Viajecito

 

Dentro de unas horas estaré yendo al aeropuerto rumbo a Bangkok para encontrarme con mi amigo Alberto que estará llegando también esta misma tarde. Mucho ha llovido desde que pisara la ciudad, por aquel entonces en las Navidades de 2007 a los pocos meses de llegar a Hong Kong.

La idea para este viaje es pasar el fin de semana en Bangkok y luego tirar al sur hasta la isla de Koh Tao para hacer unas inmersiones y sacarnos el ansiado PADI Open Water. Después de haber hecho unas inmersiones de prueba en Kota Kinabalu (Malasia) y cerca de Cairns (Australia), hay ganas de seguir explorando el fondo marino, una experiencia muy recomendable.

Vamos en busca del sol y unos días de descanso. Luego la siguiente ruta en el viaje será Singapur donde estaremos el finde que viene. Por tanto, el blog estará un poco descuidado durante estos días a no ser que me de tiempo de ir subiendo algunas crónicas del viaje, sino a través de twitter y Facebook. Espero que el tiempo no pase demasiado rápido, ya se sabe lo que pasa cuando uno está de relax unos días, no? luego Alberto continuará su periplo por unos días mientras yo me volveré a Hong Kong. Hasta entonces, nos vemos dentro de nada.


 

¡Buen finde a todos!

 

Primer contacto

 

Ayer empezaba el día bastante tempranito, había que madrugar para llegar a su hora. ¿El motivo? teníamos nuestra primera carrera de temporada. El lugar era cerca de Shatin, en los Nuevos Territorios, y tocaba hacer el correspondiente trayecto de metro desde Tung Chung.

Saliendo de casa sobre las 6 de la mañana, y listo para llegar hasta el lugar indicado. Cerca del río Shing Mun, justo al otro lado de donde se encuentra el hipódromo de Shatin. Entre el trayecto de tren que se cambia un par de veces de línea, más luego pillar un taxi compartido con otros compañeros del equipo desde la estación de Shatin, llegamos al punto de encuentro justo un poco antes de las 8 de la mañana.
 

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Debíamos hablar de las carreras que se sucederían a lo largo del día, repasar los puntos claves y hacer un calentamiento previo antes del inicio. El día amanecía cubierto por un poco de bruma, pero con el paso de las horas el sol se dejaría notar llegando a ser bastante intenso.

La competición daba lugar sobre las 9 de la mañana. Los equipos se disponen en sus botes y se dirigen hasta la línea de salida, mientras los jueces atentos para que esté todo en orden antes de que dé comienzo la primera carrera del día.
 

Las alineaciones ya preparadas. Un total de 4 equipos: hombres, mujeres, mixto A y mixto B. Tenemos «la suerte» de que el mixto B que es en el que estoy yo, nos toca empezar a eso de las 9.20 aunque la organización estaba avisando que se produciría un pequeño retraso. Puede que algunos equipos no hubieran terminado de registrarse o llevar sus remos para verificar que cumplen con la normativa, quien sabe. Un poquito más de tiempo para mentalizarnos antes de la carrera.
 

Mientras tanto la gente de los distintos equipos se agrupa dentro y fuera de las casetas habilitadas para ello. Lugar de encuentro entre las carreras, de descanso y para reponer fuerzas con un poco de comida; mientras tanto nuestras cosas están a buen recaudo siendo vigiladas por algunos de los compañeros.
 

Al rato, es nuestro turno. Toca colocarnos en posición y hacer fila mientras un miembro de la organización va cantando nuestros nombres confirmando que estamos todos al completo. Nos dirigimos al bote, pillamos los remos y nos subimos. Empezamos a remar en dirección a la línea de salida de forma suave, de vez en cuando frenamos el bote un poco e iniciamos la arrancada inicial que haremos en unos instantes al comienzo de la carrera. Ya casi estamos en posición y a la espera de que el resto de equipos corrijan su posición remando un poco hacia delante o hacia atrás.

Remos en posición y totalmente sumergidos, sólo queda esperar la señal para arrancar. Al poco suena por la megafonía: «Are you ready? … Attention… Gooo!!» momento en el que nos ponemos en movimiento y vamos avanzando. Tan sólo 200 metros nos separan de la línea de meta, es una carrera intensa y hay que darlo todo. Sólo vale mirar hacia delante y olvidarnos del resto de equipos, tenemos que hacer nuestra carrera y a nuestro ritmo mientras escuchamos los golpes de tambor que marcan las distintas fases de la carrera. Empezamos con 5 golpes con fuerza e inmediatamente 30 cortos pero a gran velocidad, fase de transición y remo largo. La sincronización no es del todo perfecta pero parece que vamos bien, las pausas y el dolor no valen, sólo llegar a la meta. Es una prueba para nosotros, nuestra primera carrera oficial. Las sensaciones no han sido malas, pero con lástima de no haber conseguido alzarnos con la victoria, no obstante, íbamos a tener una nueva oportunidad dentro de una carreras más.

