festivo por el día de HKSAR, mi novia y yo fuimos tempranito por la mañana a China al pueblo de sus padres. ¿Qué implica eso? a parte del madrugar, toca coger el metro y el correspondiente tren con estación final en Lo Wu..
 

El paso por inmigración es rápido, lo que facilita las cosas teniendo el ID card de Hong Kong, pero una vez en el lado continental no nos libramos de rellenar el papelito de entrada. Justo el otro día mirando la visa, tengo hasta noviembre, así que, tendré que aprovechar y hacer algunas visitas más para amortizarla 🙂

Pasar a modo roaming y desconectar los datos del teléfono, no vaya a ser que luego la factura y recibir mensajitos de tu operador para llamar barato a números de HK. Un cambio en el paisaje que nos rodea: los edificios, la gente, las calles… para lo bueno y lo malo. El cambio del hong kong dólar al yuan. A veces un poco de caos en el tráfico, pero sorprendentemente nunca he visto un accidente ni he sufrido ninguno (tocamos madera), creo que sus habilidades al volante no tienen límite.
 

Paredes decoradas con carteles que anuncian licores o bebidas refrescantes que tienen un parecido en color y forma de botella a la coca-cola, esta en concreto es un té que creo haber probado en su versión en lata y bastante popular, allá donde vayas puedes encontrar anuncios por la calle o en las tiendas.
 

De vez en cuando, tropezarse con símbolos curiosos en los talleres de coches. Yo diría que el logo de BMW en la parte azul debiera ser un poco más curvada y no a modo de triángulo.. interesante
 

Está bien salir del entorno habitual y estar más desconectado durante un par de días, aunque eso de dormir, comer y ver la tele, al cabo de segundo o tercer día se termina haciendo un poco monótono. Espero que si progreso con el cantonés pueda comunicarme un poco mejor con los mayores o sino al menos con los pequeños de la familia. Mientras tanto sonreír y soltar algunas palabritas de agradecimiento.

Entretenerse sacando fotos por aquí y por allá. Esta vez no llevé la reflex porque sólo era para apenas dos días y la zona la conocía, aunque son esos momentos en los que siempre pueden pasar cosas inesperadas, ¿no les parece?

¿Para cuando la siguiente escapadita continental? igual en otro finde puede que caiga.

 

Chispas

 

Paseábamos por la playa en la que sería nuestra última noche en la isla. El ritmo de la isla cambia y el ambiente se empieza a animar desde temprano. Muchos de los bares ofrecen happy hour, tanto de cerveza como algunos cocktails. Las luces empiezan a iluminar los locales y el sonido de la música a sonar, la cuestión es atraer a gente.
 

La luz de antorchas y velas crean un ambiente casi diríamos que mágico. El sonido del agua y algunas voces cercanas. Parece que la gente se va animando, algunos calentando la noche con alguna cervecita antes de la cena y preparando el cuerpo para algo de fiesta.
 

Uno de los sitios que visitamos fue este bar a pie de playa donde la gente se apiñaba para ver la atracción principal: chicos jugando con fuego y con tremenda habilidad. Giros rápido y a veces imposibles, pero en todo momento bajo control, mientras se mueven entre la gente para que el ambiente se vaya caleando un poco más.
 

Les dejo con algunas fotos de los chicos en acción. Todos unos artistas del juego malabar con el fuego.
 

 

 

 

Fíjense si pueden llegar a estar cerca que hicieron bailar sobre la cabeza de Alberto estas bolas de fuego. Más vale no moverse, eso sí se pasa algo de calor durante esos instantes pero no tiene peligro alguno, sino miren que sonriente está en la foto 🙂
 

Seguro que la noche daría para mucho y nosotros debíamos marcharnos a descansar que teníamos por delante la última jornada de buceo, tocaba madrugar. Quien sabe si en la próxima ocasión podamos pasar más días en la isla y disfrutar de más buceo pero también conocer un poco más de su vida nocturna.

Eso me recuerda que nuestro amigo Ignacio Izquierdo pasó por esta isla y captó unas fotos tremendas como el sólo sabe. ¡Disfruten del fuego!