Ambientazo

 

Por mucho que te digan de una cosa, hasta que no lo experimentas por ti mismo no sabes cómo es realmente. Nos habían dicho que esta carrera es la más especial de todas, el ambiente que se vive no se compara a ninguna otra. No tardaríamos en comprobarlo.

La mañana empezaba tranquila, con un cielo despejado y un mar en calma. Tras habernos reunido en el muelle del Aberdeen Boat Club, sobre las 7.30 de la mañana ponemos rumbo a la isla de Po Toi. Por delante, un trayecto de aproximadamente una hora hasta nuestro destino. A relajarse que zarpamos.
 


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Al poco de iniciar nuestra travesía, empezarían a aparecer otros barcos que también iban camino de la isla. Fácilmente reconocibles por las banderas ondeando al viento.
 

En la cubierta del barco la gente charlaba y aprovechando los primeros rayos de sol. Por delante nos esperaba un día largo y con un sol que pegaría de forma intensa, no podía faltar protección: gorras, gafas de sol y sobre todo crema.
 

Parece que llegábamos al lugar en cuestión, los barcos comienzan a apiñarse en esta pequeña bahía de la isla de Po Toi, lugar en la que se celebraría la primera carrera de la temporada y todo un privilegio al ser nuestro equipo el único con extranjeros, mientras que el resto son todos equipos con gente local y algunos de ellos con raíces de pescadores. Todo pinta muy auténtico desde luego.
 

Banderas de varios tamaños y colores, las que indican las posiciones de salida para la carrera y las que identifican a los distintos equipos participantes. Mucho colorido, y sobre todo el color de las camisetas de los equipos que al poco se reúnen en la playa para asistir a la ceremonia de apertura del día de carreras. Aquí todo es muy tradicional, está prohibido el tocar la cabeza del dragón del bote de otro equipo y puede ser visto como un símbolo de mala suerte; hay que acatar las normas y apreciar la invitación.
 

 

 

Mientras tanto, la actividad en los barcos es constante. La gente salta de uno a otro, no hay nadie quieto. Hay que iniciar los preparativos antes de la carrera, colocar los botes restantes en posición y que se suba el equipo, el inicio de la carreras es inminente y hay que estar preparados.
 

 

Aquí nuestro equipo ya en posición y recibiendo las últimas instrucciones de Nick nuestro capitán. Momento de concentración y salir a darlo todo. ¡Vamos Buzz!
 

Las carreras se irían sucediendo y los miembros del equipo rotando para dar descanso a otros. Bonita vista aérea desde el barco donde pasaríamos el resto del día a la espera del turno de cada uno. En total serían 8 carreras, equipo mixto y de hombres, cada uno con sus carreras asignadas y mientras tanto no perder de vista las carreras del equipo y nuestros rivales.
 

Máxima atención, si es que podemos ver algo con algunos de los barcos que tenemos delante.
 

Y la gente al otro lado desde la isla, tampoco pierde de vista las carreras. Ésta, una posición algo más privilegiada.
 

 

Carrera tras carrera y con un buen número de equipos. La jornada se extendería hasta casi las 4 de la tarde aunque con un poco de retraso sobre la planificación inicial. Los resultados han sido positivos y nos llevamos a casa dos trofeos; sonrisas y momentos de celebración en el barco que nos lleva de vuelta. Hay que empinar un poco el codo y celebrarlo en familia.
 

 

Uno tras otro van pasando los miembros del equipo en relación a la posición en la que están sentados en el bote, hasta que llega mi turno. ¡Allá vamos!
 

En definitiva, ha sido un gran día y toda una experiencia. Vivir el ambiente con el resto de equipos en una de la carreras de dragon boat más auténticas que puede haber en Hong Kong.

 

Dragonboat

 

Seguro que últimamente me habrán visto twitear de forma habitual usando el hashtag #dragonboat, especialmente los días de entrenamiento que son los martes y jueves, además de, los días de carrera que son los domingos. Igual a fecha de hoy muchos se preguntan ¿qué es el dragon boat?

Cuenta con más de 2000 años de historia y ligado a la cultura popular china. Práctica popular entre los pescadores y que se iba pasando de generación en generación pero con el tiempo fue adquiriendo más presencia hasta convertirse en deporte a nivel internacional en el año 1976.

Si recuerdan comentaba que me había animado a raíz de un anuncio en una de las revistas locales y me metí en el equipo Buzz Dragon. Primero fueron los entrenamientos en pista: carrera, flexiones, circuito… era parte de la pre-temporada antes de meternos de lleno en los entrenamientos dentro del bote que comenzaron en serio a principios de este año. Cada sesión con más intensidad, distintas rutinas para ganar fuerza y resistencia, casi sin darnos cuenta hemos ido mejorando poco a poco. Días en los que uno no está del todo motivado y cuesta arrancar pero se termina disfrutando al final de cada sesión, uno se va enganchando a este deporte.
 