Al poco de regresar a nuestra caseta, vemos pasar más equipos que se disponen a realizar sus carreras. La actividad de participantes de un lado para otro es intensa. Tarde o temprano le llega el turno a cada uno para competir, no hay prisas, y hay tiempo para disfrutar de un buen día aunque caluroso.
 

La gente en los tiempos muertos, se dedica a: jugar a las cartas, echar una siestita o bien leer. Cualquier actividad es buena para hacer que la espera hasta la siguiente carrera, sea mucho más llevadera.
 

 

Las carreras se van sucediendo a lo largo del día. Equipo de chicas, chicos y los mixtos. Nuestro equipo ha conseguido llegar tanto a la final de chicos como la de uno de los equipos mixtos. Hay buenas sensaciones, todo es posible en la final, pero está bastante disputado. Consiguiendo alzarnos con un 4º puesto en la final mixta (6 equipos) y 5º puesto en la final de chicos, pero ambas han estado bastante igualadas. Buena arrancada, parte media pero en la recta final se ve que hemos ido un poco justos, pero bastante contentos con la participación.

Parece mentira que ya casi vayan a ser las 5 de la tarde, ¡quién lo diría! momento en el que la organización hace la entrega de los trofeos y/o medallas, además de, alguna placa conmemorativa. Seguro que en la próxima lo celebramos desde el podio, la competición no ha hecho más que empezar.
 

Una plaquita de recuerdo, ni tan mal verdad? 🙂
 

Y bueno, queda lo mejor para el final: la cerveza. Seguro que a lorco o Pau, les gustaría esta parte 🙂 Cada uno de nosotros habíamos aportado un paquete de 6 latas de cerveza, algunas de las cuales se habían ido bebiendo a lo largo del día, pero la norma era que debíamos terminarlas todas antes de irnos. Con alguna botella de agua por medio, apurando las últimas latas y botellas. ¡Un brindis por el equipo!
 

Momento de recoger las cosas e iniciar el camino de vuelta a casa. Un día largo pero en el que no ha faltado la emoción de la competición y el buen ambiente reinante en el equipo, que por cierto aún no se lo había introducido: Buzz Dragon. Ahora vuelta a la normalidad de los entrenamientos y con vistas a la próxima carrera a finales del mes de abril. Ésto continúa.

 

Middle Island

 

Parece mentira que ya hayan pasado un par de meses desde que me decidiera a unirme al equipo de dragon boat. Ya han sido unas cuantas sesiones de entrenamiento en el campo, yendo a Happy Valley todos los martes y jueves: carreras, saltos, flexiones, sentadillas, abdominales… un sin parar de unos 45 minutos en los que uno lo da todo. Y para los domingos queda lo mejor, la sesión de remo en el agua 🙂

El lugar de entrenamiento queda emplazado en Middle Island, y se preguntarán: ¿dónde y cómo se llega hasta allí?
 


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Cuando en su día les contaba cómo llegar hasta Aberdeen y que luego un barco nos recogía para llevarnos con rumbo a la isla, no incluí más detalles. Quizás algunos se quedaron con la incógnita.. El trayecto dura como unos 10-15 minutos y esta isla queda emplazada en mitad de las dos playas de Deep Water Bay y Repulse Bay, y quieras que no, hasta que no vas a esta isla desde el otro lado apenas uno se percata de su presencia.

Desde la instalaciones que pertenecen al Aberdeen Boat Club (ABC), tenemos una excelente vista del lado sur de la isla de Hong Kong. Mirando hacia un lado vemos parte del Ocean Park con algunas de las cabinas del teleférico en el fondo. El mar en calma y salpicado con alguna embarcaciones que esperan surcar las aguas en esta tranquila mañana de domingo. Es un día algo nublado pero a rachitas sale el sol dejando notar su presencia pero como si jugase a esconderse. Finalmente la mañana se queda genial y el fresquito del agua apenas se nota.
 

 

A pesar de haber llegado a la primera sesión con otro compañero del equipo que es vecino de Tung Chung, no es mi turno, con lo que mejor que puedo hacer es observar cómo el grupo de veteranos se ejercita. Calentamientos previos antes de subir al bote y en unos minutos están listos para subirse a la embarcación para darle al remo.
 

Lástima que el alcance del zoom del móvil no diese para mucho más, igual para la próxima me puedo llegar una de las reflex y captar el equipo en acción. No obstante, durante los entrenamientos, hay una cámara que nos graba con el fin de que luego nos veamos para corregir los movimientos a la hora de remar.

Al igual que otros muchos deportes, la técnica en la teoría parece fácil pero luego una vez en el agua, las cosas no pintan igual de fácil. A base de práctica todo se consigue. Por mi parte, este domingo será la tercera vez que me suba al bote (y con muchas ganas), intentar llevar a cabo la técnica y sobre todo, disfrutar.
 

¡Al agua se ha dicho!

 

Rutita en bici

 

El pasado fin de semana, me ofrecieron la posiblidad ir de ruta en bici por la isla de Lantau. El punto de encuentro era en Mui Wo, con lo que cogiendo una guagua (línea 3M) desde Tung Chung, llegué allí en media hora escasa. Mi amiga estaba esperando, ir a coger las bicis y prepararnos para la ruta (Chi Ma Wan trail)

Siendo sincero, me esperaba que fuera un paseo pero lejos de todo eso, una ruta bastante exigente que nos llevaría unas 4 horas según me comentó al principio. Con las piernas un poco molidas del entrenamiento de un par de días antes, pero el ejercicio en la bici vendría bien para descargar las piernas y quitarme las poquitas agujetas que tenía. Primero dimos una vuelta de reconocimiento por los alrededodes de Mui Wo para luego dirigirnos hasta el inicio de la ruta. Camino estrechito que empezaba en lo alto de la montaña con lo que previamente tuvimos que colgarnos las bicis para alcanzar ese punto y luego la cosa ya pintaba más fácil, en principio.

Un camino de tierra, aunque con algunas partes asfaltadas, piedritas de vez en cuando… de todo un poco. Zonas llanas, descensos en los que te dejabas los frenos y luego algunas cuestitas que quitaban el aliento. De cuando en cuando hacer un paradita para repostar líquidos y sobre la marcha continuar. En esta foto una de esas paraditas que hicimos después de habernos tragado una cuestita previa, rompepiernas desde luego…
 

Lo mejor de todo, el paisaje que nos ibamos encontrando a nuestro paso. Una pequeña presa con este puentecito para pasar hasta el otro lado y seguir la ruta monte a través. Encontrarnos con alguna gente en bici o bien de caminata, y es que el día sin hacer demasiado calor, era perfecto para disfrutar de la montaña.
 

 

Lástima que no llevase conmigo la réflex, pero yendo con la bici era mejor llevar poco peso. Al menos el móvil resolvió y cuando iba cogiendo algo de ventaja respecto a mi compañera de ruta, podía parar un poquito y sacar un par de fotos aquí y allá. Bonitas vistas hacia el sur, con la playa de Pui O escondida hacia la derecha, y lugar de paso habitual de los ferrys que van hacia Macao. Como se puede ver, no estaba especialmente soleado el día, pero no por ello había que descuidarse que se notaba el calorcito después de un rato en el cuello, jeje.
 

Y como no, ante todo bien protegido que con tanta roca de por medio, nunca se sabe.
 

Cosas curiosas como encontrarnos con alguna señal algo «fuera de lugar», como esta: prohibidos los coches y/o motocicletas. Lo de las motos lo entiendo, pero coches? sólo hay que ver lo ancho del camino 😀
 

O también las indecisiones: ¿izquierda o derecha? seguimos en dirección a Pui O. La mayor parte de la ruta la habíamos superado, con sus tramos más difíciles habiéndolos pasado a pie debido a lo complicado del trazado con las rocas o zonas de bajada empinadas. Mientras tanto tirando pa´lante, con alguna playita perdida de por medio o con casas abandonadas, y prácticamente solos en esta parte del camino.
 

 

 

De repente algunos tramos más de escalones un tanto complicados con lo que toca desmontarnos para seguir a pie. Y al poco el camino que se vuelve a hacer llano. Más abajo se podía escuchar el sonido del paso de los coches cada vez más cerca, eso quería decir que la carretera estaba cerca, y prueba casi superada…
 

 

Desde luego que no me puedo olvidar de mi compañera de fatigas en ese día que se portó como una campeona. Me hizo recordar mis buenos tiempos pedaleando por las calles de Santa Cruz o algún paseito hasta la playa, y es que hacía la tira desde que no pillaba una bici. No hay que perder las buenas costumbres, verdad?
 

El cansancio se iba notando y más aún cuando nos quedaba por afrontar una buena pechadita yendo de vuelta hasta Mui Wo, pero nos lo tomamos con calma. Tramos a pie y otros sobre la bici haciendo uso de la marcha más ligera posible, aún así parece que la cuesta se resistía pero pronto alcanzaríamos la «cima» y luego una bajadita que nos dio alas hasta llegar nuevamente al centro de Mui Wo. En nuestras mentes sólo una cosa: comer.

Buscar un sitio tranquilo y al fresquito: OK
 

Cervecita como dios manda: OK
 

El resto ya vino (y se fue) en menos de lo que canta un gallo. Y lo rico que estaba todo: Ensaladita de pollo, pizzita y tampoco podía faltar un postrito 😀
 

 

 

Nos quedamos más que satisfechos. Ya sólo nos faltaba café y puro para empezar la sobremesa, jeje. El broche final para una buena jornada de ruta en la montaña. Habrá que repetir, no? la ruta.. aunque la comida tampoco me importaría.