Poco a poco ha ido adquiriendo más popularidad y se ha extendido por el resto del mundo con gran rapidez. Un deporte bastante competitivo y de gran intensidad. La distancia estándar de las carreras en los festivales es de 500 metros aunque también podemos encontrarnos con carreras de 100, 200, 1000 o 2000 metros y con sus reglas que supervisa la IDBF (Federación Internacional de Dragon Boat).

Los botes cuentan con un total de 24 personas. En filas de 2 personas que son los que reman, junto con una persona al frente que marca el ritmo con un tambor y en la parte trasera quien guía la embarcación. Remos de madera o bien de fibra de carbono son las armas para remar, el resto es sincronización y poder de equipo.
 

No hay momentos de distracción una vez se está en el agua. Dirigirse hasta la línea de salida, colocarse en posición y con el remo preparado a la espera de escuchar la señal de salida. Se mezclan los sonidos del agua, la gente que anima, el sonido de los tambores y cómo cada equipo canta las transiciones durante la carrera. Una carrera de 200 metros se va en un abrir y cerrar de ojos, no hay tiempo para relajarse. Es una labor de equipo y hay que darlo todo.
 

De momento ya llevamos un par de carreras y los resultados acompañan, aunque hay que seguir trabajando. Hay buenos elementos en el equipo y lo más importante, el buen ambiente entre todos. Disfrutar de cada entrenamiento y también durante las carreras, y ganando mejor aún 🙂

 

Bajo el azul

 

Uno de los motivos principales del viaje de la semana pasada, era quitarnos una espinita que teníamos desde hace tiempo. A pesar de llevar un tiempo ya por Asia y habiendo realizado escapadas viajeras en las que bien hubiera podido bucear, lo corto de la estancia hacía que uno se quedase con ganas de llegar más lejos y adentrarse a fondo en el buceo.

Esta vez no había vuelta atrás y ajustamos las fechas para que nos cuadrasen los días que debíamos pasar entre la teoría y las prácticas. Fue bastante curioso ver el ambiente que había en el centro de buceo-alojamiento, con la gente de un lado para otro con libros, en clase o viendo algunos vídeos explicativos. Hubo poco tiempo para tostarnos en la playa, aunque las horitas que tuvimos libres las aprovechamos al máximo si es que el tiempo lo permitía (hubo un par de días lluviosos..)

Después de casi 4 días, terminábamos nuestro curso de PADI Open Water. Ya sólo quedaba hacer los papeleos oportunos y recibir nuestra tarjeta temporal. La oficial en cuestión de unas 6 semanas. Es un primer pasito para seguir descubriendo las maravillas que se esconden bajo el agua.
 

Agradecer a nuestros instructores Eva y Sebastián que se portaron genial con nosotros. Si alguna vez decidieran iniciarse en el mundo del buceo, no duden en visitarles en la isla de Koh Tao, en el Ban´s Diving Resort. Si quieren un poco más de información sobre los cursos, pueden visitar su web -> Viajar y Buceo
 

Ahora sólo queda disfrutar de las pequeñas oportunidades en futuros viajes y bucear todo lo que se pueda. No hace ni una semana desde la última inmersión y ya estoy con ganas de sumergirme nuevamente. ¡Engancha!
 

 

Viajecito

 

Dentro de unas horas estaré yendo al aeropuerto rumbo a Bangkok para encontrarme con mi amigo Alberto que estará llegando también esta misma tarde. Mucho ha llovido desde que pisara la ciudad, por aquel entonces en las Navidades de 2007 a los pocos meses de llegar a Hong Kong.

La idea para este viaje es pasar el fin de semana en Bangkok y luego tirar al sur hasta la isla de Koh Tao para hacer unas inmersiones y sacarnos el ansiado PADI Open Water. Después de haber hecho unas inmersiones de prueba en Kota Kinabalu (Malasia) y cerca de Cairns (Australia), hay ganas de seguir explorando el fondo marino, una experiencia muy recomendable.

Vamos en busca del sol y unos días de descanso. Luego la siguiente ruta en el viaje será Singapur donde estaremos el finde que viene. Por tanto, el blog estará un poco descuidado durante estos días a no ser que me de tiempo de ir subiendo algunas crónicas del viaje, sino a través de twitter y Facebook. Espero que el tiempo no pase demasiado rápido, ya se sabe lo que pasa cuando uno está de relax unos días, no? luego Alberto continuará su periplo por unos días mientras yo me volveré a Hong Kong. Hasta entonces, nos vemos dentro de nada.


 

¡Buen finde a todos!